Elena Congost corrió 42 kilómetros en busca de un sueño y se quedó sin nada a 10 metros de la meta. La maratonista española de 36 años, que nació con una discapacidad visual, fue sancionada en los Juegos Paralímpicos de París 2024 y le costó su medalla de bronce. ¿La razón? Su guía, Mia Carol, sufrió un calambre justo antes de cruzar de la línea de llegada, y su instinto fue ayudarlo de inmediato. Sin querer soltó la soga que los unía, algo que está prohibido según los reglamentos.

Ese acto de solidaridad le costó el tercer puesto que ya tenía asegurado, y el mundo se le vino abajo. «He llorado muchísimo de rabia, porque a veces el público no es conciente del esfuerzo y muchas cosas que hay detrás para dejar ahí», declaró la maratonista.

Congost fue campeona paralímpica de los Juegos de Río 2016 y decidió regresar a la alta competencia después de haberse ausentado de las pistas por ocho años para criar a sus cuatro hijos. Pero su regreso no salió tal cual lo imaginaba, ya que se vio involucrada en una controversia que hace cuestionar los verdaderos valores olímpicos.

«Creo que fue un segundo lo que estuve sin cuerda. La norma es la norma, pero aquí el espíritu de la norma se pierde porque una norma está hecha para que no haya beneficio para el atleta, para que no haya trampa», aclaró la catalana en una entrevista con el medio español ABC, cuestionándose qué beneficio tendría ella al correr sin guía, ya que son sus ojos y sin él se perdería. «Las personas estamos para interpretar esas normas y para ver el contexto».

Congost no se arrepiente del buen gesto que tuvo con su guía, quien la acompañó durante los 42 kilómetros y desafortunadamente sufrió el desgaste muscular a poco tiempo del final. Sin embargo, la española comentó: «Ese gesto me ha costado 30.000 euros, que es el premio de la medalla, más el sueldo de cada mes, que es la comida de mis hijos. Y fue lo que más me dolió».

Elena lamentó la polémica generada y se quejó por el rigor con que se trató su caso cuando hay otras situaciones en que los reglamentos no son respetados.

«Por desgracia, en el deporte paralímpico hay muchas trampas y muchos guías que arrastran y ayudan a sus atletas, y no han sido sancionados en estos Juegos. En cambio, una acción como esta, que es un instinto que te sale, te sancionan como si hicieran algún tipo de trampa», sentenció.

«No son los valores que queremos demostrar como deportistas de élite ni como personas».

Por su parte, Miguel Carballeda, el presidente del Comité Paralímpico Español, aseguró que «va a intentar que esa medalla se le reconozca».



Fuente Clarin

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