El hombre de los cinco interinatos, que lleva consigo un silbato y un salvavidas desde hace 28 años, fue confirmado como técnico de Aldosivi hasta el final del Torneo Apertura de la Liga Profesional. Su nombre es Mariano Charlier y siempre estuvo listo para agarrar el timón. En un momento crítico, cuando el Tiburón se encontraba al borde del naufragio, el entrenador no dudó en aplicar lo que mejor sabe hacer: lanzar su salvavidas. Rescató al equipo cuando más lo necesitaba, con la misma valentía con la que, desde hace años, saca a personas del mar en la Popular 5, al lado de la Bristol.
Nació en la Ciudad de Buenos Aires, pero desde los seis años su vida transcurre en Mar del Plata. Intentó ser futbolista hasta que las lesiones le apagaron ese sueño. Cuando recibió la confirmación de los dirigentes de Aldosivi, los mensajes de apoyo no tardaron en llegar. Santiago Silva, Pancho Cerro, Leandro Maciel, Gastón Gil Romero, Tomás Martínez y Federico Bravo, jugadores con los que alguna vez trabajó, le expresaron su alegría. «Te lo merecés» y «me pone muy contento lo que te está pasando», le escribieron. A los 50 años, con orgullo, el profesor de Educación Física confiesa su amor por el mar y por el fútbol. Son sus dos pasiones y, curiosamente, las logra compatibilizar.
-¿De quién heredaste el amor por el fútbol?
-Mi papá jugaba al fútbol. Es re futbolero. En Buenos Aires, iba siempre a la cancha a ver a River, club del que somos hinchas. También íbamos a ver a Ferro. Hace 30 años es secretario de la Liga de Fútbol de Mar del Plata.
-¿Cómo se dio tu llegada a Aldosivi?
-En Aldosivi tuve dos gestiones. Llegué primero en 2005 y estuve hasta junio de 2010 dirigiendo la Sexta. Entonces, en julio de ese año, me fui a Unión de Mar del Plata como ayudante de campo de Marcelo Zwicker en el Argentino A (hoy Federal A). Recién vuelvo a Aldosivi después de la pandemia, a dirigir la Quinta División de AFA. Me propone para trabajar un histórico del club, Daniel Valdés. A partir de ahí, a mediados de 2022, que cambia la gestión, yo tomo la coordinación del fútbol juvenil junto a Diego Villar hasta ahora. En ese lapso estuve en cinco interinatos.
-¿Siempre estuvieron juntos con Villar en los interinatos?
-Estuvimos juntos en el interinato que se va Martín Palermo, en total cuatro partidos. Después vino (Leandro) Somoza, pero al poco tiempo se va y ahí volvemos con Diego siete partidos más, que es cuando terminamos descendiendo. El club estaba muy mal y no había ningún entrenador que quería agarrar en ese momento. En 2023, con el equipo en la B Nacional, seguimos con la coordinación del fútbol juvenil.

-¿En algún momento tu rol de coordinador te corrió de la dirección técnica?
-Además de coordinar, en ese momento dirigía la Cuarta porque no hay Reserva en la B. En 2023 tuve otro interinato muy largo de siete partidos pero ya solo. Diego se quedó con juveniles para la estructura no se debilitara tanto. Entonces yo vine a Primera, estuve siete partidos y terminamos peleando el descenso al Federal A. Por suerte, nos fue bien, pudimos quedarnos en la categoría que fue importantísimo. Ahí vino Andrés Yllana en 2024 y pudimos volver a ascender.
Con 50 años, lleva 30 como entrenador. Comenzó en Independiente de Mar del Plata, el club de sus amores, donde pasó por todas las categorías y comenzó a forjar su camino como entrenador. Admirador de Marcelo Bielsa por su dedicación al trabajo y de Pep Guardiola por haber “cambiado el paradigma del fútbol”, Charlier tiene claro lo que busca para sus equipos: protagonismo. Sin embargo, reconoce que a Aldosivi le está costando llegar a ese nivel de juego que él aspira.

-¿Por qué esta vez te ratificaron como técnico de Primera?
-Lo que me termina posicionando para que dirija en Primera son los resultados porque lo más difícil, que el jugador crea, que confié en vos, lo habíamos logrado. El interinato que estuve con el Tanque Silva, Pacho Cerro, Tomi Martínez, la verdad que ellos estaban muy conformes y contentos con la manera de trabajar. Me decían: “Mariano mañana ganamos y se quedan ustedes”. Y luego, no ganábamos, entonces era muy difícil seguir. Esta vez pasó lo mismo, los jugadores tienen muy buena relación con nosotros, les gusta la manera de trabajar y cómo planteamos los partidos.
-¿Hasta dónde se la jugaron los futbolistas por ustedes?
-Primer partido con Argentinos Juniors se acercan dos jugadores referentes y me dicen: “Si ustedes se quieren quedar, nosotros hablamos con los dirigentes, nos gustaría que se queden”. Entonces, los jugadores siempre nos apoyaron y los resultados acompañaron. La gente también se empezó a manifestar en las redes. No querían que trajeran a cualquiera, sino que prefieren alguien del club. A partir de ahí que nos confirman. Estoy muy agradecido primero con los jugadores porque son los que nos bancan, después con los dirigentes porque se la jugaron. Si las cosas no salen bien pueden decir que no trajeron a un técnico de nombre y, por último, con la gente que respalda y está contenta con la situación.
-Estás invicto en Aldosivi, ¿por qué desde tu llegada a Primera el equipo pasó de perder la mayoría de los partidos a esta actualidad?
-El primer partido fue clave. Cuando me preguntan qué cambió, tendría que saber qué pasaba antes y yo no se tanto. Lo único que sé es que el cuerpo técnico anterior era muy trabajador y una persona excepcional. Tuvimos una muy buena relación durante el año que trabajamos juntos. No sé qué cambió… Lo que nosotros tratamos desde que llegamos es que haya muy buena comunicación, de gestión de grupo, que todos los jugadores estén entrenados de la misma manera y después uno elige. Además, mucha charla con los referentes, de hacerlos sentir cómodos en la cancha, no pedirles cosas que no puedan hacer. Me parece que desde la simpleza, estamos sacando buenos resultados.
El guardavidas
Además de ser entrenador, Mariano también trabaja como guardavidas en la Municipalidad de Mar del Plata. Desde el 1° de noviembre hasta el 31 de marzo, agarra su salvavidas y vigila la misma playa, donde, con el paso de los años, mantiene su eterno bronceado. Este verano, cumplió 28 años en el puesto y, a pesar del tiempo, sigue sintiendo la misma adrenalina que aquel joven de 22 años que se iniciaba en el mar.
-Contame sobre tu otro trabajo de guardavidas,¿cuándo arrancaste?
-Siempre me gustó pero yo pensé que no iba a poder hacerlo porque mientras jugaba al fútbol no tenía tiempo y tampoco me daba físicamente para hacer las dos cosas. Cuando me fracturo la pierna, dejo de jugar, estuve cinco meses con un yeso y perdí mucha masa muscular en la pierna derecha. Entonces, decido hacer el curso y empiezo a trabajar en diciembre de 1997. Es muy difícil entrar a trabajar en la playa. Llevo desde esa época trabajando todas las temporadas. Son 28 años.
-¿Por qué elegiste esta profesión?
-Lo de guardavidas me gustó siempre y el trabajo es distinto porque si bien en plena temporada la playa está muy concurrida, es un trabajo un poco más relajado que el fútbol. Estás en la playa, estás en cuero, no sufrís el calor, te podes meter agua cuando querés. Sí hay que estar atento obviamente y hay que estar recontra preocupado por lo que pueda llegar a pasar… Pero, bueno, es algo que también nos gusta. Nos tenemos que meter el agua y nos gusta, termina el turno de la playa a las 8 de la noche y contás las anécdotas de ese día, es un trabajo muy lindo. El tema es que también me apasiona el fútbol.

-¿Tuviste muchos rescates?
-Sí, tuve muchísimos. No puedo decir la cantidad exacta pero algunos fueron un poco más simples y otros más complicados, que te cuestan más porque a veces debés agarrar a dos personas al mismo tiempo y hasta que no llega tu compañero no la pasás bien. Es mucha la satisfacción cuando realmente lográs sacar o salvar a una persona. Es una sensación tremenda porque se ponen mal. Por eso, nosotros hacemos mucha prevención, tratamos de no llegar a la instancia del salvataje. Pero, bueno, también es cierto que cuando llegás después te la pasás hablando del salvataje. Y te hacés todas las preguntas.
-¿Hubo algún rescate que marcó tu carrera como guardavidas?
-Una vez, terminé agarrando a dos nenas muy chiquitas, dos hermanitas y estuve como un rato largo con las dos. Un salvataje múltiple, mi compañero estaba agarrando al padre, entonces estuve un rato largo con las dos nenas hasta que después llegó mi compañero y con la rosca (así le llaman al salvavidas). Se lo pusimos y la situación se normalizó.
-Sí, la más grande tenía 13 y la más chica alrededor de 9. Después también me tocaron salvatajes que vos agarrás a la victima, le ponés el salvavidas, pero la corriente te va llevando y sabés que no salís. Así, estás esperando 20 minutos en el agua hasta que un gomón te va a buscar. Me ha pasado varias veces de terminar los dos arriba del gomón, yo y la persona que salvaba. Quizá naturalizo la situación, pero entiendo que visto de afuera es tremendo.
-¿Te tocó vivir alguna situación dramática?
-Me ha tocado vivir situaciones que me daba miedo. No sé si la palabra es miedo, es miedo de no llegar a la víctima. Porque vos te tirás a nadar y lo que viste arriba de la tarima es una cosa. Después, cuando bajás a la arena, ya no ves tanto. Y cuando te tirás al mar a nadar, las olas te van tapando a la víctima.
-¿Cómo es esa carrera hasta la persona que tenés que socorrer?
-Me ha pasado de estar nadando hacia la víctima y escuchar, «me ahogo, me ahogo», y vos levantás la cabeza y por un momento lo ves, pero por otro momento no lo ves. Esa parte, esa tensión de pensar que no llego. Una vez que ya llegás, lo agarrás, podés tragar un poco de agua pero sabes que la víctima no se va a ahogar y que tu compañero va a llegar. Ahí sabemos que todos vamos a estar bien. Me preocupa más no poder llegar a la víctima que mi propia vida.
Cuando se le pregunta por su peor momento, Charlier deja su rol de salvavidas y se pone el buzo de DT. El descenso con Aldosivi en 2022 lo marcó profundamente: «Fue un momento muy triste», confiesa. El entrenador vio cómo la estructura que había trabajado junto a Diego Villar se venía abajo. Sin embargo, no se rindió. Se puso el overol comenzó, una vez más, con la reconstrucción. Hoy su desafío continúa: le quedan cuatro partidos en el Apertura que definirán su futuro, entre ellos, uno clave contra el equipo de Gustavo Costas, que viene de golear a Godoy Cruz.
-Se viene una parada brava el lunes contra Racing.
-Durísimo, pero cuando agarramos, les planteamos a los jugadores que la única manera de sumar puntos era jugando y compitiendo. Entonces, es una oportunidad que tenemos para sumar algún punto más y tenemos que afrontarlo de esa manera, tratar de preparar el partido de la mejor manera, tratar de ver dónde están las debilidades de Racing, tratar de maniatar sus fortalezas, plantear el juego de la mejor manera.

-¿Cómo vas a marcar a Maravilla Martínez?
-Esperemos que nos juegue, ja ja.
El Charlier docente
Charlier también es docente en la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA). Allí dicta la materia Táctica y Estrategia desde hace cinco años. Si bien sabe que el fútbol es dinámico y que puede pasar cualquier cosa, trata de disfrutar el día a día. Con el cierre de la temporada de playa, ahora su cabeza está puesta en salvar a un Tiburón, que no es otro que Aldosivi. Y, en caso de ser necesario, está listo para lanzar su salvavidas.