No hubo final feliz para Los Pumas. El esfuerzo de llegar al último partido del Rugby Championship para convertirlo en una final por el título mano a mano ante Sudáfrica, terminó en una pesadilla con tarjetas amarillas y una roja que diezmaron al equipo que comanda Felipe Contepomi y le facilitó al de Rassie Erasmus levantar la copa con facilidad tras una clara victoria por 48-7 en una colmado Mbombela Stadium en Nelspruit.

Los Springboks se despabilaron después de que Argentina les rompiera el invicto en el Madre de Ciudades de Santiago del Estero. Habían llegado esa provincia apenas dos días antes del partido, luego de casi una semana de paseo por Buenos Aires. Sí, habían subestimado el juego y les costó caro. Se fueron con una derrota que postergó su consagración.

La reacción se evidenció en el primer segundo de la definición en tierra sudafricana. Después de siete minutos de asedio en que Los Pumas se defendieron a dos metros del ingoal, llegó el primero de los siete tries con los que se despacharon a lo largo de 80 minutos. El fullback Aphelele Fassi fue el primero en apoyar y el medioscrum Jaden Hendrikse no falló con los pies.

Con la primera luz de ventaja, Sudáfrica no aflojó. El tercera línea Pieter-Steph du Toit, de gran partido, se las ingenió para apoyar con lo justo por encima del ruck argentino que aguantaba a un metro la línea de fondo y Hendrikse acertó la conversión para llevar la diferencia a 14.

Sudáfrica redujo a la Argentina con las armas de siempre –el volumen físico y la fortaleza de sus delanteros que no paran de ir para adelante-, pero también abriendo el juego para sus backs. Solo por momentos Los Pumas lograron equilibrar el juego, pero sin llegar a protagonizarlo.

La reacción de la Argentina llegó con un try de Tomás Albornoz que él mismo convirtió y el descuento entusiasmó como un presagio de las últimas remontadas de este Rugby Championship, en partidos en lo que comenzó con pocas ideas y abajo en el marcador para remontar hasta la victoria.

Pero no. Sudáfrica tenía claro que la fiesta era en su casa y para ellos. Ben O’Keefe, el árbitro neozelandés, cobró un penal luego de la salida de los locales. Los Springboks, curiosamente, eligieron los palos y Hendrikse sumó tres con los pies para estirar nuevamente distancias en el marcador (17-7).

El try de Pieter-Steph du Toit . Foto: AP / Themba HadebeEl try de Pieter-Steph du Toit . Foto: AP / Themba Hadebe

En desventaja, pero con cierto equilibrio, el equipo argentino empezó a campear las malas noticias de la tarde. Llegó el primero de los cambios por una lesión de Santiago Chocobares: el centro sintió los 115 kilos de Damian de Allende sobre su rodilla y no pudo seguir. Así, Contepomi se vio obligado a entregar algo de la frescura que esperaba liberar en la segunda parte.

Los Pumas, que hasta el momento eran el único de los cuatro equipos que compitieron en el torneo sin recibir tarjetas, recibieron una amarilla. Si el escenario no era el esperado, se complicaba sin Mateo Carreras en los últimos 10 minutos del primer tiempo por una jugada temeraria.

Sudáfrica era el claro dominador y la diferencia numérica les permitió jugar con mayor tranquilidad y espacios. Otra vez Fassi llegó al try y amplió distancias (22-7), pero esta vez la conversión de Hendrikse no fue efectiva.

Damian de Allende busca espacio entre los argentinos. Foto: AP / Themba HadebeDamian de Allende busca espacio entre los argentinos. Foto: AP / Themba Hadebe

Con uno menos y algunas desinteligencias, Contepomi decidió mover el banco nuevamente. Reemplazó a Rodrigo Isgró que no solo no había ganado en el juego aéreo ni aprovechado su velocidad y puso en la cancha a Juan Cruz Mallia. Además, por protocolo de conmoción cerebral, Pablo Matera ingresó transitoria mientras Juan Martín González era evaluado afuera.

Los Pumas se reconfiguraban, pero los Springboks hacían más tries. Cheslin Kolbe encontró fácil los espacios y, aunque otra vez Hendrikse fallaba la patada, los locales quedaban 27-7 arriba al descanso. En ese escenario, lo único que podían “festejar” los argentinos era esa falta de efectividad con los pies del medioscrum.

Contepomi no perdió a González, que volvió a jugar en el reinicio del partido, pero Matera continuó en cancha porque el que salió en la segunda parte fue Santiago Grondona. Aunque el partido todavía no estaba perdido, los 40 minutos que quedaban por delante parecían escaso para levantar una ventaja de 20 ante los mejores del mundo.

Pedro Delgado la aguanta en el suelo. Foto: AP / Themba HadebePedro Delgado la aguanta en el suelo. Foto: AP / Themba Hadebe

La racha negativa de Hendrikse le permitió a Los Pumas aguantar el primer cuarto de hora sin tantos en contra… Aunque tampoco podía inquietar en ofensiva y la diferencia seguía inmaculada. El fair play sostenido en cinco fechas quedó lejos con una nueva amarilla, esta vez para Matera, que antes que se cumplieran los 10 afuera se convirtió en roja tras la revisión de búnker TMO. El tercera línea llegó tarde a un tackle e impactó con uno de sus hombres contra la cabeza de un rival.

La suerte estaba echada. Porque con un menos Argentina aguantaba, pero el efecto psicológico de la expulsión derrumbó a Los Pumas, que cinco minutos después también perdió a Santiago Carreras por otra amarilla. Imposible a esa altura pensar en una recuperación con dos jugadores menos que los bicampeones del mundo.

Malcolm Marx, Pieter-Steph du Toit y Jesse Kriel llevaron a siete la cantidad de tries en favor de Sudáfrica y Handre Pollard convirtió cada uno para dibujar el 48-7 final. Ya no había lugar para nada más que esperar el inexorable final con derrota y aguantar la impotencia de lo inapelable.

El tumulto final que no pasó a mayores. Foto: REUTERS / Siphiwe SibekoEl tumulto final que no pasó a mayores. Foto: REUTERS / Siphiwe Sibeko

Los Pumas tampoco se pudieron contener y algunos jugadores explotaron en el final, generando un tumulto con empujones y alguna que otra trompada que terminó empañando un final de torneo que tuvo, en sus cinco partidos anteriores -incluidas las dos derrotas-, un comportamiento ejemplar.

El seleccionado pasó de jugarse la posibilidad de ser campeón al tercer puesto en la tabla, por debajo de Sudáfrica y los All Blacks, que horas antes habían vencido a los colistas Wallabies. Acaso ese escalón por encima de Australia evidencia la estatura real que alcanzaron Los Pumas en el último tiempo y que tendrán que sostener de acá en adelante.

Esos 14 puntos que lo llevaron con vida a la “final” de Nelspruit, es su mejor cosecha en el Championship, que además quedará en la historia por ser el primero en que las tres potencias del Hemisferio Sur cayeron ante Argentina. Es es, acaso, el verdadero punto de partida para el ciclo de Contepomi.



Fuente Clarin

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