La única épica el martes en el Monumental la lograron los hinchas de River con un recibimiento histórico, del que se habla en el mundo. Pero dentro de la cancha, no hubo hazaña. Lo del equipo de Marcelo Gallardo fue insípido y la eliminación ante Atlético Mineiro golpeó duro. Y difícilmente pase rápido por más que los futbolistas ya tengan que enfocarse en los partidos de Liga y en conseguir la clasificación para la Copa Libertadores 2025. Pero lo deberán hacer. No solo por el club, sino también por ellos. Es que de aquí a mediados de diciembre, en los ocho partidos que quedan por disputar, muchos de ellos se juegan la continuidad en la institución.
Si bien solo a apenas tres jugadores se les vence en contrato a fin de año, gran parte del plantel estará en revisión por los rendimientos, algunos de los cuales no estuvieron a la altura de las circunstancias y del nivel que requiere la camiseta de River.
A los tres futbolistas que se les culmina el vínculo son Claudio Echeverri, Gonzalo Martínez y Manuel Lanzini. El que se irá seguro es el Diablito pero porque ya está transferido a Manchester City, que lo dejó a préstamo hasta diciembre. En tanto, al Pity, ya recuperado y con un buen regreso, le renovarán. Y la continuidad de Manu está en duda.
Después, hay varios jugadores que estarán bajo la lupa. Los nombres más fuertes son los de Miguel Borja y Paulo Díaz.
El colombiano parece tener el boleto picado. De repente, se derrumbó y entró en una sequía importante. Ya no es el goleador letal del primer semestre. ¿Será por una cuestión personal? ¿O lo afectará el juego de Gallardo?
Su cláusula de rescisión bajará a cuatro millones de dólares y es probable que busque un nuevo destino. El Muñeco buscaría, además, un 9 con más sintonía a su búsqueda futbolística, es decir que presione la salida rival y que se asocie para jugar. Con características similares a las de Julián Álvarez, Rafael Borré o Lucas Beltrán.
Lo del chileno en cambio es diferente porque River le renovó hace poco el contrato, con una importante suba salarial. Sin embargo, su prestación en el campo de juego cayó y si llega una buena oferta, como la que tuvo de Arabia Saudita por ejemplo, sería transferido. Otros dos que pueden llegar a tener el cartelito de venta son Enzo Díaz y Pablo Solari. No se pondrían si llegan ofrecimientos por ellos.
Hay otros jugadores que estarán en observación y su continuidad dependerá de sus rendimientos y también de cómo los vean en los entrenamientos ya que algunos tienen pocos minutos. Son los casos de Federico Gattoni, Ramiro Funes Mori, Agustín Sant’Anna, Nicolás Fonseca, Rodrigo Villagra y Adam Bareiro.
Por otra parte, habrá charlas con algunos históricos que tienen contrato vigente para ver si están para continuar o no. La referencia es hacia Nacho Fernández y Milton Casco, quienes tienen un año más de contrato.
Gallardo tiene pensado renovar el plantel y traer más jerarquía. La nueva base, entonces, se armará en torno a los futbolistas que ya trajo en el último mercado de pases cuando volvió a dirigir a River. Es decir: Germán Pezzella, Fabricio Bustos, Marcos Acuña y Maxi Meza. A ellos cuatro hay que sumar a Franco Armani, que seguirá siendo el arquero titular -y capitán-, mientras que Jeremías Ledesma le custodiará la espalda.
Otros nombres que hay que agregar, además de Pity Martínez, ya mencionado, con los que Gallardo contaría son Leandro González Pirez, Santiago Simón, Matías Kranevitter, Franco Mastantuono, Facundo Colidio y Rodrigo Aliendro, quien pronto volverá jugar tras la lesión en el hombro izquierdo. Y tendrá que definir las situaciones de los juveniles Daniel Zabala, Ian Subiabre y Agustín Ruberto.
Una vez definido quiénes se quedan y quiénes se van, ahí Gallardo empezará a buscar los jugadores para conformar el nuevo plantel, en base a los puestos que se necesiten. Las prioridades serán un segundo marcador central, un «5», un volante de recuperación y juego y un centrodelantero. Y después irá por otros que lleguen para acoplarse.
El Muñeco tiene la pelota una vez más y hará un análisis de revisión y observación, que será esencial para refundar a un River falto de líderes, de juego y de goles, con la intención de hacer un reseteo y volver a contar con un plantel confiable y de jerarquía.