Los Gladiadores cerraron con derrota ante Egipto y la despedida de dos íconos de su propia Generación Dorada

La Selección Argentina masculina de handball cerró un ciclo en los Juegos Olímpicos de París 2024. Este domingo, con la derrota por 34-27 ante Egipto, finalizó su participación en el durísimo grupo B que le tocó en suerte, en el que no pudo lograr su objetivo de sumar al menos un punto para irse con otro semblante de su cuarta cita olímpica consecutiva. Y Los Gladiadores, también, despidieron a los últimos exponentes de su propia Generación Dorada como Federico Pizarro y Federico Fernández, por lo que ahora apostará al recambio que ya inició y buscará completar rumbo a Los Ángeles 2028.

Conscientes de que el duelo con los africanos era el final de su presencia en la capital francesa, Argentina se dedicó a intentar despedirse con el mejor sabor de boca posible y protagonizó sus mejores minutos de juego en el torneo.

Sólido en defensa, gracias a la fortaleza del eje central con Lucas Moscariello y Nicolás Bonano, y efectivo en ataque, con un Andrés Moyano inspiradísimo, el conjunto argentino no sólo tuteó a Egipto, sino que llego a contar con una renta de cuatro tantos (5-9) a los doce minutos de juego.

Un resultado inexplicable sin el buen rendimiento del arquero Juan Bar, que cubrió, como atestiguan sus siete atajadas del primer tiempo, los mínimos resquicios que dejó el infatigable trabajo de piernas y brazos de Moscariello y Bonanno.

Esa intensidad defensiva permitió a los dirigidos por Guillermo Milano dejar sin anotar durante casi ocho minutos a una selección egipcia que no sólo llegaba a la cita con el billete para cuartos ya asegurado, sino convertida en una de las grandes sensaciones del torneo tras empatar con Francia (26-26) y superar a Noruega (26-25).

Ese panorama que obligó a pedir con urgencia un tiempo muerto al DT de Egipto, el español Juan Carlos Pastor, sabedor de que sólo la victoria valía a los africanos para aspirar a la segunda plaza del grupo y asegurarse un cruce más sencillo.

Ese freno a tiempo no pudo sentarle mejor a los egipcios, que dieron un paso adelante tanto en defensa, con la irrupción del arquero Karim Hendawy, como en ataque, donde despertó definitivamente el lateral Ali Zein.

Una reacción que no logró contener Argentina, que vio cómo poco a poco iba mermando su ventaja hasta quedar reducida a la mínima expresión (14-15) al llegar el entretiempo.

El guion no cambió en el inicio del complemento, donde Egipto pareció acabar con las esperanzas de victoria de Argentina, que se atascó en ataque y no pudo evitar que le dieron vuelta el marcador (19-16).

Pero ni así se rindieron los ‘Gladiadores’, que en una muestra de coraje lograron igualar (19-19), algo que los argentinos, pese al empeño del extremo Fede Pizarro, no pudieron repetir en la siguiente racha positiva de los africanos.

Así lo demostraron los seis goles (31-25) de ventaja con los que Egipto llegó a los últimos cinco minutos de juego en los que Argentina no pudo evitar cerrar sus actuación en los Juegos Olímpicos de París con una nueva derrota (34-27).

A la espera de lo que ocurra con el capitán Diego Simonet, uno de los mejores jugadores de la historia de Argentina, Los Gladiadores despidieron a dos de sus emblemas de este exitoso ciclo: Federico Pizarro y Federico Fernández.

«Era momento de dejar a la nueva camada que empiece a armar un grupo nuevo, consolidarse y empezar a buscar una nueva identidad, ojalá siguiendo nuestros pasos. Hay muchos chicos que se van a quedar y ojalá que en Lima logren clasificar y Los Gladiadores vuelvan a estar en Los Ángeles. Pueden contar conmigo para lo que sea y voy a ser el primero alentando», afirmó Pizarro, en declaraciones a TyC Sports.

«Siempre le dimos todo a la Selección, casi que no faltamos a ningún torneo y es difícil tomar la decisión de dejar. Fueron muchos años, mucho esfuerzo y dejamos a la Argentina en cuatro Juegos Olímpicos. Me hubiera gustado ganar algún partido más, pero es lo que nos dio en este momento y en los anteriores», completó Fernández.