«Que la gente crea, porque tiene con que creer»…

Aquella recordada frase de Marcelo Gallardo en medio de la serie de semifinales con Gremio en 2018 es lo que más resuena en la mente de los hinchas de River por estas horas.

Si bien las circunstancias son diferentes a las de hace seis años, en la previa de la revancha de otra semifinal de Copa Libertadores, River está apremiado y obligado a construir una épica para poder llegar a la final del máximo torneo continental que será en el Monumental, nada menos.

Pero para llegar al 30 de noviembre, el equipo del Muñeco tendrá que jugar un partido perfecto y hacer una actuación tan grande como su estadio.

River se encuentra en una situación similar a las que pasó otras veces con Gallardo en su primer ciclo. En 2015 y 2018, ante Cruzeiro y Gremio tuvo que revertir un gol pero en Brasil, lo cual potenciaba la quimera. Y otras dos veces sí estuvo 0-3 en la ida.

González Pirez la pasó mal con Hulk y Deyverson. 
Foto: EFEGonzález Pirez la pasó mal con Hulk y Deyverson.
Foto: EFE

Ante Jorge Wilstermann de Bolivia en los cuartos de final de 2017 logró la hazaña al golear 8-0 en la vuelta. Y estuvo cerca en las semifinales de la edición 2020 cuando tras caer 3-0 en el primer partido (jugado en Independiente) con Palmeiras, luego ganó 2-0 en Brasil pero no le alcanzó. Había convertido el tercer tanto Gonzalo Montiel, sin embargo el VAR lo anuló por una posición adelantada milimétrica de Rafael Borré en el inicio de la jugada.

Ahora la situación es diferente. Tan distinta que, en aquellos momentos, además de la mística había características futbolísticas desde donde River podía agarrarse para creer. Un equipo con mucho carácter, con personalidad y con un circuito de juego aceitado que fluía.

A River, además, hoy le cuesta hacer goles. Y necesita meter al menos 3 y que no le conviertan. Entre Liga y Copa lleva 221 minutos sin anotar.

Entonces, la ilusión por dar vuelta la historia ante Mineiro pasa más por una cuestión de fe que de realidad futbolística. Y porque está Gallardo, que además de tener su estatua bien ganada por todo lo que hizo en su primer ciclo, posee un imán energético que lleva a los hinchas a confiar en él aun cuando la situación sea opaca.

Hasta los rivales lo ven así. “River es un club muy grande. Con Gallardo en Libertadores tuvieron remontadas muy grandes. En 2015 remontaron y ganaron 3-0. En 2018 contra Gremio. Después con Palmeiras perdió 0-3, vino a Brasil a jugar y en la primera parte ya ganaba 2-0. River no se va a entregar”, afirmó Gabriel Milito, técnico de Atlético Mineiro. Y Fausto Vera, reforzó ese pensamiento con un datalle sobre la definición. “Practicamos penales. Sabemos que existe la posibilidad y que eso puede pasar”, reconoció el ex mediocampista de Argentinos Juniors.

Gabriel Milito conoce bien a River.
Foto: Marcelo Carroll






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Foto: Marcelo Carroll

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En River, esta vez, sueñan con al menos poder llegar a esa instancia. Si bien los penales son un karma para el equipo de la banda roja, de hecho lleva seis definiciones consecutivas desde los doce pasos perdidas, ahora en caso que se dé, llegaría con una inyección anímica a las ejecuciones.

En la historia hay partidos que también marcan que es posible una remontada, al menos desde la estadística. En 2001, por los octavos de final de la Copa de ese año, River había caído 2-0 en la ida con Emelec y en la vuelta goleó 5-0. Si bien tuvo que revertir un resultado de dos goles, una diferencia de 5 tantos ahora hasta le sobraría. Y en la Supercopa de 1988 también revirtió contra Olimpia un 0-2, con un 4-0 en el Monumental. Y a los brasileños les pesa un recuerdo: en 1995 le habían ganado 4-0 en Brasil a Rosario Central y en la revancha el Canalla también goleó 4-0 y lo eliminó por penales.

River tendrá que salir a marcar un gol tempranero para empezar a soñar, sin descuidarse de dejarle muchos espacios a Hulk, Deyverson y Paulinho, el tridente de ataque letal que tiene Atlético Mineiro. Para ello, Gallardo diagramará un equipo más ofensivo, con la inclusión de Meza o Solari para acompañar a Colidio y Borja y habrá que ver si juega con línea de tres o cuatro en defensa.

El pueblo millonario tiene fe: cerca de 30 mil personas hicieron un banderazo este lunes para apoyar al equipo.El pueblo millonario tiene fe: cerca de 30 mil personas hicieron un banderazo este lunes para apoyar al equipo.

Si lo hace con 4 defensores, los laterales pasarán constantemente, por lo que puede que los dos centrales y el volante central jueguen mano a mano permanentemente con los de arriba del conjunto brasileño. El Muñeco espera por Marcos Acuña, quien se lesionó en el calentamiento previo en Belo Horizonte. Al campeón del mundo lo infiltrarán de ser necesario. Pero va a estar.

Mineiro tiene muchas virtudes pero un defecto que puede ser importante: no está preparado para resistir defensivamente. Y de visitante en la Copa, en los partidos más chivos no hizo buenas producciones. Les ganó a Caracas y a Rosario Central pero luego cayó con Peñarol (0-2), igualó con San Lorenzo (1-1) y perdió con Fluminense (0-1). Y en el Brasileirao viene de perder 3-1 con Inter, aunque con suplentes.

“Es difícil pero llegamos hasta acá y vamos a generar un estímulo. Jugaremos en nuestra cancha y la gente nos va a dar una dosis para generar esa esperanza de poder hacer la épica”, afirmó con optimismo Gallardo. Y así quedó claro en el banderazo que se realizó en el Monumental en la víspera de un partido muy especial.



Fuente Clarin

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