Cristian Borruto es la representación perfecta del prototipo de futbolista argentino. Su humildad (y nerviosismo) para hablar públicamente contrasta con lo que hace dentro de una cancha. Tiene el gen del potrero para inventar movimientos que le permiten sacar ventajas y lo convirtieron en el máximo goleador argentino en la historia de los Mundiales de futsal. Y, además, desde el domingo pasado es el único jugador albiceleste de esta disciplina que disputó cinco ediciones de este torneo FIFA. Sí, los mismos que jugó hasta el momento un tal Lionel Messi.
«No, no lo conozco a Messi todavía», le confesó a Clarín momentos después del triunfo sólido por 7 a 1 contra Ucrania en el debut en el grupo C del certamen que, en su décima edición, se disputa en Uzbekistán. Este miércoles, el equipo dirigido por Matías Lucuix va por el segundo paso contra Afganistán, a partir de las 12:00 (hora argentina) con televisación de la TV Pública y DSports.
Puede resultar raro este dato, porque Borruto -surgido en Independiente- recorre el predio de Ezeiza desde hace más de 16 años. Su primera convocatoria a un Mundial fue para Brasil 2008, donde estuvo en planilla en tres de los siete partidos, pero no tuvo minutos por decisión del DT Fabián López.
En Tailandia 2012 ya jugaba hacía varias temporadas en Europa (estuvo principalmente en Italia, pero también pasó por España) por lo que fue una de las figuras del equipo que llegó a cuartos de final y perdió en suplementario con el a la postre campeón Brasil. Convirtió cinco tantos.
En Colombia 2016, cuando Argentina llegó a la cima del mundo con su primer título mundial, ‘Titi’ estuvo en los siete encuentros con cuatro goles.
En Lituania 2021, en tanto, fue fundamental con otros cuatro tantos para el subcampeonato de la Albiceleste, que perdió la final ante Portugal, donde Borruto fue expulsado por una agresión sobre Ricardinho, que fue revisada en el VAR.
Y en esta edición de Uzbekistán 2024, el ala pivot debutó con un doblete contra Ucrania, que elevaron su cuenta en Mundiales hasta 15, siendo el máximo de la historia de la Selección por delante de Alan Brandi (10), que también está cerrando su historia con la albiceleste en este torneo.
«No voy a llorar porque soy re duro para eso, pero hermoso, gracias a todos los que compartieron estos Mundiales conmigo, pero lo más importante es la Selección», afirmó.
«Estoy feliz, seguro en el barrio están apoyando a la Selección como siempre», agrega. «El barrio», como lo define Borruto, es Dock Sud, ahí donde creció en un ambiente humilde, junto a sus diez hermanos y su mamá Estela. Su papá falleció cuando él apenas tenía un año.
«A las personas que nacieron como yo, con una situación económica desfavorable, les diría que usen la cabeza, que piensen en la familia, que trabajen de lo que sea, que no bajen los brazos, que la peleen. Yo busqué salir adelante y lo logré. Sé que no es fácil. Pero yo digo que se puede. Vivo desde el 2008 en Italia pero siempre que me citaron a la Selección estuve, no falté nunca. Es lo mejor que me pasó en la vida defender esta camiseta, son los colores más lindos que hay», dijo en alguna entrevista durante estos años.
Porque Borruto es eso, la esencia del futbolista argentino. Y con esa carta quiere cerrar su historia con otro título en la Selección.