Es otro deporte, definitivamente. El latiguillo que se usa para diferenciar a la Premier League del resto de las ligas del mundo volvió a estar presente este domingo al mediodía en el empate 1-1 entre Liverpool y Manchester City, dos de los tres animadores del certamen. El tercero, Arsenal, ahora es líder cuando faltan 10 fechas para el final.
Anfield, ese templo del fútbol que le pone música a la ciudad de los Beatles, fue escenario del partido más esperado del año. Y con dos señores entrenadores que parecieron vivir su propio «last dance»: Pep Guardiola y Jurgën Klopp quien avisó que dejará el club cuando termine la temporada. «Me hizo mejor entrenador», afirmó el español; «Es el mejor que vi», resumió el alemán. Verlo en cancha fue privilegio de pocos: los tickets se ofrecían a 15 mil dólares en las páginas web de reventa.
Alexis Mac Allister fue titular en el local, y Julián Álvarez apareció en el 11 inicial del City, como para que el duelo tuviera presencia y protagonismo argentino asegurado. Y lo tuvo. El primero de los incontables remates al arco que tuvo el partido llevó la firma del ex River, que se paró de extremo izquierdo y probó de zurda.
El City arrancó el partido a lo City, con la pelota y jugando en el campo del Liverpool. Con Haaland de 9 y el tándem Julián, De Bruyne, Silva y Foden atacando por todos lados. Detrás de ellos, Stones y Rodri dueños del medio; y más atrás la defensa de tres entre Aké, Akanji y el velocista Walker. Una orquesta que iría desafinando con el correr de los minutos.
Los de Klopp apostaron a un dibujo más tradicional, un 4-3-3 en el que Alexis tenía la difícil misión de robar, tocar y llegar, con otros dos sudamericanos obligados a redoblar sus esfuerzos, Luis Díaz y Darwin Núñez, que en el segundo tiempo se terminaron del partido.
Es maravilloso el fútbol porque en este duelo táctico entre los mejores entrenadores, jugadores y equipos del mundo, el partido se terminó resolviendo por una avivada, una verdadera burrada y una polémica de VAR en el último segundo.
En el minuto 23 del primer tiempo, Guardiola le hizo un homenaje al Ferro de Griguol y el gol del City nació con una cortina de esas que el Viejo DT aprendió de sus charlas con León Najnudel. De Bruyne pateó un córner a media altura al primer palo, Aké retuvo a Mac Allister y John Stones llegó al vacío para empujar a la red. Golazo.
Aké pasó de héroe a villano en la primera jugada del segundo tiempo. El neerlandés quiso tocar hacia atrás con el arquero y la dejó corta, Ederson salió con todo a romper y Núñez llegó primero la pelota. ¿Cómo se llama la obra? Penalazo. Fue tan fuerte el brasileño contra el uruguayo que se terminó lesionando y salió reemplazado. Alexis, cada día más dueño de equipo, facturó el empate con jerarquía.
Como un gran maestro que erra una nota en pleno concierto, el City pareció no perdonarse fallar en lo que mejor sabe hacer, que es el manejo y el pase en la zona de salida. Quedó aturdido tras el 1-1 marcado por el ex Argentinos y Boca, y Anfield explotó para empujar al equipo de Klopp.
Lo tuvo el Liverpool varias veces, y en la más clara Luis Díaz no aprovechó un pase de Salah que lo dejó mano a mano con Stefan Ortega, el arquero alemán que sostuvo el empate de los de Guardiola. La mejor del City fue para Doku, que entró por Julián y en el minuto 90 pegó un zurdazo en el palo.
Cosas de la Premier: se adicionaron 8 minutos y pasó de todo. El drama estuvo presente cuando en la última Alexis saltó con Doku, precisamente, y el neerlandés pareció rasparle el torso con un planchazo al argentino. Estaban dentro del área y pudo ser penal. El VAR la revisó pero quedó en la nada. Tras el pitazo final, Guardiola y Klopp se abrazaron durante varios segundos. La tabla muestra a Arsenal y Liverpool con 64 puntos, y al City con 63 cuando quedan diez fechas. La Premier está buenísima: otro deporte.