«Las cábalas son costumbres» supo decir en su momento Carlos Salvador Bilardo, fundamentalista número uno del seguimiento de rituales para conseguir, en este caso, triunfos futbolísticos. Lionel Scaloni aparenta seguir el mismo camino. Aunque sus acciones supersticiosas se quedan a la vista cuando ya tiene un trofeo en mano. En su momento, supo llamar la atención cuando festejó el Mundial con una camiseta albiceleste que utilizó en el Mundial Juvenil de 1997. Pero ya no sorprendió cuando en el bicampeonato de la Copa América recurrió a la misma fórmula al lucir una nueva camiseta retro, dejando a la vista el hallazgo de un nuevo método que puede fomentar la llegada de nuevos títulos.

Sin embargo, Scaloni se vio obligado a romper con uno de los «mandamientos» de todo cabulero: nunca debe rebelarse el trasfondo o razón que existe detrás de cada cábala. Aunque en defensa del entrenador, lo hizo obligado para rendirle homenaje a su jugador clave fuera del campo.

«Esta camiseta me la regaló el mismo chico que la de Malasia en 1997«, confesó el DT más laureado de la historia de la Selección argentina, en conferencia de prensa con la medalla de campeón continental colgando en su cuello, mientras vestía la remera suplente del Mundial 2006. La misma lucía el dórsal número 13, aquel que le correspondió utilizar en la única Copa del Mundo que disputó como jugador.

La declaración fue una sorpresa para varios el romperse la idea de que no era Scaloni quien llevaba sus propias camisetas a cada torneo con la Selección en caso de tener el gusto de levantar un nuevo trofeo. En realidad, Tomás Calvo es el maestro detrás de la obra, aquel «chico» a quien el oriundo de Pujato no se olvida de agradecer.

Chispa y Scaloni, la dupla que cumple a rajatabla con la cábala de los festejos. Foto: @javierlanzaChispa y Scaloni, la dupla que cumple a rajatabla con la cábala de los festejos. Foto: @javierlanza

Tomás es más conocido como Chispa. Es un coleccionista y fanático de camisetas de fútbol, sobre quien no resulta curioso que considere que «las casualidades no existen». En un rol casi de vestuarista de celebraciones, fue el encargado de otorgarle en mano a Scaloni cada camiseta que utilizó para festejar, tanto la Copa del Mundo como la Copa América. ¿Cómo lo hace? Gracias a la relación de amistad que tiene desde hace años con Germán Pezella.

Para comprender la sucedido en el campo de juego del estadio Hard Rock de Miami, es menester rebobinar en el tiempo. Todo comenzó en 2022, cuando Argentina cayó en su debut mundialista frente a Arabia Saudita. Aún bajo los efectos del cimbronazo, Chispa se prometió a sí mismo que si La Scaloneta revertía la situación y se coronaba campeón, buscaría la forma de regalarle al DT la camiseta que utilizó cuando era un pibe, en el Mundial de Malasia de 1997. Era una de las tres casacas que Tomás había llevado en su valija para seguir a la Selección por Qatar.

Con el título del Mundo asegurado, el coleccionista, que tuvo el lujo de ver desde adentro la concentración del plantel en cada visita que le realizaba a su amigo Pezzella, logró ingresar al campo del estadio Lusail y cumplir su cometido. Llegó hasta Scaloni, le obsequió la camiseta y hasta hubo un trueque: el técnico, en forma de agradecimiento, le regaló la chomba que había utilizado para dirigir la final contra Francia.

«Para la Copa América la cábala tenía que seguir», escribió el periodista Javier Lanza, responsable de sacar a la luz la historia detrás de las camisetas.

Con un Chispa decidido a seguir acompañando a la Selección a un nuevo torneo, junto al propio Pezella no se olvidaron de la cábala que habían iniciado y comenzaron a debatir entre ambos qué camiseta del museo de Tomás podía volar hacia Estados Unidos para entregársela a Scaloni en caso de alcanzar nuevamente la gloria continental.

Entre intensas búsquedas y fotos de remeras que Chispa le enviaba al central de la Selección para escuchar su opinión, se encontró con una reliquia que hasta él mismo no recordaba tener en su colección: una casaca suplente del modelo Mundial 2006, la cual contaba con la particularidad de tener estampado el dorsal que utilizó Scaloni, aunque sin su apellido sobre la espalda.

«Cuando Tomás supo que esa camiseta 13 la había usado Lionel Scaloni no dudó un segundo y le dijo a Germán (Pezella): ‘Vamos a salir campeones de nuevo‘», comentó Javier Lanza acerca de la historia. Así fue.

La pregunta del millón es, ¿cómo Chispa consiguió esa camiseta y no la recordaba? La misma vino dentro de un lote de camisetas que compró en 2010 y nunca había consultado de quién era. Claro, por aquel entonces, Scaloni todavía ni siquiera tenía completado el curso de entrenador y era jugador de la Lazio de la Italia. Solamente el destino sabía el futuro que le depararía a la casaca.

Scaloni, en conferencia de prensa con su medalla de campeón y cumpliendo la cábala de festejar con una casca retro. Foto: @ArgentinaScaloni, en conferencia de prensa con su medalla de campeón y cumpliendo la cábala de festejar con una casca retro. Foto: @Argentina

Igualmente, algunos le bajaron la espuma a la historia al notar que la camiseta puede no corresponderle a Scaloni, sino que a Leonardo Ponzio. Es que el ídolo de River, previo al Mundial 2006 -al que no fue convocado-, utilizó la misma camiseta que vestía Scaloni en los festejos de la Copa América en un amistoso frente a Croacia, en el que Lionel estuvo en el banco con la número ’20’. Además, el actual entrenador utilizó la versión titular en el único partido que disputó en aquella Copa del Mundo, en octavos de final frente a México.

Pero lejos de afectar este dato en la línea temporal, queda por destacar que, para fortuna de todo el país, la historias de Tomás volvió a tener final feliz. Alentó a la Selección durante toda la Copa América y, luego de que Argentina levante el trofeo, ingresó al campo del Hard Rock Stadium para cruzarse nuevamente con Scaloni.

A pesar que era la primera vez que se veían las caras post Qatar, el DT no se había olvidado de su jugador secreto a la hora de los festejos. Por eso es que nuevamente aceptó su obsequio, se puso la camiseta sin importar que presentaba un tajo en la zona del pecho y se presentó flameante, luciéndola en conferencia de prensa.

Y por más que no se lo dijeron entre sí, cuando ambos posaron para sacarse una foto para la posteridad, posiblemente por dentro soñaban con volver a encontrarse el año que viene, teniendo otro final feliz, con una nueva camiseta mediante, en La Finalissima frente a España.





Fuente Clarin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *