Una fuerte preocupación invadió a todos cuando Lionel Messi, a los 22 minutos del primer tiempo del partido entre Argentina y Chile y después de una fuerte falta del defensor Gabriel Suazo, pidió asistencia médica por un dolor en el aductor derecho.

No tuvo nada que ver con la entrada del lateral izquierdo. Pero el capitán argentino estaba tocado y enseguida fue atendido por el kinesiólogo Luis García, quien le hizo masajes en la zona con un poco de crema. Casi dos minutos estuvo fuera del campo de juego el rosarino, que se perdió un ataque del equipo argentino que Rodrigo De Paul culminó con un remate que se fue desviado.

Alguna dificultad estaba arrastrando el mejor jugador del mundo porque antes del partido, cuando estaba haciendo el calentamiento y practicaba tiros libres, el médico Daniel Martínez se le acercó y le dio una pastilla. Probablemente le dio un analgésico como sucede con muchos futbolistas que arrastran molestias, aunque no es habitual en Messi.

Minutos más tarde, después de probar y no poder superar la marca de tres chilenos, Messi se quedó mirando el piso y tomándose la cintura. Apenas miró a Lionel Scaloni le hizo el gesto de «ojo». Las alertas ya estaban al rojo vivo.

Sin embargo, minutos después, Leo se activó. Y terminó el primer tiempo mostrando su mejor versión. Un remate desde fuera del área que salió besando un palo mostró que las molestias empezaron a ceder. Y el enojo con el árbitro Aníbal Matonte sobre el final sirvió como muestra de que el dolor ya no era su principal preocupación.



Fuente Clarin

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