Al póker de oros llegó este viernes el nadador francés Léon Marchand y se convirtió en el rey indiscutido de las piscinas olímpicas de París 2024. La megaestrella local, de apenas 22 años, hizo delirar una vez más a La Défense Arena, que estalló en una fiesta azul, blanca y roja cuando su héroe paró el reloj en 1m54s06, por delante del británico Duncan Scott y el chino Shun Wang, y no solo se consagró campeón de los 200 metros medley, lo hizo además con un nuevo récord olímpico. ¿De quién era la marca que rompió? Nada menos que de Michael Phelps, que la había establecido en Beijing 2008 con 1m54s23.

Marchand, que se había impuesto además en los 400 medley, los 200 mariposa y los 200 pecho, todos con récords olímpicos, escribió su nombre en la historia grande de este deporte. Porque se convirtió en el cuarto nadador en conseguir cuatro o más medallas doradas en pruebas individuales en unos mismos Juegos.

Lo habían hecho la alemana Kristin Otto, que ganó los 50 y 100 libre, los 100 mariposa y los 100 espalda en Seúl 1988; el estadounidense Mark Spitz, dueño de los títulos de 100 y 200 de estilos mariposa y libre de Munich 1972; y el gigante Phelps, que conquistó cuatro en Atenas 2004 (100 y 200 mariposa, 200 y 400 medley) y cinco en Beijing 2008 (donde además se llevó los 200 libre). Y ahora, también lo hizo Léon, para bajarle el telón a uno Juegos perfectos, en su propia casa. Eso si no lo llaman a disputar el fin de semana las postas 4×100 m medley masculina y mixta.

«Es increíble, ha sido mágico. Soy muy bueno gestionando mi energía. Sé canalizarla. Todo el estadio me apoya, y yo la aprovecho», comentó el nacido en Toulouse, que parece destinado a superar todo lo hecho por esos otros fenómenos.

Léon Marchand, la gran estrella de los Juegos de París 2024. Foto: EFELéon Marchand, la gran estrella de los Juegos de París 2024. Foto: EFE

Sin ir más lejos, en París ya logró algo que nadie consiguió, ni el propio Tiburón de Baltimore, el atleta olímpico más condecorado de la historia (con 28 medallas, 23 de oro): el doblete 200 mariposa y 200 pecho, que firmó, para hacer más épica la hazaña, en una misma noche.

El primero, en una final épica, en la que corrió de atrás al húngaro Kristof Milak, el mejor mariposista de todos los tiempos y dueño del récord mundial, y a quien superó en un demoledor sprint final en los últimos 40 metros. El segundo, menos de dos horas más tarde, en una prueba que dominó de punta a punta. Un doble triunfo en dos estilos tan diferentes y con técnicas tan distintas, que solo un talento extraordinario como Léon podría lograr.

Esa proeza ya lo había consolidado como una estrella de nivel mundial, porque en Francia ya es ídolo desde hace mucho, tanto que la gente se junta en las calles, frente a las pantallas gigantes de los Juegos, para seguir sus competencias. Y tanto, que el presidente Emmanuel Macron lo eligió para ser el rostro de sus Juegos, cuando le confirmaron que Kylian Mbappé no sería parte de la cita.

Pero este cuarto oro, que consiguió con un tiempo apenas 0s06 por encima del récord mundial de Ryan Lochte vigente desde 2011, en una noche de viernes con un ambiente eléctrico en el centro acuático de París colmado con 13 mil espectadores, lo catapultó al olimpo de la natación.

Heredero de una familia de nadadores olímpicos -su mamá Céline compitió en Barcelona 1992, su papá Xavier, en Atlanta 1996 y Sydney 2000; y su tío, Christophe Marchand, también en Barcelona 1992 y en Seúl 1988-, Léon se formó en el prestigioso club de nadadores los Delfines de Toulouse, pero el salto en su carrera lo dio cuando a los 18 años decidió irse a estudiar a la Universidad de Arizona en los Estados Unidos.

Léon Marchand, en acción. Foto:  REUTERS/Clodagh KilcoyneLéon Marchand, en acción. Foto: REUTERS/Clodagh Kilcoyne

Allí, tuvo el desparpajo de mandarle un mail a Bob Bowman, el entrenador que había llevado a la gloria a Phelps, que le vio una proyección enorme y lo aceptó como pupilo. Y las comparaciones con el 23 veces campeón olímpico comenzaron. Aunque las predicciones sobre lo que podía conseguir el francés en el agua seguramente se quedaron cortas.

¿Qué dijo él tras escribir su nombre junto a tres de los más grandes nadadores de todos los tiempos? «Esta semana fue increíble. Estuve disfrutando cada momento, en este estadio con un público que estaba loco. Fue genial».

Léon Marchand es el rey de las piletas de París 2024 que hizo delirar a todo un país a pura brazada.



Fuente Clarin

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