«Perdimos, ya está. Ahora hay que focalizarse en el próximo partido y ganarlo». Esa frase de Fernando Ferrara se repitió en la voz de cada una de Las Leonas, después de la derrota por 3 a 0 ante Países Bajos, por las semifinales del torneo femenino de hockey sobre césped de París 2024. Les dolió muchísimo a las argentinas la nueva caída ante un rival que lleva seis Juegos Olímpicos aguándoles la fiesta, porque habían venido con una ilusión enorme. Se notó en los rostros con el ceño fruncido, en las lágrimas y los abrazos compartidos en la cancha apenas la chicharra final desató el festejo neerlandés, y en ese «estoy destruida» que llegó a lanzar Agustina Gorzelany antes de quebrarse. Pero las argentinas saben muy bien cómo levantarse después de un duro golpe y ese fue el consenso de todo el equipo: a llorar, olvidar y salir con todo a pelear por el bronce.
«A todos nos duele la derrota, pero hay que soltar lo antes posible y pensar que no es lo mismo una medalla de bronce y un podio que nada. Lo que pasa es que de esas cosas uno se da cuenta por ahí cuando es más grande, ahí aprende a valorarlo. Mi objetivo como líder del equipo es tratar de convencer a las chicas de que esto es así y que estén cien por ciento para el próximo partido. Este grupo se merece una medalla por todo el esfuerzo que hizo para llegar acá», analizó el entrenador Fernando Ferrara, anticipando el duelo que jugarán este viernes por el tercer lugar ante Bélgica, que perdió por 3 a 2 (1-1) con China en la otra semis.
Consenso hubo también a la hora de explicar el por qué de la derrota. Sin poner excusas, aceptaron que Países Bajos fue superior. Fue lo que se vio en un estadio Estadio Yves-du-Manoir teñido de naranja, con apenas algunas manchas celestes y blancas. Igual, aunque los neerlandeses fueron muchísimos más, los argentinos se hicieron sentir siempre. Tanto, que cuando poco antes del partido se hizo eco bien fuerte en el aire el «O juremos con gloria morir», muchos hinchas del equipo europeo se asombraron y buscaron con la mirada de dónde salían tantas voces entonando a unísono esas estrofas que son desde hace tiempo un llamado de guerra para los atletas nacionales.
El arranque fue parejo, pero Argentina se preocupó tanto por cuidar el arco en el primer cuarto, que se «olvidó de jugar», como reconoció Agustina Albertarrio. Países Bajos fue, fue y fue hasta que en el segundo cuarto, el más flojo de las Leonas, anotó dos goles en cinco minutos y encaminó el encuentro. Y en el arranque del tercero sumó uno más y casi sentenció la historia. Casi, porque las dirigidas por Ferrara mostraron su mejor cara en el último período, en el que pudieron entrar más al semicírculo (la deuda pendiente de la primera mitad) y tuvieron tres corner cortos, aunque no los pudieron aprovechar. Y al final, no les alcanzó.
Fue la sexta derrota consecutiva de las argentinas ante Países Bajos en Juegos Olímpicos. Las europeas ya les habían ganado 4 a 2 por penales en las semifinales de Atenas 2004; 5 a 2 en semifinales de Beijing 2008; 2 a 0 en la final de Londres 2012, una de las derrotas que más les dolió a las albicelestes; 3 a 2 en cuartos de final de Río de Janeiro 2016 y 3 a 1 en la final de Tokio 2020. El seleccionado de camiseta naranja es desde hace 20 años la pesadilla de las Leonas. Pero tantas desilusiones nunca lograron quebrar el espíritu del equipo nacional.
«Obviamente la primera sensación que tengo es tristeza. Pero no me quiero quedar con ese sentimiento, me quiero quedar con el equipo que fuimos todo el segundo tiempo, yéndolo a buscar hasta el final. Nos tocó enfrentarnos en una semifinal al último campeón olímpico y mundial, al mejor equipo, y le dimos pelea», afirmó la capitana Rocío Sánchez Moccia.
Y agregó: «Esto igual no termina acá. Hoy podemos llorar, pero el viernes a salir con la cabeza en alto para ir por una medalla. Nos toca pelear por el bronce y no es poca cosa. Tenemos mucho para dar, nos merecemos llevarnos una medalla y no irnos con las manos vacías de este gran torneo que hicimos. Ese bronce va a ser nuestro oro».
Con la cabeza en alto se fueron también este martes, después de dar una especie de «vuelta olímpica» en pequeños grupitos, algunas abrazadas, otras con los ojos húmedos, para saludar a los hinchas argentinos que desparramados por las tribunas las habían alentado todo el partido. Pero no solo se llevaron el reconocimiento de sus compatriotas, también de los miles de neerlandeses que se pusieron de pie para aplaudirlas.
Se terminó el sueño del oro, que seguirá ausente, al menos por cuatro años más, en el medallero del hockey femenino argentino. Un medallero que, igual, es la envidia de muchos, porque tiene tres platas, las de Sydney 2000, Londres 2012 y Tokio 2020; y dos bronces, los de Atenas 2004 y Beijing 2008. Y que representa la vigencia de un equipo que lleva más de dos décadas en la elite.
«Nosotras lo valoramos mucho. Desde aquellas primeras Leonas se viene transmitiendo de generación en generación esto de valorar cada instante y cada medalla. Se transmite el esfuerzo que hacemos por la camiseta, de entrenarnos cada día y de lo que dejamos para ser parte de este equipo. Parece que las Leonas la hacemos fácil, pero no es nada fácil. Hoy estamos acá y hay que valorarlo. Perdimos otra vez con las mejores pero nos vamos a ir el viernes con el bronce. Estoy segura», reflexionó Sánchez Moccia.
«Cuando yo era de las más chiquitas, las grandes me decían que tenía todo el camino por delante. Hoy me toca hacer lo mismo con chicas de 18 o 19 años. Nos toca levantarles el ánimo y hacerles entender que una medalla es muchísimo. Por ahí hay quienes no lo puede entender, pero si hay en juego una medalla olímpica, con lo que nos cuesta todo a nosotros, hay que salir a darlo todo», reflexionó Albertarrio.
¿Cómo se hace para olvidarse rápido de esta dura derrota y poner el foco en la «final» que jugarán el viernes? Para Cristina Cosentino es cuestión de no dejar que la derrota les coma la cabeza.
«No hay que perder la confianza. Fue un partido. Veníamos de jugar seis y ganarlos todos. No por eso éramos las mejores, ni por perder este somos las peores», afirmó la arquera argentina, que había sido héroe en la definición por penales en cuartos ante Alemania y tuvo ante Países Bajos también algunas buenas atajadas.
Y cerró: «Duele porque vinimos a buscar la de oro. Ese era nuestro objetivo. Pero tenemos que mantenernos enteras porque en dos días vamos a estar peleando por algo importante. Sabemos a lo que jugamos, sabemos lo capaces que somos y tenemos que mantener el mismo nivel de confianza».