No es una novedad, pero aun así causa sorpresa. Como ocurrió en Tokio hace tres años, las camas de cartón de la Villa Olímpica generan sensación y diversas opiniones entre los atletas que comenzaron a arribar para participar de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Situada en el distrito de Saint-Denis, en la llamada Cité du Cinema -un megaproyecto que fracasó y que ahora se ha reutilizado para dar vida al corazón de los Juegos antes de reconvertirse en un futuro cercano en 2.800 casas-, en algunos de los departamentos de los 82 edificios que conforman la ciudad olímpica hay camas realizadas con materiales reciclables en las que los deportistas pueden elegir el colchón sobre el que dormir.
Las habitaciones disponen de camas de 90 centímetros de ancho y dos metros de largo, aunque se adaptan a las necesidades de ciertos atletas de una mayor envergadura, como judocas o jugadores de básquetbol.
Los organizadores desmintieron que estas camas de cartón sean disuasorias para practicar sexo por su supuesta fragilidad, un rumor que también se expandió en los pasados Juegos de Tokio, al ser denominadas como «anti-sexo».
Como en aquellos Juegos, en los de París las camas cuentan con un somier que usa pedazos de cartón, además de un colchón dividido en tres bloques de diferentes niveles de firmeza (a elegir por cada usuario) y fabricado a partir de fibras de resina utilizadas en algunas redes de pesca.
Para constatar la solidez, un representante de la empresa que concibió estas camas, la japonesa Airweave, saltó encima del colchón: «Miren los saltos que doy y peso 80 kilos».
Pese a eso, los videos de los atletas mostrando sus camas se multiplican en las redes sociales, donde muchos usuarios se sorprendieron porque son de cartón.
Otros, como la argentina Fernanda Russo, representante en tiro, usó su cuenta de Instagram, pero para reflejar que en su habitación hay una cama tradicional. «Spoiler: mi cama no es de cartón», bromeó.