Sentadas en unos banquitos en la zona internacional de la Villa Olímpica, bajo el sol de una mañana muy agradable, Lara Casas y Zoe Díaz, jugadoras de Las Leonas, cruzan miradas y se ríen. De tanto en tanto, una empieza a responder una pregunta y la otra la completa. Se nota que se entienden a la perfección, sin la necesidad de palabras, y que se llevan bien. Demasiado bien. «Las peleas son como de hermanas», cuenta una persona del cuerpo técnico que las acompaña durante la charla con Clarín. «Sí, ya es como mi hermana. Estamos todo el día juntas. Y cuando volvamos a Argentina, vamos a seguir estando todo el día juntas. Y eso que no nos conocemos hace mucho, pero parecen mil años. Estar viviendo esto con ella es hermoso», confiesa Zoe.
Eso que están compartiendo son, nada más y nada menos, que los Juegos Olímpicos de París 2024. Los primeros para ambas. Los que llegaron casi de imprevisto, muy rápido en sus carreras. Porque a finales del año pasado, las dos estaban con las Leoncitas en Santiago de Chile disputando el Mundial Junior, en el que salieron subcampeonas. Y hoy, ocho meses después y con apenas seis de recorrido con el seleccionado mayor, están a horas de luchar con Bélgica por una medalla de bronce, para subirse a un podio olímpico por primera vez.
«Cuando lo pensamos decimos que es una locura. Es algo que soñábamos pero que no esperábamos que llegara tan rápido», reconoce Lara, de 20 años.
A Casas y a Díaz las une algo más que ese ascenso rápido que tuvieron en las Leonas. No es la primera vez que defienden la misma camiseta porque las dos juegan en Italiano, que desde hace varios años viene creciendo dentro del hockey metropolitano y que, por primera vez, tiene dos jugadoras en una cita olímpica. Tan especial es ese logro para el club que la capitana de la Primera, Greta Liporace, vino especialmente a París para alentar a sus compañeras.
«Estar acá representando al club es tremendo. Para todos allá es un orgullo. Sabemos el apoyo que tenemos en Italiano, de las otras chicas, de los entrenadores, de todos. Eso nos da un plus de energía increíble», cuenta Lara, que arrancó a practicar este deporte en la escuela a los 9 años, pasó por San Martín y en 2020 llegó a la tradicional institución deportiva de Caballito.
Todo es nuevo en París para las dos delanteras, desde la experiencia de compartir la Villa Olímpica con miles de atletas de todo el mundo hasta la responsabilidad de vestir una camiseta con tanto peso y tanta historia como la de las Leonas. Y ellas lo están aprovechando al máximo, sin sacar el foco del objetivo deportivo.
«Estoy súper contenta. Nunca me imaginé estar acá. Las dos arrancamos en enero de este año con el seleccionado mayor. Venir a París era impensado. Así que estamos disfrutando del día a día. A full», afirma Zoe, que se enamoró del hockey después de ver un partido de las Leonas y comenzó a jugar a los 7 años, siempre en Italiano.
«Antes de venir dije ‘No voy a ver nada, no voy a buscar o googlear nada, que me sorprenda todo’. Y la verdad me sorprendió todo, los edificios, todas las cosas que hay acá, los atletas, estar rodeada de los mejores del mundo», cuenta Lara.
-¿Se sacaron alguna foto con un deportista muy conocido que no esperaban ver acá?
Casas: -Yo me saqué una foto con (Andy) Murray y me hubiese gustado sacarme con (Rafael) Nadal y (Carlos) Alcaraz, pero no pude. Fue muy triste (Risas).
Díaz: -A Alcaraz lo buscamos por toda la Villa, no sabés lo que fue. Pero no lo encontramos. La próxima será…
-Parece que lo están disfrutando más al estar juntas.
Casas: -Siempre decimos que te da una energía, un positivismo que quizás no sería lo mismo si no estuviésemos las dos acá. Hicimos todo el proceso junior juntas, aunque a Zoe no le tocó viajar al Panamericano (NdR: Fue en Bridgetown en abril de 2023 y Argentina quedó segundo), pero el proceso lo hicimos igual, viajamos al Mundial y arrancamos juntas en las Leonas. Y te motiva desde otro lado. Te da una fuerza diferente. Además como estamos en el club juntas, eso también te suma en los entrenamientos, en los partidos, nos conocemos y es hermoso.
-¿Cómo se acoplaron a un plantel en el que seguro encontraron a alguna jugadora que admiraban de chicas?
Díaz: -No fue difícil porque nos recibieron super bien. Yo estaba chocha de verla a Rochi, a Majo, a Agus, a todas… Siempre nos están aconsejando, acompañándonos para ir para adelante.
Casas: -Todas eran ídolas. Son las mejores de Argentina y estar ahora compartiendo con ellas el equipo es tremendo. Yo tenía un poquito de miedo antes de entrar. Pero al día 1 se me fue porque son personas excelentes. Justo ayer lo hablaba con Euge (Trinchinetti) y le decía que para mí es tremendo estar jugando esto con ella porque siempre fue mi jugadora favorita.
-¿Tomaron consciencia de lo que significa haber disputado ya una semifinal olímpica?
Casas: –Lo hablamos, pero creo que no es fácil dimensionarlo… Estamos tan enfocadas en el día a día y fue todo tan rápido, después de solo seis meses de entrenamiento con el equipo, que es difícil tomar consciencia. Pero estando acá, el primer día ya dijimos, somos parte, tenemos que dar nuestro cien por ciento y creo que lo estuvimos haciendo.
Tras la derrota ante Países Bajos en semifinales, que dejó a las Leonas otra vez sin las chances del oro, el entrenador Fernando Ferrara y las más experimentadas del plantel, como Rocío Sánchez Moccia y Agustina Albertarrio, recalcaron la importancia de dejar atrás rápido esa desilusión y valorar el gran torneo que viene haciendo el equipo y la posibilidad de ir a buscar una nueva medalla en el duelo por el tercer puesto. Y ese mensaje caló hondo en las más chiquitas del equipo.
«Costó un poco sacarnos la tristeza de ese partido. Obviamente tenés una espinita de bronca de haberlo perdido, pero teníamos que cambiar la cabeza rápido y pensar en mañana, porque se viene un partido difícil. Y lo hicimos. Fue un poquito de duelo ayer nomás, pero ya estamos mejor. Hoy el equipo se levantó muy bien. Cambiamos el chip y yo, al menos, estoy tranquila. Tener ahora la chance de jugar por otra medalla es tremendo», reflexiona Díaz.
Casas completó: «Tenemos que confiar en lo que somos, en nuestro sistema, en una misma y en el resto del equipo. Jugar a lo que sabemos, porque sabemos cuáles son nuestras virtudes y nuestros defectos. Y estamos con muchas ganas de jugar, ya queremos salir a la cancha de nuevo. Más allá de lo que se dio ayer, vinimos a buscar una medalla. Esa es nuestra motivación».
Por la sexta medalla de la historia
Las Leonas lloraron la derrota ante Países Bajos, la sexta al hilo ante ese rival en unos Juegos Olímpicos, pero ya superaron esa desilusión y metieron la cabeza en el nuevo objetivo: el bronce. Saben las argentinas que una medalla -de cualquier color- es un logro enorme. Por eso, este viernes prometieron salir con todo a buscar el triunfo en el duelo por el tercer puesto de París 2024, que jugarán ante Bélgica, una de las sorpresas, a las 14 (9 de Argentina) en el Estadio Yves-du-Manoir, al noroeste de la capital francesa.
«Nos toca pelear por el bronce y no es poca cosa. Tenemos mucho para dar, nos merecemos llevarnos una medalla y no irnos con las manos vacías de este gran torneo que hicimos. Ese bronce va a ser nuestro oro», había anticipado la capitana Rocío Sánchez Moccia minutos después de la caída en semis por 3 a 0 ante las neerlandesas, vigentes campeonas olímpicas y mundiales.
Las argentinas quieren sumar un podio más a su rica historia olímpica, que tiene tres platas, las de Sydney 2000, Londres 2012 y Tokio 2020; y dos bronces, los de Atenas 2004 y Beijing 2008. Y que representa la vigencia de un equipo que lleva más de dos décadas en la elite.
Enfrente tendrán a un seleccionado belga hambriento de gloria, que está jugando apenas por segunda vez una cita olímpica (fue 11° en Londres 2012) y sorprendió al llegar a semifinales, en las que perdió por penales australianos por 3 a 2 (1-1) con China. Las europeas sueñan con conquistar la primera presea del hockey de su país en la rama femenina.