Parecía que iba a ser una despedida perfecta. Una victoria en la final de la Copa de Portugal para decirle adiós a la segunda etapa en el Benfica, pero no todo tiene desenlace de cuento de hadas. Fue una dura derrota frente a Sporting Lisboa este domingo que también significó el último partido de Ángel Di María en suelo portugués, que se trasladó en lágrimas de rodillas y un rumor que se alimentó con el correr de las horas: después del Mundial de Clubes -donde será rival de Boca en fase de grupos- ¿será el momento del ansiado retorno a Rosario Central?.

Por caso, su esposa Jorgelina Cardoso, pilar fundamental de los momentos más difíciles en la carrera de ‘Fideo’, dejó un guiño en sus redes sociales, donde suele compartir sus sentimientos. Con corazones de color azul y amarillo, los mismos que la camiseta del ‘Canalla’, le dejó un mensaje de apoyo y también lanzó apuntó contra aquellos que «no lo valoran».

«Si de algo me convenzo cada día más es de tus ganas de ganar siempre, cada partido y cada final como si nunca hubieras ganado nada. Eso te hace enorme, siempre querer más y no conformarte con ni siquiera con ser campeón del mundo, bicampeón de América y tener 36 títulos», escribió.

Y como el futuro del campeón del mundo y doble campeón de Copa América todavía es una incógnita, esas señales se ven con algunos rumores sobre un posible pase al Inter Miami de su amigo Lionel Messi, una tentadora oferta económica de Arabia Saudita y la esperanza de los hinchas de Rosario Central de presenciar la vuelta del delantero que no se apaga.

«Levantá esa cabeza que se te cae la corona rey, hay que seguir cumpliendo sueños, el libro todavía tiene páginas en blanco… Esa zurda todavía no va a descansar…Y yo, a tu lado, dándote mi hombro una vez más, para que frenes, pienses, respires profundo y sigas adelante. Te amo con todas mis fuerzas», agregó Cardoso, con quien sos padres de Mia y Pia.

Esta última oración fue la que escribió entre dos corazones, uno azul y otro amarillo, los colores del Canalla. Y no son sólo los hinchas que anhelan ver a Fideo regresar al club de sus amores.

«A cualquier entrenador le encantaría tener un futbolista de su calidad, pero son decisiones muy personales. De por sí esta es una institución seductora y encima ahora está ordenada y crece en muchos aspectos que no se ven y también son importantes. Rosario Central está haciendo todo lo posible para tener esa clase de jugadores», expresó el entrenador Ariel Holan.

A sus 37 años, después de haber querido tener un segundo baile en el Benfica en el que no pudo conseguir títulos (perdió la Liga en las últimas dos fechas con sendos empates ante Sporting y Braga; y la mencionada Copa de este fin de semana), Di María revalúa sus opciones. Hace exactamente un año, decidió desechar la posibilidad de retornar a Rosario Central por las amenazas que recibió su familia.

«A veces todo parece muy lindo hasta que pasan cosas como las que me pasaron a mí y a mi familia. Hubo una amenaza en el barrio de mis papás. Que salió en todos lados, y simultáneamente hubo otra amenaza en la inmobiliaria de mi hermana que no salió a la luz porque mi hermana y mi cuñado se asustaron y no denunciaron. Era una caja con una cabeza de chancho y una bala en la frente, y una nota que decía que si yo volvía a Central la próxima cabeza era la de mi hija Pia«, dijo en julio de 2024.

«El sueño de siempre es querer volver a jugar en Central y retirarme con esta camiseta…», aclaró, en aquel momento, en una frase que toma cada vez más fuerza.

El comienzo de la decepción para el Benfica, que tuvo también a los argentinos Nicolás Otamendi y Gianluca Prestianni, fue este domingo y de forma increíble. Es que hasta los 90+11 minutos de partido le ganaba 1-0 al Sporting en la final de la Copa de Portugal con gol del Orkun Kökçü.

Fue el goleador sueco Viktor Gyökeres el que convirtió de penal la igualdad que estiró la definición al suplementario, donde el danés Conrad Harder (99) y el portugués Francisco Trincao (120+1) sentenciaron la historia.

Fue un adiós amargo al fútbol portugués para Di María, que entró en el juego en el tiempo añadido y terminó llorando en el césped por la derrota de las Águilas y siendo consolado por compañeros y rivales.





Fuente Clarin

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