Aún no se había cumplido un minuto en la final de la Champions League entre Real Madrid y Borussia Dortmund cuando tres hombres burlaron la seguridad dispuesta en el estadio Wembley de Londres y se metieron a la cancha. Ninguno pudo volver a su asiento sin ser detenido pero los tres cumplideron su objetivo de que se conociera a Mellstroy en todo el mundo.

Con ese nombre sublimado en sus remeras, los intrusos se metieron uno a uno al césped. Mientras que uno con remera gris sacó su costado cholulo y se tomó una inofensiva selfie con Vinicius, los otros dos corrieron por el perímetro con remeras blancas que mostraban el nombre Mellstroy y su canal en la nueva plataforma Kick, esa que le está robando streamers a Twitch.

¿Quién es Mellstroy? Su nombre real es Andréi Burim y es un popular y polémico youtuber ruso. Con 25 años, también cuenta con tres millones de seguidores en Instagram y 1,8 millones en TikTok.

Aunque comenzó a transmitir en 2015, jugando Minecraft, CS, Dota 2 y otros juegos populares en YouTube,en 2017 se hizo conocido por mostrar cómo conocía chicas por chat y las persudía para que se quitaran la ropa con la promesa de conseguirles likes y suscriptores en las redes sociales.

Uno de los intrusos con la remera que publicitaba a Mellstroy y Kick.com. Foto EFE/EPA/NEIL HALLUno de los intrusos con la remera que publicitaba a Mellstroy y Kick.com. Foto EFE/EPA/NEIL HALL

Su popularidad creció al ritmo de su violencia. En un país donde los derechos de las mujeres son vulnerados y la violencia de género no es penada porque se considera un «asunto privado», Mellstroy, que ya tenía más de 680.000 seguidores en Twitch, se metió en el trash streaming, una tendencia cuestionable pero muy popular por esos años en Rusia.

En octubre de 2020, nadie se horrorizó cuando durante un vivo tomó de la nuca a Alena Efremova y golpeó su cabeza contra una mesa, reiteradas veces, causándole lesiones en la boca. Ningún espectador le pidió que parara.

La modelo lo denunció y le exigió una indemnización de diez millones de rublos, más de 130 mil dólares, a la que Mellstroy se burló. “Es una cantidad de dinero humillantemente baja; si me pidiera 30 o 40 millones pagaría”.

Unos meses después, el Tribunal del Distrito de Presnensky de Moscú sentenció al youtuber por la agresión física pero, en un país machista, con una condena menor: 6 meses de trabajo correctivo y mil dólares a Efremova.

Las consecuencias más graves para el futuro del streamer fue que en Twitch y YouTube lo bannearon, impidiéndole así seguir haciendo transmisiones, por lo que ahora se mudó a Kick. Allí, sorprendentemente, tiene uno de los canales con más suscriptores entre los streamers que no hablan inglés.

Antes de la final de la Champions League en Londres, instó a sus 470.700 seguidores a que invadieran el césped de Wembley por una recompensa de 350 mil dólares a quien lo lograra primero. Al menos tres de ellos lo consiguieron aunque, por ahora, lo único que obtuvieron fue terminar presos.



Fuente Clarin

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