Franco Colapinto no es el mismo que hace unas horas, cuando fue sorprendido por unos 150 fanáticos argentinos que le brindaron su amor en el pitlane el jueves en una muestra gratis de lo que será su fin de semana en Brasil. Este viernes, en el arranque de la actividad en la pista del Gran Premio de San Pablo, el piloto de Williams abandona ese semblante sonriente habitual para ingresar al paddock, unos minutos antes de las 10.
Mientras avanza por la rampa que lo lleva a los molinetes de ingreso, y ante una pared humana de fotógrafos que buscan captar el instante, se coloca una gorra color crema y unos auriculares. Con la mirada perdida hacia el suelo, no sonríe, no saluda y en sus ojos no oculta el dolor que le provocó enterarse justo en la previa de su sexta carrera en la Fórmula 1 de la muerte de su abuelo, Leónidas Colapinto.
La intención de la familia era que el joven de 21 años se enterara de otra forma, en otra circunstancia. Pero su popularidad como el piloto argentino en la F1 después de 23 años provocó que la noticia que fue publicada por el diario bahiense La Nueva Provincia escalara rápidamente en los medios y en las redes sociales. Además, su abuelo era una celebridad en Bahía Blanca por su reconocida trayectoria como abogado y escritor, por lo que su muerte a los 89 años sacudió el sur de la provincia de Buenos Aires.
Franco heredó de Leónidas su amor por los caballos. Esa pasión la relató Aníbal, el papá del piloto, en una entrevista con la Nueva Provincia. «Mi viejo hubiera querido que saliera petiso y flaco para fuera jockey. El día que le vendí un caballo para comprarme la primera moto, mi viejo casi me mata. Él las detestaba”, contó quien se encargaba de cuidarle los caballos a su papá, que fue campeón de marcha.
Y luego, en una entrevista con ESPN antes de su debut en Monza, Colapinto compartió: “Me encanta andar a caballo. Siempre que vuelvo a Argentina en verano ando mucho a caballo. Eso lo disfruto un montón. Te desconecta un poco, salís de la ciudad, de Buenos Aires y te vas al campo unos días, está muy bueno. ¿Si monto bien? Sí, ando bien, anduve de muy chico también”. Esas vivencias de su infancia, seguramente, pasaron por su mente en las últimas horas al enterarse de la muerte de su abuelo paterno.
Y ahora tendrá que correr en medio del dolor que esa pérdida supone, otro desafío en una carrera en la que se enfrentó a obstáculos permanentemente afuera de la pista pero no adentro, donde hizo gala de su fortaleza mental. Primero, en Italia, donde abundaban quienes decían que no merecía el asiento que Williams le había quitado a Logan Sargeant. Luego, en Azerbaiyán, donde un choque en la primera práctica libre en Baku dañó duramente su auto.
Ahora, dos meses después de su debut, tras lidiar con la presión de demostrar que merece estar donde está, Colapinto también quedó en el medio de los rumores que apuntan que Red Bull quiere sacárselo a Williams, pese a la cláusula de -se presume- 20 millones de dólares por ser un piloto de la Academia. En su primer contacto con la prensa, el argentino reaccionó al decir que si la escudería británica no puede darle un asiento, debería dejarlo ir. James Vowles todavía no reaccionó pero lo hará en un rato, cuando forme parte de la conferencia oficial de la FIA.