Luego de la victoria ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro comenzó la cuenta regresiva para Racing de cara a la final de la Copa Sudamericana ante Cruzeiro de Brasil que se jugará el sábado a las cinco de la tarde en la Nueva Olla de Asunción, Paraguay. Hay euforia en las huestes académicas y se entiende, porque la ilusión de pelear el título de la Liga hasta el final está intacta, ya que quedó a tres puntos de Vélez, que juega este miércoles ante Lanús.
Pero toda la concentración del plantel y la locura de los hinchas está en la instancia decisiva que jugará después de 32 años, justamente ante el mismo rival que en dos de las tres últimas finales disputadas, Cruzeiro. En 1988 la Academia fue campeón y en 1992, subcampeón.
No hubo descanso después de la victoria ante el Ciclón. El lunes el plantel se entrenó y la buena noticia para Gustavo Costas fue que el colombiano Roger Martínez lo hizo con normalidad y estará disponible ante los brasileños. Este martes habrá una nueva jornada de trabajo, igual que el miércoles por la mañana, antes de partir a la tarde hacia Paraguay desde el Aeroparque Jorge Newbery.
El actual entrenador, que fue mascota del equipo del 66, jugador y campeón en 1988 y, especialmente, hincha fanático de Racing, conoce el sentimiento de la gente. Por eso, tras la victoria ante el Ciclón, expresó: «Te piden entrada 200 millones de personas. También consultan por departamentos, autos… están todos locos, pero yo quería ver a mi gente así. Yo quisiera estar en Paraguay ya«.
Costas redobló la apuesta de cara a la final y recordó lo que dijo apenas asumió: “Estemos juntos, como digo desde el primer día en la presentación, no ahora. Cuando estuvimos así, nos hicimos distintos a todos y logramos un montón de cosas».
La primera demostración de unidad el plantel la sentirá el mismo miércoles unos minutos antes de arribar a Aeroparque. Los hinchas convocaron a un banderazo sobre la avenida costanera Rafael Obligado, en la zona anterior a la estatua de Cristóbal Colón viviendo desde el centro, con un pedido especial: no cortar la calle. La idea es estar en la vereda, de ambos lados. El horario establecido, en un principio, es las cuatro de la tarde, pero habrá que estar atento al horario de salida del micro, que partirá desde el Cilindro luego del almuerzo.
El jueves empezará la caravana hacia Paraguay y se especula que habrá casi 40 mil hinchas, que llegarán por vía aérea y terrestre. Pero no todos tienen entradas, ya que la parcialidad argentina tuvo destinadas de entrada 12.500, pero también compraron unas 7.500 del lado brasileño porque los Cruzeiro apenas vendió 5.000.
Además, la Conmebol pone este martes desde las 10 de la mañana un remanente para neutrales. Si bien la entidad sudamericana no informó cuántas entradas se venderán, todas pertenecen a la categoría 2 (plateas altas y bajas ubicadas en la mitad de la cancha) con un costo de cien dólares (U$S 100).
Por lo tanto, Racing será local en la Nueva Olla, que tiene capacidad para 45.000 espectadores y más de la mitad están vestidos de celeste y blanco. Sin embargo, la Popular Sur estará compartida con los de Cruzeiro y esta situación genera cierta preocupación en la Conmebol, que está estudiando medidas de prevención para aplicar el mismo sábado.
Pero además, ya hay una convocatoria para los que tienen esas entradas y se juntarán el sábado a la una de la tarde en el Parque Carlos A. López. La idea es ir todos juntos para evitar inconvenientes con los brasileños y también con la policía paraguaya.
Pero la situación más inquietante es qué pasará con aquellos que no tienen entradas. Se sabe que muchos harán lo posible y hasta lo imposible para ver desde adentro la final y eso puede generar situaciones de injusticia y de violencia. Sucedió el año pasado en la final de la Libertadores con Boca en el Maracaná, con hinchas que se colaron y otros que tenían entradas que se quedaron afuera, y encima fueron reprimidos por la policía local. Se espera que no se repita este tipo de situaciones y que se viva una verdadera fiesta.