Jesse Marsch, técnico de la Selección de Canadá, volvió a quedar en el centro de la escena tras la derrota 2-0 frente a Argentina en semifinales de la Copa América. Así como en el partido en fase de grupos protestó por la tardanza de Lionel Scaloni (que luego fue sancionado) para salir a la cancha en el segundo tiempo, ahora se mostró nuevamente activo, fastidioso, y hasta burlón, durante gran parte del partido. Y quien se encargó de facturarle sus actitudes fue Rodrigo De Paul, una de las figuras del encuentro.
El Motorcito volvió a ser el eje de la Scaloneta en el mediocampo a puro despliegue y recuperación, con asistencia incluida a Julián Álvarez en el primer gol, y tuvo uno de sus rendimientos más altos en la competición continental, motivo que llevó a Clarín a ponerle un 8 en el boletín de calificaciones.
Pero además de destacarse con la pelota bajo sus pies y de su tremendo despliegue, otra de las características que tiene De Paul es reconocer los momentos justos para sacar mentalmente del partido a sus rivales en el momento justo. Y esa situación puede extenderse a los técnicos. Y así fue: en el minuto 78 cuando, mientras la Scaloneta comenzaba a jugar con el correr de los minutos a su favor, el ‘7’ recibió una falta sobre la mitad de cancha.
Cuando estaba en el suelo, el canadiense Ismael Koné no contuvo su malestar y le dio un pelotazo en la espalda al jugador argentino que se revolcó en el suelo como si le hubieran dado con un fierro. La actitud del canadiense que generó una jarana entre los futbolistas que empezaron a empujarse, mientras De Paul se revolcaba sobre el césped.
Luego de que el árbitro amonestara a Koné, el que se ofuscó mientras De Paul intentaba reincorporarse fue Marsch: las cámaras de TyC Sports lo mostraron en cuclillas criticando al jugador albiceleste por su reacción tras el pelotazo recibido.
Fue allí cuando De Paul no tuvo pelos en la lengua y, todavía sentado en el césped, comenzó a recriminarle al DT que hablaba mucho, mientras realizaba gestos con su mano y llevándose su dedo índice a la boca. Para calmar las aguas debieron interceder Emiliano Dibu Martínez y Nahuel Molina, que ayudaron a levantarse a su compañero. Igualmente, Rodrigo logró que el árbitro del encuentro le enseñe la tarjeta amarilla a Marsch.
La respuesta del técnico de Canadá
Rápidamente, el tenso cruce entre Jesse Marsch y Rodrigo de Paul se viralizó en redes sociales. Al punto que durante su conferencia de prensa, el técnico canadiense fue consultado al respecto. Pero no hizo más que buscar dar por cerrado el tema con cierta ironía.
«Si, solamente le pregunté si estaba bien. Le dije: ‘¿Estás bien?’ y él me dijo: ‘Si, estoy bien’. Dijo que estaba bien. Eso es bueno. Yo estaba contento de que él esté bien», contestó el estratega de 50 años.
No fue la primera vez que Marsch se muestra enojado frente a Argentina. Sucedió algo similar en la primera fecha de la fase de grupos, cuando Argentina también venció 2-0 y el entrenador norteamericano se quejó en conferencia de prensa acerca de la demora de Scaloni y su equipo en salir al campo de juego para el segundo tiempo.
Dicha protesta pudo haber tenido influencia en la posterior suspensión que recibió el oriundo de Pujato que le impidió estar presente en el duelo frente a Perú, por la tercera fecha de la primera ronda. Aunque Marsch, en forma similar al cruce con De Paul, se desligó de la situación luego de haber sucedido. «Casi era un chiste, una broma. Realmente no esperaba que sancionaran a la Argentina, lo que no quería era que Scaloni fuera suspendido», respondió en conferencia de prensa.