Lionel Messi cumple 38 años y en Estados Unidos se siente que la fiesta ya está paga. La fiesta es este Mundial de Clubes de 32 equipos que pergeñó la FIFA de Gianni Infantino, que comenzó con dudas y está siendo un éxito, en los estadios, en la tele y en la emoción de los partidos. La tortita con las velas para el 10 fue la clasificación del Inter Miami a los octavos de final del certamen, tan impensada como merecida.
La tenía brava Leo porque los ojos del planeta futbolero, amigos y no tanto, estaban puestos en el desempeño de la franquicia rosada, señalada por recibir una invitación a dedo para el torneo. Los dirigidos por Javier Mascherano demostraron estar muy a la altura, recuperándose de un empate con sabor a poco en el debut frente a Al Ahly, logrando un triunfo histórico frente al europeo Porto y poniendo contra las cuerdas al poderoso Palmeiras.
De paso, Messi defendió un viejo título, como si fuera una de esas leyendas del boxeo imbatibles sobre el ring: nunca quedó eliminado en la fase de grupos de ningún torneo, tanto en clubes como en selecciones. Fueron 35 en total: 17 con Barcelona, 2 PSG, 2 con Inter Miami y 14 con la Selección. Una verdadera locura.
Terminó invicto y segundo, superando todas las expectativas, pisando fuerte además en la región como el único de la MLS y quizá de la Concacaf (lo puede acompañar Monterrey) en clasificar para los cruces de octavos de final, donde enfrentará al PSG. Ese partido será el domingo 29, en Atlanta, y con el morbo de ver al rosarino frente a su extécnico, Luis Enrique, y especialmente ante su exequipo, de donde se fue con mal clima. «Nos vemos el domingo», le escribieron desde París, tras felicitarlo por los 38 pirulos. Un dato: será su primera vez oficial ante un exclub.
El cruce contra el campeón de la Champions League es un regalo para Messi en el día de su cumpleaños, una fecha que desde que es futbolista casi siempre lo encuentra en medio de una competición: de los últimos 21 festejos, sólo seis los pasó de vacaciones.
Desde que cumplió 17 años, en 2004, en 13 oportunidades estuvo concentrado con la Selección Argentina y en otras dos junto a sus clubes, una con el Barcelona y ahora con Inter Miami, aunque en tierra yanqui hay más libertades para el tiempo libre.
Leo comenzó su día con bronca porque al Inter Miami se le escapó el triunfo en los últimos minutos: si le ganaba al Palmeiras le tocaba viajar a Filadelfia y buscar los cuartos contra Botafogo, en la previa un rival más accesible que los parisinos. Se fue del Hard Rock Stadium sin hablar en zona mixta, una rutina que podría cortarse cuando su equipo se despida del Mundialito.
«Aunque pudimos haber ganado, la verdad es que logramos una clasificación a octavos que significa muchísimo para nosotros como club. Un paso histórico más, tanto para Inter como para la MLS», destacó el zurdo en redes.
Fort Lauderdale amaneció calurosa y húmeda, como cada día desde que comenzó el torneo. Mientras se recupera del desgaste sufrido ante Palmeiras, Messi disfrutó su cumple junto a su familia en la paz de su hogar, beneficio de recibir a la fiesta del fútbol en el patio su casa.
«¡Feliz cumple viejito gruñón! ¡El mejor papá, el mejor compañero, el mejor todo! Qué suerte la nuestra de tenerte, te amamos», le escribió Antonela Roccuzzo en Instagram.
Se presume que este sábado repetirá la rutina de la semana pasada ante Porto y viajará rumbo a Atlanta en un vuelo de una hora y media para pasar la noche en esa ciudad, y el domingo jugar contra el PSG. En caso de que se dé un milagro y que avancen los de rosa, los cuartos de final serán en esa misma sede, seis días después. Leo busca además una pequeña revancha personal contra los franceses, ¿habrá sido uno de sus tres deseos al soplar las velitas?