Dos goles y una asistencia en el partido de ida de una de las series de las semifinales de la Copa Libertadores pusieron en la mira a Deyverson, el delantero de Atlético Mineiro que dejó a River contra las cuerdas y con la obligación de conseguir una remontada heroica este martes en el Monumental. Para los argentinos, no era un hombre demasiado conocido hasta la semana pasada; en Brasil, en cambio, su rostro y, sobre todo, algunas de sus actitudes han ocupado mucho espacio en los medios. No siempre por motivos decorosos.
El delantero de 33 años, quien más de una vez manifestó su simpatía por Boca, es figura en Atlético Mineiro, al que se sumó hace menos de tres meses, procedente de Cuiabá. Seis goles en 13 encuentros han dado un lugar relevante en el conjunto dirigido por Gabriel Milito a un futbolista que ya conoce el placer de ganar la Copa Libertadores: lo logró en 2021 vistiendo la camiseta de Palmeiras, con el que también fue campeón del Brasileirão en 2018 y de la Recopa Sudamericana en 2022.
Sin embargo, este jugador del que muchísimos hablan en estas horas recién comenzó a construirse un nombre en su país en 2017, cuando tenía ya 26 años. En julio de ese año, Palmeiras contrató por cinco años a un hombre que había partido hacia Europa en 2012 tras haber jugado en el modestísimo Grêmio Mangaratibense y había hecho toda su carrera en el Viejo Continente: el muchacho nacido en el barrio Santa Margarida de Campo Grande, 50 kilómetros al oeste de Río de Janeiro, y que había intentado ser cantante y bailarín se había desempeñado en Belenenses de Portugal, Colonia de Alemania, y Levante, Alavés y Getafe de España.
En ese periplo europeo, sus días más felices fueron los que pasó en Vitoria, donde tuvo una muy buena temporada con la casaca de Alavés antes de volver a Brasil. “Es uno de los jugadores complicados de la Liga por su nivel técnico y físico. (Tiene) Gran juego aéreo, (es un) luchador nato, continúa situaciones de segundo balón que genera para su equipo, (tiene) gran llegada al remate, (es) muy rápido en la transición. (Es) Un jugador completo al que siempre es complicado vigilar”, lo elogió Luis Enrique, quien entonces dirigía a Barcelona, antes de un encuentro ante el elenco vasco.
Cuando se incorporó a Palmeiras, los simpatizantes propios y ajenos comenzaron a conocer a un futbolista que, más allá de sus cualidades deportivas, llamaba la atención por su conducta, a veces risueña, a veces provocadora y conflictiva, que lo acompaña hasta hoy. No resulta extraño encontrarlo en el eje de cada escaramuza que ocurre en un partido de su equipo y que muchas veces él se encarga de generar. Como la que detonó en un duelo ante Cerro Porteño por los octavos de final de la Libertadores de 2018: con simulaciones y gestos ampulosos hizo enardecer a sus rivales, que lo persiguieron, lo insultaron y lo golpearon antes de que Germán Delfino le mostrara la tarjeta roja.
“Soy como los argentinos, que cuando ganan, hacen tonterías y se ríen, y cuando pierden, se ponen nerviosos”, se comparó la semana pasada, tras la victoria ante River en Belo Horizonte. Y añadió: “Yo soy así, en el campo siempre voy a defender y a dar la vida por mi escudo, pero siempre con mucho respeto. Soy así y siempre lo seré”. Los árbitros no siempre coinciden con ese supuesto respeto y esa supuesta nobleza: 15 veces lo han expulsado, una cantidad enorme para un delantero.
Sus actitudes no solo han exasperado a muchísimos adversarios. Luiz Felipe Scolari, quien lo dirigió durante poco más de un año en Palmeiras, padeció con él y debió tomar algunas medidas poco frecuentes. En noviembre de 2018, tras un partido caliente que su equipo le había ganado 3 a 2 a Santos en el Allianz Parque por el Brasileirão, Deyverson estaba brindando una entrevista en el terreno de juego y el entrenador interrumpió abruptamente la charla y lo metió a empujones en la manga que conducía al vestuario.
“Deyverson no tenía nada que decir allí. Los jugadores de los otros equipos ya están intentando tenderle una trampa y él no se da cuenta de que va a salir perjudicado. Tiene un pequeño interruptor ahí que no funciona”, intentó explicar el DT, quien trató de encontrar comprensión en los periodistas: “Si después del partido hubo lío, ¿a quién van a agarrar primero (para entrevistar)? Para ustedes, es genial; para mí, es un infierno. Después tengo que ir a la CBF (Confederación Brasileña de Fútbol), al STJD (Superior Tribunal de Justicia Deportiva). ‘Deyverson dijo no sé qué’, tengo que ir y explicarlo. Así que si pueden ayudarme, bien; si no pueden, tomaré otra medida”.
Si bien esa medida a la que hacía referencia el veterano entrenador nunca se hizo explícita, durante meses Palmeiras no permitió que el delantero brindara entrevistas o participara en conferencias de prensa para evitar que generara conflictos con sus declaraciones.
Apenas tres meses después de esa extraña situación tras el partido contra Santos, Deyverson fue expulsado durante un encuentro que Palmeiras perdió 1 a 0 ante Corinthians por el Campeonato Paulista por haber escupido al mediocampista Richard. “Si fue por eso, lo expulsaron bien. Es lo mínimo que puede hacer el árbitro. Si fue así, tiene que ser expulsado no una, sino tres veces. Tiene que haber respeto”, sentenció Scolari en la conferencia de prensa posterior al duelo.
“Llegué al partido un poco excitado. También está el hecho de que es un clásico, ¿no? Lo que voy a decir no lo justifica, cometí un error, pero después del tiro libre (previo a su expulsión) me dieron una patada en la cabeza. Lo sentí mucho, me disculpé en las redes sociales. Estoy en tratamiento con un psicólogo. Felipão (Scolari) me castigó, el grupo también”, contó el atacante, quien recibió una suspensión de seis fechas por esa tarjeta roja.
Si bien nunca perdió su carácter provocador y pendenciero, Deyverson cambió algunos de sus hábitos a partir de que comenzó una relación de pareja con la veterinaria e influencer Karina Alexandre, a quien conoció en 2020 y con quien se casó en junio de 2021. “Cuando él llegó a mi casa (por primera vez), llevaba una remera con brillos, un pantalón corto negro y unas zapatillas naranjas. Entré a su auto y lo primero que hizo fue tirarse un pedo”, contó ella sobre el inicio del vínculo.
Su esposa fue quien, entre otras cosas, lo ayudó a cambiar sus rutinas de alimentación y lo instó a reducir el consumo de alcohol. “Ella llegó a mi vida en el momento en que yo vivía un proceso muy difícil y está conmigo hasta hoy. Me apoya, me ayuda, llora conmigo, sonríe conmigo”, contó Deyverson. “No puedo dejar de hablar de ella porque me dio una lección. Hoy me alimento bien, dejé de tomar cerveza. Sus palabras significan mucho para mí”, añadió el delantero, quien este martes procurará avanzar a una nueva final de la Copa Libertadores. En la de 2021, marcó el gol decisivo con el que Palmeiras le ganó 2 a 1 a Flamengo en el Centenario de Montevideo.