Habían remarcado las Leonas, tras caer ante Países Bajos en semifinales, que cuando pasara el dolor por esa derrota iban a valorar mucho la chance de ir a buscar el bronce en el choque ante Bélgica. Y tras la victoria en ese duelo por el tercer puesto, por penales australianos y con mucho sufrimiento, bastaba ver las enormes sonrisas en sus rostros para entender que aquellas no había sido palabras vacías para justificar un resultado adverso. Las argentinas celebraron la medalla que se llevaron de París con emoción y mucha felicidad y también con el pecho inflado de orgullo.
«Es una locura. Nos lo merecíamos como equipo. Desde el momento en que perdimos las semis, dijimos, el bronce tiene que ser nuestro. Hagamos lo que hagamos, nos tenemos que ir a casa con esta medalla que es súper importante para el país, para nosotras, por todo el esfuerzo que hacemos día a día. Estoy muy contenta y orgullosa. Creo que todavía no caigo, cuando pasen los días voy a entender mucho más todo lo que está pasando», aseguró Cristina Cosentino, la arquera que volvió a ser determinante en el resultado final.
«Es mucho estudio previo. Vi los penales de las belgas el otro día (en la derrota ante China en semis). Hay mucho trabajo previo de entrenamiento en Argentina. Se ve poco acá, pero es mucho laburo detrás», explicó la arquera argentina sobre su preparación para atajar esos tiros decisivos.
Tan importante como ella en el triunfo fueron Lara Casas y Zoe Díaz, dos de las más chicas del plantel que se bancaron la responsabilidad y convirtieron sus penales en el shootout. Con apenas meses en el seleccionado mayor, las jóvenes delanteras de Italiano demostraron tener una madurez enorme.
«Es un sueño que estoy cumpliendo. Tener una medalla olímpica, una medalla de bronce, es tremendo, es mucho lo que hacemos para llegar hasta acá. Súper contenta por el equipo, por la entrega, por todo. Argentina es esto. Si no sufrimos no vale. Somos un equipazo hermoso», comentó Díaz, que con 18 años, un mes y 21 días se convirtió en la medallista olímpica más joven de la historia para Argentina.
«El otro día no pude meter el penal y hoy se me dio. Estoy muy contenta. Cuando vi que empatábamos, pensé ‘Probablemente lo vaya a tirar de vuelta’. Porque me dijeron que iba a tener revancha hoy. Y me dije tranquila, los pies en la tierra. La agarré a Zoe de la mano y le dije dame fuerzas, que las necesito», contó Casas.
El recuerdo del golpe ante Países Bajos, que conquistó en París su quinto oro olímpico (venció por penales a China en la final), estuvo presente este viernes en el Estadio Yves-du-Manoir. Aunque no por el dolor que causó, si no por la satisfacción que compartieron todas las jugadoras de haber podido dejar ese mal trago muy rápido en el pasado y enfocarse en el choque con Bélgica.
«Nos dimos el tiempo para estar mal y tristes, pero sabíamos que nos teníamos que secar las lágrimas, borrón y cuenta nueva. Teníamos una final hoy y creo que el equipo respondió muy bien. Tuvimos que ganarnos este bronce dentro de la cancha, lo hicimos y la sensación es hermosa», reconoció María José Granatto, una de las referentes del seleccionado, que hasta se animó a proyectar un ciclo olímpico más.
«Para la selección argentina voy a estar siempre», afirmó consultada sobre si se imagina en Los Ángeles 2028. «Es el lugar en el que soy feliz, en el que amo estar y en el entrego mi vida todos los días».
Victoria Sauze, otra de las experimentadas, contó: «El día después de la semis fue muy difícil. Nos miramos todas a la cara, hicimos el duelo que teníamos que hacer, lloramos lo que teníamos que llorar, nos secamos las lágrimas y ya pusimos la cabeza en el duelo por el bronce. Esta era nuestra nueva final y la ganamos. Es un placer formar parte de este grupo, que está en crecimiento. Ahora habrá que seguir trabajando para avanzar siempre un poquito más, porque este equipo tiene mucho hambre y no se conforma con nada».
Rocío Sánchez Moccia, que sumó su tercera medalla olímpica tras las platas de Londres 2012 y Tokio 2020, se despidió de los Juegos Olímpicos con una enorme alegría.
«Si hoy tengo este bronce es porque soy parte de este equipo que siempre lo da todo, que deja hasta la piel por tratar de estar arriba. Este equipo que es de oro», aseguró la capitana. «Estos fueron mis últimos Juegos Olímpicos. Este grupo me ilusionó y me hizo creer. Disfruté mucho el proceso. Es un equipazo, que tiene por delante un futuro enorme. Y eso es lo lindo de ser parte de las Leonas, saber que están siempre esos valores, que van detrás de la camiseta, y que se transmiten de generación en generación».
Fernando Ferrara les agradeció a sus jugadoras la medalla que le regalaron en París y puso en la balanza la enorme importancia de este bronce.
«Este bronce es muy importante para el deporte argentino en general y para el hockey sobre césped. Es enorme lo que generan estas chicas. Las Leonas son un espejo y un ejemplo de valores para todo el país. Hacen que cada vez más chicas se enamoren del hockey, se acerquen al deporte y que cada vez haya más jugadoras en el país», afirmó el entrenador argentino.