Boca se pareció en la noche del martes en Córdoba mucho más a aquel equipo que se impuso con autoridad en el Superclásico, también disputado en el estadio Mario Alberto Kempes, que el que cayó goleado frente a Fortaleza en Brasil por la Copa Sudamericana.
Es que perdió por penales ante Estudiantes de La Plata y quedó eliminado de la Copa de la Liga Profesional en semifinales, pero tiene argumentos futbolísticos de los que agarrarse de cara al resto de la temporada. Y también cuenta con el crédito que le da haber eliminado nuevamente a River en un mano a mano.
Estudiantes avisó al segundo minuto de juego con un cabezazo de Guido Carrillo al borde del área chica que encontró bien parado a Chiquito Romero, pero después no volvió tener situaciones de claro peligro hasta que el desequilibrante Edwuin Cetré marcó el empate de penal recién a los 75′.
Era todo de Boca, que se había puesto en ventaja con un gol de Miguel Merentiel en el final del primer tiempo y que tuvo ocasiones claras para sentenciar la historia a través del propio Merentiel, de Cristian Medina en dos oportunidades y con un tiro libre de Kevin Zenón.
Sin embargo, pagó cara su falta de efectividad. Muy cara. Dejó vivo al Pincha, que se mantuvo en pie gracias a salvadas milagrosas de Luciano Lollo, Zaid Romero y Eric Meza. La ventaja era mínima y el encuentro parecía controlado. Hasta que lo descontroló Cristian Lema en un instante de locura total: como si no se tratara de un experimentado zaguero de 34 años, le dio una patada de karate a Tiago Palacios y fue correctamente expulsado. Roja y penal que Cetré transformó en el 1-1.
A partir de allí, el partido entró en un ida y vuelta que no había tenido hasta ese momento, ambos tuvieron sus chances de quedarse con la victoria y todo terminó en una definición por penales que convirtió en figura al arquero santiagueño Matías Mansilla, quien tapó los disparos de Edinson Cavani y Nicolás Figal -Merentiel remató al travesaño-.
Todas las derrotas duelen y más aún cuando significan una eliminación, ya lo dijo Diego Martínez en la conferencia de prensa en el Kempes. Pero claro que no todas son iguales. Boca tiene puntos altos en todas las líneas y, aunque parece faltarle recambio -allí deberá apuntar en el mercado de pases de junio-, camina convencido por el camino que le marca su entrenador y sabe que jugando como el martes serán más las alegrías que las tristezas que tenga a futuro.
“Tengo sensación de injusticia. Me parece que el equipo hizo un gran partido, un gran primer tiempo y casi no estábamos sufriendo en el segundo. Tengo tristeza por los penales y por haber quedado de manera injusta afuera de poder jugar una final”, dijo el DT. Y luego agregó: “Quedar eliminado de esta forma es durísimo, da mucha bronca, pero tenemos la tranquilidad de haber hecho un muy buen partido. Ahora tratar de que esta bronca se nos pase rápido y ponernos a trabajar para lo que viene”.
Sin tiempo para lamentos, el objetivo de la Copa de la Liga y de clasificarse a la próxima Copa Libertadores por esa vía ya quedó atrás y el Xeneize ya se puso en modo Copa Sudamericana. Viajará a Paraguay para enfrentar el miércoles a las 21:30 a Sportivo Trinidense, aquel al que le costó vencer en La Bombonera -1 a 0 con gol de Aaron Anselmino a los 71′-, en un partido clave por la clasificación.
Esta 2° con cuatro puntos, cinco debajo de Fortaleza (9) y uno por encima del conjunto paraguayo, e irá en busca de un triunfo que le permita, además, acercarse al equipo brasileño y a la posibilidad de quedar primero en su grupo para evitar jugar la eliminatoria de 16vos. de final frente a alguno de los equipos que bajen de la Libertadores.
Otra de las opciones que tendrá para clasificarse a la competencia de clubes más importante del continente es ganando la tercera Sudamericana de su historia, que ya alzó en la Era post Bianchi en 2004 y 2005. También podrá acceder si se consagra campeón de la Copa Argentina (espera en 16vos. por Almirante Brown o San Martín de Tucumán) o de la Liga Profesional (debuta el domingo 12/5 ante Atlético Tucumán como visitante). O si finaliza entre los tres primeros de la tabla anual.
Mientras tanto, Diego Martínez continúa construyendo su equipo ideal. Hay vida para Boca después de Córdoba.