A diferencia de los circuitos oficiales, los Juegos Olímpicos tienden a generar encuentros poco usuales, y a pesar de que la batalla que protagonizaron Novak Djokovic y Rafael Nadal este lunes fue el capítulo 60 de la historia de su rivalidad, tuvo la particularidad de no ser en una final por la dorada, sino apenas por la segunda ronda del torneo olímpico.
En casi dos horas de partido, Nole dominó al español y lo eliminó de la competencia individual por 6-1 y 6-4. A pesar de que parecía que el serbio jugaba de visitante por la cantidad de banderas españolas que llenaban las gradas, eso no le quitó la confianza para llevarse la victoria.
Es un ambiente distinto que un partido del circuito ATP, incluso que un Grand Slam, opina el serbio. “Si tengo que comparar, diría que es un poco más intenso porque representas a tu país. Se siente la tensión, el ambiente es diferente. El interés por el partido fue grande. Jugué un partido casi perfecto, se puso un poco complicado, pero me sentí bien y con mucha confianza”.
El público sintió la amargura de la derrota incluso más que Nadal, si algo decían los abucheos que recibió Djokovic durante todo el partido. Pero el serbio nunca se dejó achicar. Sus gestos hacia los espectadores generaron polémica lo que dejó a los fanáticos preguntándose cómo es la relación que tienen los dos rivales.
“No, no hay hermandad alguna. Somos rivales y compañeros«, aseguró Djokovic luego de la victoria. «En nuestra situación, siempre ha sido difícil ser cercanos el uno al otro porque a este nivel, puedes dar mucha información que luego se puede volver en tu contra en la pista». De los 60 encuentros que concretaron el serbio y el español, 31 fueron para Nole y 29 para Rafa.
«Llevamos mucho tiempo compartiendo una parte de nuestras vidas, la verdad es que me gustaría que nuestra relación mejore en el futuro«, admitió. «Ambos somos muy familiares y nuestra vida cambiará, quizá podamos compartir más cosas”.
Muchos especulan que la historia de su rivalidad terminó ahí, en una segunda ronda de los Juegos Olímpicos, pero Djokovic todavía tiene sus dudas. “No sé cómo se siente ni qué planes tiene, pero le deseo todo lo mejor. Quizá no sea la última vez en que nos vemos las caras en la pista”.
“Ninguna rivalidad en el tenis tiene 60 partidos. Duelos épicos, las finales de Grand Slam más largas de la historia… Quería ser agresivo en este partido, hacerle mover lo máximo posible, el desafío es grande, la confianza es necesaria. Le deseo todo lo mejor”, concluyó el número dos del mundo que busca conquistar su primer oro olímpico.
Su siguiente desafío es contra el alemán Dominik Koepfer en octavos de final este miércoles 31 a las 8:30 de la mañana.