Antes de la Confederación Sudamericana de Fútbol, actual Conmebol, fundada el 9 de julio de 1916 en Buenos Aires, existió una entidad homónima, lanzada dos años antes por los mismos cuatro países que en 1916 más Paraguay, en el ardor de las luchas dirigenciales por los manejos de la organización del fútbol argentino. La revelación la hizo el historiador Osvaldo Gorgazzi, en el marco de los 110 años de su creación, que fue el 21 de septiembre de 1914. La Copa, donada para un futuro torneo Sudamericano, nunca se puso en juego pero aún está en las vitrinas de la AFA.
Gorgazzi, socio del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF), publicó en estos días la novedad en el marco del intercambio de información de los miembros del grupo. “El 21 de septiembre de 1914, hace ya 110 años, se fundaba, en Buenos Aires, por primera vez, la Confederación Sudamericana de Football, con la presencia de los delegados representativos del Uruguay, Brasil, Paraguay, Chile y la Federación Argentina”, explica Gorgazzi y agrega: “Fue elegido presidente, por aclamación, el Dr. Ricardo C. Aldao. En el transcurso del acto se mencionaron dos copas para el futuro campeón sudamericano, la Barón de Río Branco, donada por el ministro de Relaciones Exteriores del Brasil, en honor a su antecesor, y, la Ernesto Bosch, cedida por su par argentino quien, por otro lado, había instituido el campeonato sudamericano de fútbol, lo que fue aceptado por los presentes”.
Según esta investigación, en la reunión del día siguiente, la delegación uruguaya solicitó para la Federación Argentina un voto de aplauso por haber sido la iniciadora del congreso, lo que fue aprobado por unanimidad por el resto de los representantes sudamericanos. Inmediatamente, se creó una Oficina Permanente para considerar las iniciativa s y encauzarlas.
Para el año siguiente, se proyectó el primer sudamericano de fútbol y con fixture y todo. Según lo que averiguó Gorgazzi, la primera final se disputaría en Río de Janeiro, sede del próximo congreso, y, por eso mismo, Brasil ya quedaba clasificado para disputarla. En tanto, una eliminatoria la jugarían Chile-Argentina en Santiago y otra Uruguay-Paraguay en Montevideo. “Los vencedores de estos dos partidos preliminares, jugarían en el país cuyos futbolistas hubieran jugado en el campo del adversario. En el caso de que los dos ganadores estuvieran en igualdad de condiciones se sortearía en la Oficina Permanente, en cuál de los dos países participantes se verificaría el partido. De ahí surgiría el segundo finalista”, resume el historiador.
Por último, el autor del libro 1900-1924 Cup Tie Competition -Primer antecedentes de la Libertadores de América-, explica: “Como en 1916 se produjo la segunda fundación de Confederación Sudamericana de Football y nada de esto ocurrió, la Copa Ernesto Bosch, cuya foto acá se adjunta, sigue en las oficinas de la AFA esperando que estas disposiciones alguna vez se pongan en práctica”.
Luego de esta novedad histórica, hay una pregunta que se impone. ¿Por qué esta entidad quedó en el olvido y dos años hicieron borrón y cuenta nueva? Un poco del contexto de la época tal vez ayude a entender la situación.
En 1912 se produce la primera escisión del fútbol porteño, la primera fuerte pelea dirigencial. Ricardo Aldao, de fuerte personalidad, se enojó con sus pares que le querían cobrar entradas a los socios de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires para los partidos internacionales que se jugarían en julio durante la visita del equipo Swindon Town. Luego de la gira del equipo inglés, creó la Federación Argentina de Football. Varios clubes dejaron la Asociación y se fueron con Aldao.
En 1913, José Susán, de Estudiantes (el original, de la Ciudad de Buenos Aires, que ahora tiene la cancha en Caseros), propuso a la Asociación jugar un torneo anual sudamericano en la que se ponía en juego la Copa de América. La iniciativa tuvo buena recepción pero no se concretó de inmediato. Casualidad o no, un año después, la Federación, en plena disputa con la Asociación, lanzó una propuesta similar y, encima, fue elegido presidente de la Confederación Sudamericana de Football.
En este contexto político-dirigencial, Gorgazzi agrega: “Aldao contaba con el apoyo del gobierno y siempre trató de usarlo en beneficio de la FAF contra la AAF. Sin embargo, en octubre reconoce que debe haber una asociación por país. Un año antes había pergeñado la idea de crear un ente por encima de ambas, para mantener las relaciones institucionales con el interior y el exterior”.
Finalmente firmaron la pipa de la paz, y el 23 de diciembre de 1914 se produjo la fusión entre ambas entidades y nació la Asociación Argentina de Football. Con el fútbol porteño unificado, comenzó la organización para el centenario de la Independencia, en julio de 1916. Como premio, se iba a entregar la Copa Bosch, pero como había dejado de ser ministro, hubo una nueva, la Copa Murature, que ganó Uruguay aún se exhibe en el Museo del Fútbol, en el estadio Centenario de Montevideo.
Con la mayoría de los dirigentes argentinos involucrados en los proyectos de la confederación continental, el liderazgo finalmente quedó para el uruguayo Héctor Rivadavia Gómez, quien el 16 de diciembre de 1916 fue designado director de la nueva Confederación Sudamericana de Football.