Javier Frana disfruta a pleno el momento, uno que hace tiempo soñaba con vivir. No quiere que la vorágine de su designación como capitán del equipo argentino de Copa Davis, un hito en su largo recorrido en el tenis, lo pase por arriba, como le sucedió cuando en 1991 jugó junto al mexicano Leonardo Lavalle una final del dobles de Wimbledon que no repitió nunca más.
«Desde que me enteré (del ofrecimiento para tomar la capitanía), que fue muy reciente, y una vez que se tomó la decisión es como que quise ir muy despacio, tomarme mi tiempo porque como jugador muchas cosas me las atraganté. Jugar una final de Wimbledon fue un sueño para mi, pero lo viví como un lindo día más. Lo que pasa es que no fue solamente un lindo día más y me di cuenta después. Me pasó lo mismo con muchas cosas lindas que viví. Esta es una cosa muy linda que pasa en mi vida y no me la quiero atragantar; la quiero digerir, la quiero disfrutar», dijo el flamante capitán en la conferencia de prensa de su presentación en el club Belgrano Athletic.
Su nombre había sonado varias veces para el cargo que estrenará frente a Noruega como visitante por los Qualifiers 2025, pero por una razón u otra no se le daba y llegó a perder la esperanza. «Quiero empezar, claramente, agradeciendo a la Asociación Argentina de Tenis, a Agustín Calleri, a Mariano (Zabaleta), quienes pensaron en mi e hicieron posible algo que no estaba en mi mente, pero que surgió y es un enorme honor para mi cumplir con esta enorme responsabilidad», fueron sus primeras palabras como capitán.
Tiene 57 años y, además de ese subcampeonato en el All England, se recuerda especialmente la medalla de bronce que obtuvo junto a Christian Miniussi en los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992. Por entonces todavía no había nacido Sebastián Báez, con quien comenzó a trabajar el año pasado, ni tampoco Francisco Cerúndolo y Tomás Etcheverry. «Muchos de los jugadores son hasta más chicos que mis hijos», dijo entre risas. Después, completó: «las cosas llegan en los momentos que tienen que ser y creo que el recorrido me dio todavía la posibilidad de tener aprendizajes muy grandes».
Mientras se toma un tiempo para asimilar con la mayor calma posible el comienza de esta nueva etapa en su vida tenística, Frana también deberá tomar decisiones en el corto plazo, ya que la serie ante Noruega, con Casper Ruud (6° del ranking ATP) y sin otro nombre de peso, está a la vuelta de la esquina: se disputará entre fines de enero y principios de febrero.
La primera tiene que ver con la conformación de su equipo. ¿Lo acompañará Guido Pella como subcapitán, tal como trascendió en las últimas horas? «El nombre de Guido no sé de donde surgió, pero no tiene que ver… Yo tengo plena potestad y libertad para designar a una persona y todavía no lo hice. Como dije antes, voy tratando de dar los pasos bien firmes. Obviamente que sé que con algunas cosas hay que acelerar, pero no lo tengo definido», indicó al respecto.
Otra de las determinaciones tiene que ver con la situación de Horacio Zeballos, quien este año alcanzó junto a Marcelo Granollers el número uno del mundo y se quedó afuera del equipo por diferencias con Guillermo Coria, el anterior capitán. Ya hay una decisión tomada al respecto. “La idea es que todos los jugadores estén arriba del barco. Y no en el: ‘che, te tengo en cuenta y después no’. Sino en que sepan que está el ojo puesto en ellos, que estaremos detrás”, señaló en primera instancia.
Luego, se refirió al caso concreto: “Todos los jugadores largan de cero y claramente Horacio Zeballos, por su jerarquía y sus números, es uno a tener en cuenta. Yo no tengo nada que ver con lo que pasó antes, no me interesa. Esto para mí es un empezar de cero. Todos están elegibles, salvo que alguno diga que no».