Si es una Liga, es de Pep Guardiola. En los mano a mano, donde la eficacia y la puntualidad no ofrecen margen de error, el español se puede quedar con las manos vacías, como le sucedió ante el Real Madrid de la mística milagrosa.

Pero cuando se habla de ligas, campeonatos largos de todos contra todos, el actual técnico del Manchester City es un especialista casi imbatible. Con la cuarta consecutiva lograda con el equipo celeste (récord en la Premier League), tras el 3-1 ante West Ham, suma su sexto título en ocho temporadas.

Foto: REUTERS/Molly DarlingtonFoto: REUTERS/Molly Darlington

La cuenta es sencilla: sólo perdió dos desde que está en Inglaterra, la primera (en manos del Chelsea) y la tercera (ganada por el Liverpool). Si miramos hacia atrás, ganó tres de cuatro en Barcelona y tres de tres en Bayern Múnich. De 15 ligas ganó 12.

En total suma 14 títulos con Barcelona, 7 con Bayern y 17 con Manchester City: 38. Una barbaridad a la que le puede agregar la FA Cup; el 25 de mayo juega la final con Manchester United en Wembley.

Pep Guardiola llegó al Manchester City el 1° de julio de 2016. Esa primera temporada fue la única en la que no consiguió ningún título. En la siguiente (2017-18) se desquitó con una campaña de 100 puntos en la Premier (y 106 goles a favor) y un segundo título: la Carabao Cup.

La tercera temporada logró cuatro títulos locales: Premier League, FA Cup, Carabao Cup y Community Shield. En la cuarta, sumó dos: Carabao Cup y Community Shield. La Premier quedó en manos del Liverpool de Jürgen Klopp. En la quinta, volvió a ganar dos títulos: Premier y Carabao. Y perdió la final de la Champions ante Chelsea. En la sexta, sólo ganó la Premier. En la séptima, arrasó: 5 títulos. Premier, Champions, FA Cup, Mundial de Clubes y Supercopa Europea.

La octava es la actual. Otra Premier y tal vez otra FA Cup.

Según Scott Carson, el tercer arquero, quien con 38 años no juega nunca pero todos dicen que suma mucho en la intimidad del plantel, «el secreto del éxito es que odiamos perder».

Guardiola, más que perder odia que le saquen la pelota. Obsesivo, incansable, los cambios según él hay que hacerlos cuando las cosas van bien. Para esta temporada, la siguiente a ganar la tan ansiada Champions, estuvo obligado por las salidas de Ilkay Gündogan, Riyad Mahrez y también, Cole Palmer. Llegaron Jeremy Doku y Josko Gvardiol. Por eso, el 3-2-2-3 que dominó sus últimos años tuvo algunos ajustes.

Foto: Oli SCARFF / AFP Foto: Oli SCARFF / AFP

Detalles, porque la clave táctica es jugar a partir de la pelota, un dogma heredado de Johan Cruyff. Es que detrás de los títulos están las formas que identifican a Pep. Desde sus tiempos en el Bayern fue mostrando una suerte de regreso a las fuentes, pero mezcladas con su impronta de presión alta y posesión de pelota, dos rubros en los que el catalán no resigna nada. Afirmado en los tres defensores (a veces cuatro, pero para sumar uno al medio), siempre enfocado en tener superioridad numérica en el centro del campo, fue ajustando el sistema hasta llegar a estas últimas fechas con dos volantes de equilibrio (Rodri y Kovacic o uno de los defensores), dos de enlace (Phil Foden y Kevin De Bruyne), más tres delanteros (Bernardo Silva, Erling Haaland y Doku, Julián Álvarez o Jack Grealish). Así, el 3-2-2-3 se puede leer como la vieja WM del Arsenal que Herbert Chapman inventó en1925 y que se hace 3-4-3 de «inspiración cruyffista» como explica Martí Perarnau en su último libro «Dios salve a Pep».

El ataque con cinco delanteros parece un homenaje al 2-3-5 anterior, la Pirámide, utilizada por ejemplo por La Máquina de River. Todo flexible dentro del juego de posición: a veces es 4-2-3-1, 4-1-4-1 o 3-4-2-1. Y para defender, siempre es 4-4-2, con los extremos en el medio campo y el 9 (Haaland) y un enganche (De Bruyne) más adelantados.

La prestación de Julián Álvarez ha sido particular. Parece que no juega (porque en los últimos partidos entró faltando pocos minutos), pero tuvo mucha actividad, sobre todo en el inicio de la temporada. En esta Premier disputó 36 partidos, 31 como titular, de 38, y metió 11 goles. Eso sí: no tiene puesto fijo. Jugó 13 por los costados, 8 como enlace y 10 como centrodelantero. Recién en la fecha 26 se sentó en el banco y en cinco partidos ingresó desde allí. Solo en dos, fechas 30 y 38, no se movió.

Volviendo al equipo, las claves del Manchester City siguen siendo las mismas: «controlar el juego, poner cuatro hombres en el centro del campo y mover al rival a través de la pelota», según Pep. Pases y más pases, salida limpia del fondo (build up, en inglés), búsqueda del tercer hombre (libre) y recuperar la pelota rápido y lo más lejos posible del arco propio. «No voy a robarlo, sino que voy a recuperar lo que es mío», explica el técnico.

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Erling Haaland aportó 27 goles, pero el diferencial de esta campaña fue Phil Foden, con 19 tantos (dos ante West Ham) y 8 asistencias, elegido el mejor jugador (MVP) del campeonato. En 2016, Guardiola le dijo a Perarnau: «Foden, recuerda ese nombre. Será bestial». Tenía 16 años.

El sprint final del City, una vez más, también marcó la diferencia con el Arsenal. Nueve triunfos seguidos en el marco de un 2024 que no conoce derrotas, más allá de la eliminación de Champions ante Real Madrid por penales. Y ahi se ve otro detalle ganador: el equipo no se desmoronó después de esa dura caída que le cortó el sueño de ser bicampeón de Europa.

Un típico equipo de Guardiola. Equipo de autor, como todos los de Pep. Voraz, protagonista, implacable cuando los campeonatos toman forma de maratón. Tiránico en la Premier League y cerrando una campaña de 91 puntos, con 28 triunfos, 7 empates y apenas 3 derrotas, 96 goles a favor y 34 en contra.

Si es una Liga, es de Guardiola.



Fuente Clarin

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