«Hay que aprovecharlo». La frase que lanzó, a modo de bendición, el capitán Lionel Messi sobre el pibe Valentín Carboni apenas consumada la victoria de la Selección Argentina ante Guatemala en Washington toma este sábado otro calibre. Es que hay un dato que une a ambos futbolistas y que, casualidad o causalidad, puede esconder la necesidad de evitarle al talentoso zurdo repetir el sufrimiento de una de las heridas más grandes que tuvo la carrera del mejor jugador de la historia.

Para ello hay que viajar en el tiempo hasta el 30 de junio de 2006, al estadio Olímpico de Berlín. El anfitrión Alemania elimina a Argentina por penales en los cuartos de final del Mundial y ese momento nos regala una de las fotos más expresiva del rosarino: sentado en el banco de suplentes en soledad, cruzado de brazos y las medias bajas hasta los tobillos, y la camiseta número 19 sin transpirar.

Hacía seis días que Messi había cumplido 19 años, los mismos que tiene Valentín Carboni. La Pulga sumaba apenas 34 partidos oficiales, 9 goles y 6 asistencias para el Barcelona, donde había ganado dos títulos de Liga y una Champions.

La explicación de José Néstor Pekerman, el entrenador de aquel seleccionado, explicó después de un tiempo: «Le dije: ‘Acá hay grandes figuras, este equipo está consolidado, trabajamos mucho para este Mundial. Lo tuyo es algo sorpresivo y estamos contentísimos, vas a hacer tu aporte, pero mirá que hay jugadores que quedan en el banco que son impresionantes»,

Leo Franco por Roberto Abbondanzieri -lesionado-, Esteban Cambiasso por Juan Román Riquelme -inmediatamente después del 1-0 convertido Roberto Ayala-, y, la más polémica, Julio Cruz -por entonces goleador destacado en el Inter de Italia- por Hernán Crespo, justo antes del empate de los germanos. Esos fueron los cambios de Pekerman en los cuartos de final del mundial alemán. Y la Pulga se quedó afuera.

Carboni, en el Monza de Italia donde llegó a préstamo desde el Inter para buscar continuidad, disputó 32 encuentros entre Serie A y Copa, con dos goles y cuatro asistencias. Jugó 11 veces con la Selección italiana Sub 17, pero después eligió ser argentino, como su papá y ex futbolista Ezequiel Carboni, y con apenas 70 minutos en la Mayor -también jugó el Mundial Sub 20- convenció a Lionel Scaloni de estar entre los 26 convocados para la Copa América 2024.

La interconsulta -lógica- con Messi, quedó expuesta en sus declaraciones post doblete contra Guatemala. «Me parece que tiene un presente y futuro bárbaro. Hay muchos de los chicos que vienen con mucha fuerza», lo ponderó el campeón del mundo.

No quiere que lo mire por TV en medio del recambio generacional que vendrá después de este torneo en Estados Unidos. Quizás porque esa situación lo lleve a aquella imagen tan triste, donde desde el banco de suplentes no lo aprovecharon…





Fuente Clarin

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