La competencia náutica más avanzada tecnológicamente de todos los tiempos se corre aquí en las aguas mediterráneas de Cataluña para quedarse con la copa más vieja del deporte: la Jarra de las Cien Guineas. Si el viento vuelve el sábado a las tranquilas aguas de Barcelona, dos equipos, Emirates Team New Zealand e INEOS Britannia buscarán quedarse con la 37° America´s Cup, el trofeo más tradicional de la náutica global.

La primera disputa fue ganada hace 173 años por Estados Unidos en Inglaterra y, desde entonces, nunca más los británicos pudieron ver la Jarra de las Cien Guineas lucir en las refinadas vitrinas de alguno de sus clubes náuticos. Por eso esta America´s Cup, cuando todos esperaban que los italianos de Luna Rossa Prada Pirelli volvieran a disputar la final frente a los neozelandeses, como en 2021, se transformó de repente en un enigma de final incierto y apuestas imposibles.

El equipo inglés capitaneado por Sir Ben Ainslei, máximo ganador de medallas olímpicas en la historia británica, armó de la mano del multimillonario Jim Ratcliffe (dueño del Manchester United ) un barco super tecnológico, que se alimenta a diario del cerebro de más 50 ingenieros del equipo Mercedes Benz de Fórmula 1, y que, por eso, y por la habilidad al timón de Ainslie, tiene chances reales de destronar a los kiwis.

La America´s Cup es tan sofisticada, inigualable, honorable y competitiva que puede justificar casi cualquier esfuerzo para los que anhelan quedarse con ella. El trofeo que otorga temporalmente la America´s Cup, la llamada Jarra de las Cien Guineas, ha obsesionado a leyendas como Sir Thomas Lipton (sí, el de los tés), que desafió cinco veces a EE.UU. y nunca consiguió recuperar la copa para Inglaterra.

Emirates Team New Zealand busca ganar por tercera vez consecutiva la America´s Cup. Foto: Ricardo Pinto /America´s Cup.Emirates Team New Zealand busca ganar por tercera vez consecutiva la America´s Cup. Foto: Ricardo Pinto /America´s Cup.

Desde 1851 hasta 1964 Gran Bretaña desafió 17 veces a Estados Unidos y nunca pudo recuperar la America´s Cup. Pasaron 60 años y vuelve a pelear por la Jarra de las Cien Guineas, esta vez en condiciones muy parejas, aunque no sea el New York Yacht Club quién defienda la copa.

Nueva Zelanda es el campeón, el “defender”, el segundo mayor ganador de la Jarra detrás de Estados Unidos. Los kiwis son esas máquinas casi perfectas de navegar. Los que han diseñado el modelo actual de monocascos voladores y los que, tal vez por primera vez en casi una década (recuperaron la America´s Cup en 2017 en Bermudas) van a competir sin ventajas evidentes.

Van a correrse hasta 13 regatas en los próximos días y hasta que uno de los dos equipos gane las primeras siete de estas carreras “match race”, de barcos iguales, de uno contra otro, de tácticas de ataque y defensa en las que un error representa una derrota; regatas de ocho etapas o “legs” entre dos marcas, las boyas de barlovento y las de sotavento, ida y vuelta hasta vencer a 100 kilómetros volando sobre el agua.

El barco de los kiwis es más fino en el diseño y plano, con controles de su vela mayor que van por dentro del caso. Foto: Ricardo Pinto /America´s Cup.El barco de los kiwis es más fino en el diseño y plano, con controles de su vela mayor que van por dentro del caso. Foto: Ricardo Pinto /America´s Cup.

Si en el deporte, sobre todo en yachting y en la America´s Cup lo importante fuera competir, algún iluso podría suponer que llegar a esta final es todo un éxito. Pero bien lejos de esas buenas intenciones están los equipos que pelean por la America´s Cup. Ganar es lo único que cuenta. Ganar es la obsesión de los ingleses, ganar es la nostalgia de los norteamericanos que ya ganaron 29 de las 36 veces la Jarra de las Cien Guineas. Ganar es la loca obsesión de Patrizio Bertelli, el dueño del Emporio Prada y del Luna Rossa Prada Pirelli, ese fantástico equipo de regatas que comenzó a fines de los años ’90 con un barco diseñado por el argentino Germán Frers y que ahora se quedó, con honor pero sin efectividad en el agua, fuera de la competencia final tras perder 4-7 contra el INEOS Britannia.

Esta es una competencia que colecciona medallistas olímpicos en los timones de cada barco. Oros y platas abundan en las tripulaciones de ocho hombres por barco del Emirates Team New Zealand y del INEOS Britannia. Los dos timoneles del equipo kiwi (Peter Burling y Nathan Outteridge) suman cinco medallas (dos oros y tres platas), mientras los británicos (Ben Ainslie y Dylan Fletcher) acumulan seis medallas, cinco de oro y una de plata.

Burling y Ainslie tienen dos perfiles diferentes que, a la hora de verse las caras en las próximas regatas, pueden borrarse de un plumazo. En los libros, Ben Ainslie tiene más experiencia en match race mientras Peter Burling, que comenzó a competir en la America´s Cup a los 26 y ya ganó dos veces la Jarra de las Cien Guineas(2017 en Bermuda y 2021 en Auckland) muestra mayor capacidad como competidor integral. La realidad es que Burling ganó todo lo que se propuso en estos primeros cincuenta días de competencias previas y en las Round Robin de la Louis Vuitton Cup en las que Emirate Team New Zealand pudo participar. Del otro lado, Ben Ainslie lleva dos semanas de competencias muy cerradas, en semifinales y finales de la Louis Vuitton, y ha demostrado que el mix de un barco super afinado y la pareja perfecta que parece haber conformado con Nathan Outteridge, lo transformaron en el mayor desafiante real de una America´s Cup en muchos años.

El diseño del caso del INEOS Britannia muestra líneas más gruesas y potentes, con una altura evidentemente superior a la del barco neozelandés. Foto: Ricardo Pinto /America´s Cup.El diseño del caso del INEOS Britannia muestra líneas más gruesas y potentes, con una altura evidentemente superior a la del barco neozelandés. Foto: Ricardo Pinto /America´s Cup.

Los barcos, por último, llegan a la gran final con diferencias visuales importantes en el casco y en el sistema de trimado de la vela mayor (el diseño británico de Mercedes Benz es más grueso y potente, mientras los kiwis tienen un barco más delicado y plano). El gran interrogante está en lo que no se ve, en los cientos de

detalles que los ejércitos de ingenieros y programadores de software han desarrollado para optimizar el uso de la energía hidráulica y eléctrica que mueve estas naves, para resumir en un botón las funciones que, tras cada maniobra, optimizan y aumentan la velocidad o el vuelo del barco, y para ganar en esos detalles los milisegundos que, al final de cuentas, van a definir quién será el nuevo campeón de la America´s Cup.

Comienza lo mejor, comienza la gran batalla final por la Jarra de las Cien Guineas



Fuente Clarin

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