Para todos los gustos habrá oferta el viernes en el AT&T Stadium de Arlington. Incluso para quienes consideran que el plato principal de la velada, el enfrentamiento entre Mike Tyson y Jake Paul, es una ignominia. Ellos podrán deleitarse, antes de que el influencer y el jubilado excampeón pesado suban al cuadrilátero para hacer lo suyo, de una de las mejores propuestas que el boxeo practicado por mujeres puede ofrecer en estos días: la revancha entre la irlandesa Katie Taylor y la puertorriqueña Amanda Serrano por el reinado indiscutido de la división superligero. El combate comenzará alrededor de la medianoche y podrá verse en directo a través de Netflix, al igual que el resto de la cartelera (la transmisión arrancará a las 22).
Más de 30 meses hubo que aguardar para que este desquite entre dos de las mejores púgiles libra por libra del planeta llegara a puerto. Sin temor a incurrir en un desborde de futurología, la espera habrá valido la pena, sobre todo si se rescata el antecedente del primer enfrentamiento, el 30 de abril de 2022 en el Madison Square Garden. Aquella fue la primera vez que un evento de boxeo en el legendario recinto neoyorquino tuvo como atractivo principal un pleito entre mujeres, para el que se agotaron las 19.187 entradas que salieron a la venta.
En ese enfrentamiento, en el que estuvieron en juego las cuatro fajas de la división ligero que pertenecían a Taylor, Serrano se mostró más agresiva, dominó con claridad los rounds intermedios e incluso puso en serios aprietos a su rival en el quinto asalto. Pero la irlandesa atravesó ese tramo adverso, aprovechó la merma física de la puertorriqueña y cerró mejor una pelea que tuvo un último episodio de antología.
A la hora de la decisión, la irlandesa se impuso por puntos en decisión dividida: el italiano Guido Cavalleri (96-93) y el estadounidense Glenn Feldman (97-93) la vieron ganar, mientras que el canadiense Benoit Roussel (96-94) se inclinó por la boricua. El fallo fue controvertido e incluso Jake Paul, en su rol de promotor de la derrotada, aseguró que Eddie Hearn, CEO de Matchroom Boxing, la empresa que representa los intereses de la vencedora, había sobornado a Feldman, lo que le valió una demanda por difamación que todavía está en curso. Esta vez, la organización del evento cambió de manos: estará a cargo de Most Valuable Promotions (MVP), la firma de Paul.
Después de aquella derrota, la segunda en su riquísima carrera profesional (también suma 47 victorias y un empate), Serrano, que nació hace 36 años en Carolina, volvió a la categoría pluma, en la que más cómoda se siente, y ratificó su hegemonía con cuatro triunfos ante la feroesa Sarah Mahfoud, la mexicana Érika Cruz, la estadounidense Heather Hardy y la brasileña Danila Ramos.
Su última presentación fue el 20 de julio. Ese día era el que estaba marcado en el calendario para el desquite con Taylor, pero la pelea, que también estaba pactada como complemento del duelo Paul-Tyson, se postergó cuando una úlcera doblegó a Iron Mike y obligó a suspender la cartelera. Para no perder la fecha, MVP buscó una rival alternativa para Serrano: fue la estadounidense Stevie Morgan, a quien la campeona pluma de la Asociación Mundial de Boxeo y la Organización Mundial de Boxeo superó por puntos. Esa noche, la contienda estuvo encuadrada en la división superligero.
Subir y bajar de peso ha sido una constante en la carrera de la boricua, quien fue campeona en siete divisiones (desde supermosca hasta superligero). Esta vez saltará tres divisiones para un desafío mayúsculo. “Siempre es difícil e incómodo dejar mi categoría, en la que me siento cómoda. Tengo que comer mucho más, muchas más proteínas y carbohidratos, para sentirme bien en el peso. Pero estoy persiguiendo la grandeza y eso es subir tres categorías para enfrentar a Katie Taylor una vez más”, resaltó la retadora.
Si Serrano ya tiene asegurado un lugar en los libros de historia de este deporte, su rival no le va en zaga. La peleadora nacida hace 38 años en Bray fue una de las protagonistas del primer combate de boxeo femenino sancionado en Irlanda tras la reglamentación de la actividad en 1997: le ganó a Alanna Audley en Dublin el 31 de octubre de 2001. Como aficionada, fue campeona olímpica en Londres 2012 y ganadora de cinco ediciones del Mundial de la AIBA. Gran parte de esos logros los consiguió mientras era también futbolista: llegó a representar al seleccionado de su país en 15 partidos internacionales. Su salto a la actividad profesional se produjo en noviembre de 2016, ya con 30 años, y en solo 30 meses se apoderó de los cuatro títulos de la categoría ligero, esos que defendió ante Serrano en abril de 2022.
Después de doblegar a la caribeña y de defender una vez más su póquer de coronas de las 135 libras ante la porteña Karen Elizabeth Carabajal, Taylor subió a la categoría superligero para retar a la monarca indiscutida, la inglesa Chantelle Cameron. El 20 de mayo de 2023, perdió por puntos en decisión mayoritaria en el 3Arena de Dublín y así anotó en su foja de servicios la primera derrota como profesional (entonces sumaba 22 triunfos). Tras ese traspié, no faltaron quienes sugirieron que su tiempo había pasado y, por lo bajo, le recomendaron que se retirara. Taylor desoyó todo ello y seis meses después, en el mismo escenario, batió a Cameron en un áspero desquite y se apoderó de los cuatro cinturones (además conserva los de la AMB y el Consejo Mundial de Boxeo de la división ligero). Desde entonces no ha vuelto a combatir, a la espera de la revancha con Serrano.
¿Qué se puede esperar de este desquite? Sin un favoritismo claro, cada una intentará imponer sus condiciones. Serrano, una peleadora más agresiva, seguramente propondrá un pleito de toma y dame. Si bien tiene cualidades para aceptar ese reto (y lo hizo en la primera contienda), Taylor, una boxeadora más habilidosa y con mejor técnica, apostará a la movilidad y el contragolpe. “Tengo que ser más disciplinada, estoy tratando de concentrarme en eso. Me doy cuenta de que a veces no es la decisión más inteligente (aceptar la pelea frontal)”, explicó la europea. Su rival confía en arrancarla de ese plan. “Katie es una guerrera. Puede que empiece boxeando, pero una vez que la golpee, sé que va a venir a pelear. Va a ser una guerra”, pronosticó.
Dos aspectos que fueron motivo de discusión en las negociaciones previas favorecerán, a priori, a Taylor. La pelea está encuadrada en la división superligero y si bien en el contrato se acordó un peso límite de 138 libras (62,595 kilos), dos por debajo del límite de la división, este tonelaje le sienta mejor a la campeona. Los representantes de la puertorriqueña pretendían que el peso acordado fuera de 136 libras, pero perdieron esa batalla.
También intentaron que el pleito fuera a 12 rounds y que los asaltos duraran tres minutos, pero tampoco tuvieron éxito y el duelo será de 10 capítulos de dos minutos. Este es un debate que atraviesa en estos días al pugilismo femenino y que está vinculado con la búsqueda de mejorar las bolsas que reciben las peleadoras. Serrano ha sido una de las principales impulsoras de la iniciativa y la primera boxeadora que protagonizó un combate de esa extensión (el que le ganó a Danila Ramos en octubre de 2023).
En la puja por el incremento de los ingresos de las boxeadoras, la pelea del viernes también marcará un hito. Si bien ni las protagonistas ni sus equipos lo han confirmado, cada una de las contendientes recibirá una bolsa superior a seis millones de dólares, un número jamás alcanzado. “Me encanta mi deporte, me encanta lo que hago y el sueño de toda boxeadora es ganar grandes sumas de dinero”, sostuvo Taylor. “El boxeo femenino está mejorando y seguirá mejorando. Solo espero que los pagos mejoren, como los míos y los de Katie”, se ilusionó Serrano.