El avión de la delegación argentina a los Juegos Olímpicos de París 2024 sumó un nuevo pasajero: Julián Gutiérrez se clasificó gracias a la medalla dorada en la prueba de rifle de aire 10 metros del XIV Campeonato de las Américas de Rifle y Pistola que se desarrolla en el Tiro Federal Argentino, en la Ciudad de Buenos Aires.
El joven de 23 años, que le dio una alegría a su provincia al convertirse en el primer catamarqueño olímpico, ganó la final con un puntaje de 249.5, por delante del mexicano Edson Ramírez y el estadounidense Timothy Sherry, y obtuvo la única plaza que entregaba el preolímpico.
Con su clasificación, el tiro nacional tendrá tres representantes, porque también estarán en París los olímpicos Fernanda Russo y Federico Gil. Justamente, Gutiérrez podrá participar de la modalidad mixta con Russo; en esa prueba hace cinco años, en los Juegos Panamericanos de Lima, fueron dorados.
«¡Con mucho orgullo les cuento que Julián Gutiérrez es el primer catamarqueño en alcanzar un lugar en unos Juegos Olímpicos! Él se destaca en Tiro Deportivo y será nuestro representante en la edición 2024 de París. ¡Felicitaciones!», lo reconoció el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, en su cuenta de Facebook.
En mayo de 2018, el catamarqueño ganó la medalla de plata en el Campeonato del Mundo Junior realizado en Benning, Estados Unidos, y en noviembre, durante el Campeonato de las Américas en Guadalajara, conquistó la plaza para Lima 2019 al terminar décimo.
Justamente allí, Gutiérrez fue tercero en la prueba masculina de rifle de aire 10 metros. «Brindarle una medalla en mi primer Juego Panamericano es muy lindo. Ahora hay que luchar por más. Quizás la próxima pueda conseguir el cupo», expresó el catamarqueño tras colgarse el bronce. Cinco años después, lo logró.
La casa de los Gutiérrez, con un polígono de tiro
Julián conoció el tiro desde muy chico. Comenzó a practicarlo junto a su hermano Andrés y bajo la mirada de su padre, Marcelo, que se convirtió en su entrenador. Por eso, en su casa no tardaron en montar un polígono de tiro en una sala de 12 metros por 4 de ancho. «El primer blanco que usamos fue una caja de vino, y le dimos fácil», confesó en una entrevista con La Nación.
“Siempre me entrené en casa porque nos sentíamos bien en ese ambiente, ese ámbito de padre e hijo y que nadie de afuera opine me gusto bastante, porque al ser un deporte psicológico, todo lo que te digan de afuera te puede llegar a afectar. Al ser un deporte psicológico, todo lo que te digan de afuera te puede llegar a afectar”, contó hace unos años, antes de convertirse en el primer catamarqueño olímpico.