«¿Acá está Julián Álvarez?». Esa es la pregunta que más se repite en cada uno de los lugares en los que está la Selección Sub-23 que dirige Javier Mascherano. Puede escucharse en un hotel, en un predio de entrenamiento y hasta en los estadios. Los idiomas en los que se interroga son varios, porque el cordobés nacido en Calchín ya es una figura mundial. Es, al cabo, la cara más visible del fútbol masculino en los Juegos Olímpicos de París.
Y dos son la razones que explican la popularidad de Julián: primero, su irrupción en el Mundial de Qatar; segundo, que juega en la Premier League, la liga más consumida del planeta. Existen postales que se suceden acá en Lyon que respaldan la sentencia. Como por ejemplo el pequeño caos que se generó cuando alrededor de 30 iraquíes -que estaban esperando la salida de sus jugadores, hospedados en el mismo lugar- lo vieron salir del hotel donde se concentra la Selección, en la zona del bello y enorme Parc de la Tete d’Or. Fue tanto el revuelo que se armó que finalmente tres empleados de seguridad optaron por echar del lobby a todos los árabes.
Otra secuencia: la primera de las mil invasiones al campo de juego durante el duelo contra Marruecos en Saint-Éttiene fue de un niño argentino que corrió con el celular en la mano para retratarse con su ídolo. «Ya lo tomo como normal. Me pasó desde el primer momento en River, cuando subí a Primera División. La gente es muy fanática del fútbol y quieren un saludo, una foto, un autógrafo. Y trato de cumplir», le dice con total humildad Álvarez a Clarín.
Cuesta asociar al Julián de afuera con el que juega. Lejos del césped y de la pelota se presenta como una persona serena, que podría pasar por tímida; es educado y atento, además. En la cancha, lo que se sabe: te come el hígado sin dar una por perdida. Y en este torneo, además, le sumó algo de liderazgo porque es uno de los mayores del plantel. «Por ahí es un poco distinto en ese aspecto. Aunque tampoco me siento distinto porque quiera hacerme el líder. Hago lo que me parece en el momento. Soy el mismo Julián de siempre. Intento aportar en lo que pueda. Lo que pasa es que los árbitros hablan en inglés y por ahí me acerco a decirles algo», explica. Y aclara: «No estoy 10 puntos con el idioma, pero me hago entender».
No marcó goles Álvarez en los primeros dos partidos de los Juegos. Contra Marruecos tuvo un discreto rendimiento y levantó ante Irak. De todos modos, se lo nota un poco fatigado, especialmente en los últimos minutos de los duelos. Existe una explicación, claro: la temporada pasada disputó 71 partidos (21 goles) entre Argentina y Manchester City. «Es verdad que juega el cansancio. Se juega seguido, hace mucho calor. Ha sido una temporada larga, pero estoy donde quiero estar. Tuve que hablar con el club para estar acá. Es un sueño para mí representar a Argentina en los Juegos. Por eso doy lo mejor más allá del cansancio», reconoce el cordobés de 24 años.
Manchester City es un tema imposible de eludir si se habla con Julián. El debate está instalado: ¿Pep Guardiola le da el lugar que se merece al campeón del mundo? Sucede algo especial cuando el entrenador catalán no pone al argentino: las redes sociales estallan de bronca. Y no solo en nuestro país. «Eso es más algo que se dice en las redes que lo que yo siento. He jugado mucho la temporada pasada, aunque por ahí a uno le jode estar afuera en partidos importantes porque siempre quiero jugar para ayudar al equipo desde adentro de la cancha», explicó Álvarez, quien es pretendido, entre otros, por Arsenal, Chelsea, Atlético de Madrid y París Saint Germain.
-¿Vas a seguir en Manchester City?
-Se habla mucho. Yo estoy enfocado acá porque es un torneo corto. En el Manchester City me siento muy bien, jugué muchísimos minutos. Pero veremos después de los Juegos. Primero, si puedo, me tomaré unos días de vacaciones. Luego se definirá.
Existe otro tema inevitable si se charla con el Araña: River. «Como hincha, siempre quiero lo mejor. Ojalá que Marcelo llegue y le vaya bien. Esperemos que venga con todas las energías para que ponga a River donde tiene que estar. Estuve con Marcelo, sé cómo es, lo que quiere a la institución y cómo trabaja», avisó.
Saltará a la cancha Álvarez este martes para enfrentar a Ucrania y para lograr la clasificación a cuartos de final. «Pasará más por lo que hagamos nosotros, más allá del rival. Estamos en una buena situación porque no dependemos de nadie para pasar. La ilusión es muy grande», cerró Álvarez.
Transita entonces Julián camino a la medalla de oro, la distinción que aún le falta en su vitrina en la que ya descansan la Copa del Mundo, la Copa América, la Copa Libertadores, la Champions League y el Mundial de Clubes. Todo con tan solo 24 años; todo con una humildad poco común en este gran negocio. Por algo hasta los fanáticos de Boca celebran sus goles.