La colombiana es la selección que mejor fútbol desplegó en la Copa América de Estados Unidos. Y en la gran final de Miami jugará ante la Scaloneta, probablemente el mejor equipo del mundo que tiene a Lionel Messi como abanderado. El espectáculo, entonces, estará garantizado. Una pregunta asoma en la víspera del duelo: ¿cómo juega el elenco que comanda el argentino Néstor Lorenzo que acumula un invicto de 28 partidos, con 22 victorias y 6 empates?

Para entender qué es esta Colombia sensación, alcanza con poner la lupa en sus dos máximas figuras: James Rodríguez y Luis Díaz. Uno, el enganche, tiene una zurda prodigiosa; el otro, el extremo, posee una mezcla perfecta entre velocidad y potencia. Así, la Tricolor se podría resumir en pelotas paradas y verticalidad, sin dudas sus dos grandes virtudes.

Son cinco los goles que anotaron los colombianos de cabeza, cuatro tras envíos de James y el restante de Jhon Arias. Jefferson Lerma -2-, Daniel Muñoz, Jhon Córdoba y Davinson Sánchez fueron los goleadores.

James Rodríguez, el dueño de todas las pelotas detenidas, es un futbolista que ya no impone su ritmo de juego, más allá de que no es tan veterano (32 años). Sucede que Colombia juega más agresivo que paciente. Y esto se debe al resto de los intérpretes por los que opta Lorenzo, comandados ellos por Luis Díaz. De similares características al futbolista de Liverpool son Jhon Arias y Jhon Córdoba, quien puede desempeñarse como referencia de área o por ambas bandas. También los centrocampistas Richard Ríos y Jefferson Lerma apelan más al músculo que a la pausa. Bastante más: los laterales Daniel Muñoz -que no estará en la final por expulsión, lo reemplazará Santiago Arias- y Jhon Mojica pasan con continuidad al ataque.

¿Cómo hace entonces James para meterse entre tanto vértigo? Con su pegada marca la diferencia, aunque en esta Copa América se ha brindado por el equipo por encima de lo esperado teniendo en cuenta su mal semestre en San Pablo.

Las frescura y la condición atlética de los colombianos provoca que Lorenzo los mande a presionar en la salida del rival. Lo hizo ante Brasil y contra Uruguay, por lo que se presume que será igual ante Argentina.

El esquema táctico, en tanto, ha ido variando. Puede jugar 4-3-1-2, como lo hizo ante Brasil, o 4-2-3-1, como lo realizó frente a Uruguay. Ahí, el que modificó su función fue Jhon Arias: el jugador de Fluminense se movió de interior izquierdo con los brasileños y de extremo derecho ante los uruguayos. También varió el punto de partida de Jhon Córdoba: pasó de recostado por la derecha en el primer duelo a meterse entre los centrales frente a la Celeste. La idea, de todos modos, fue la misma: presión alta más ataques directos y masivos.

Son fácilmente reconocibles las cartas de Colombia, el equipo sensación: basta con analizar a James Rodríguez y a Luis Díaz. Por lo tanto, para que Argentina imponga sus condiciones en la final, la clave estará en la buena circulación del mediocampo para que el partido no se haga de ida y vuelta, escenario que le quedaría mucho más cómodo a los cafeteros, que estarán listos para correr y correr y para apostar mucho a una pelota parada.



Fuente Clarin

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