El 26 de mayo, Jacob Fearnley estaba festejando la consagración de los Horned Frogs en la liga universitaria de Estados Unidos, en la que brilló durante su paso por la Universidad Cristiana de Texas. El escocés de 22 años, que se graduó con un título de Kinesiología, había disputado hasta ese momento un solo torneo de challenger y estaba 522° en el ranking ATP. Solo 39 días después, como 277° del mundo, tendrá el desafío de jugar con uno de los mejores de la historia en la cancha más prestigiosa y tradicional del mundo del tenis. El nacido en Edimburgo chocará en el Center Court del All England con el serbio Novak Djokovic por la segunda ronda de Wimbledon, torneo al que ingresó gracias a una invitación especial.

«Es una locura. No puedo describir lo que siento ahora mismo. Mientras jugaba, mentiría si dijese que no miraba el marcador de la Central. Era algo que tenía en mi cabeza, sabiendo que podía jugar contra él. Va a ser un poco intimidante, pero es un partido por el que estoy muy emocionado. Es uno de mis ídolos, crecí viéndolo jugar. Va a ser el más importante de mi carrera hasta ahora. Compartir la cancha con un jugador así será realmente especial», comentó en la previa del encuentro, programado para el primer turno, a las 9.30 de Argentina.

Fearnley, diestro y con revés a dos manos, tuvo una buena carrera como junior. Llegó a ocupar el 27° escalón del ranking ITF de esa categoría, ganó cuatro títulos y alcanzó los octavos de final del Australian Open 2019. En esa etapa se dio el gusto de pelotear varias veces con Roger Federer en el marco del «grande» británico, y también de vencer a dos de los mejores jugadores de la actualidad, Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, cuando tenían 15 años. Al italiano le ganó fácil (doble 6-3) por la primera ronda de un Grado 4 en Marza, Malta, en abril de 2017. Al español, lo doblegó en un peleado tie break (14-12) en el tercer set de la final de un Grado 2 de Sanxenxo, España, en octubre de 2018.

Parecía tener un futuro seguro en el circuito profesional, pero en 2019 eligió instalarse en Estados Unidos y poner su energía en el tenis universitario, con el objetivo de desarrollar su juego y su cabeza. Según contó en una nota con la ATP Devin Bowen, uno de sus entrenadores en el equipo de la TCU, el escocés necesitaba «creer que su lugar era una cancha de tenis y que podía competir en el más alto nivel de este deporte».

«Las carreras de Alcaraz y Sinner fueron muy diferentes a la mía. Yo fui a la universidad y esos chicos son los mejores del mundo. Sigue siendo genial poder contarle a la gente que alguna vez les gané», comentó Fearnley.

Fearnley y Roger Federer, con quien se dio el gusto de pelotear varias veces, en 2018 Foto @jakefearnley01Fearnley y Roger Federer, con quien se dio el gusto de pelotear varias veces, en 2018 Foto @jakefearnley01

Y aseguró: «La universidad me ayudó mucho, fue la mejor decisión que he tomado. Aprendí mucho en Texas. Me desarrollé físicamente y me hice mucho más fuerte mentalmente. Hoy afronto las cosas mejor que en el pasado y creo en mí mismo un poco más. Esa confianza fue el cambio más grande que tuve en mis años en la TCU».

A fines de mayo, el británico culminó sus estudios y volvió a su país con el objetivo de empezar a construir su carrera profesional. Ya había jugado un challenger (en octubre de 2022 en Estados Unidos) y varios torneos del ITF World Tour, pero sin continuidad ni grandes resultados. Es más, hace exactamente un año, su nombre ni siquiera figuraba en el ranking ATP. Apareció por primera vez el 24 de julio de 2023, en el 1.763° escalón, tras ganar su primer trofeo, en un M25 en Edgbaston. Y entonces comenzó su evolución.

Arrancó el 2024 en el 646° escalón, pero recién dio un salto enorme tras cerrar su fase universitaria. Dos semanas después de de celebrar el título de la NCAA, con una victoria ante la Universidad de Texas, y con solo una semana de entrenamiento sobre césped, ingresó como alternate (como se llama a los jugadores suplentes que aprovechan la baja de un colega a último momento) a la qualy del Challenger de Nottingham. Una semana más tarde, su vida había cambiado.

Fearnley y Alcaraz, tras la final de un torneo Grado 2 en octubre de 2018. Foto @jakefearnley01Fearnley y Alcaraz, tras la final de un torneo Grado 2 en octubre de 2018. Foto @jakefearnley01

Porque tras estar a un paso de despedirse en la primera ronda de la fase previa (se llevó la victoria en el tie break), logró meterse en el cuadro principal, en el que hilvanó cinco victorias, todas ante jugadores mejor rankeados que él (como por ejemplo el chino Juncheng Shang, 96°, y el italiano Matteo Bellucci, 160°) y se coronó campeón. El título, el primero para él en ese nivel, le permitió escalar de un día para otro de la 525ª a la 274ª posición de la clasificación.

«Es un poco surrealista, pero me siento muy bien», aseguró tras el festejo. «Me sorprendió un poco haber podido ganar, pero he trabajado duro y he jugado bien. Así que estoy super, super feliz y super agradecido de que me hayan dado la oportunidad».

Su enrome actuación en Nottingham llamó la atención de la LTA, la federación de tenis de Grand Bretaña, que decidió premiarlo con una invitación especial para disputar el cuadro principal de Wimbledon. Días después de su victoria en la final, el propio capitán del equipo británico de Copa Davis lo llamó por teléfono para darle la buena noticia.

«La verdad, no sabía cómo reaccionar. Ha sido un gran mes para mí, pero no es algo para que lo que podés estar preparado. No sabía lo que me iba a tocar. Pensaba que iba a tener que jugar la qualy seguro. Pero sé lo que es recibir una wild card para el cuadro principal de este torneo, así que estaba super emocionado», contó.

La suerte determinó que el español Alejandro Moro, 188° de la clasificación, fuera su rival para su debut absoluto en un Grand Slam y apenas su segundo partido ATP (perdió en la primera ronda de Eastbourne hace una semana). No se dejó ganar por los nervios de jugar ante su familia y su público y se llevó el triunfo sin ceder tres por 7-5, 6-4 y 7-6 (14-12) para avanzar a segunda ronda y citarse con Djokovic, uno de los mejores de todos los tiempos y siete veces campeón en el All England.

El escocés sabe que este jueves encarará uno de los desafíos más grandes que puede tener un tenista. Y consultado sobre cómo tendría que hacer para bajar al número dos del mundo y ganador de 24 Majors, no tuvo problemas en admitir: «No tengo ni idea. Creo que no mucha gente puede contestar esa pregunta. He visto muchos vídeos suyos y no tiene debilidades. Creo que saldré a disfrutar y poner mi juego en cancha y ver qué pasa. No creo que sea un partido donde poner mucha táctica. No tengo presión».

El duelo ante Nole será una especie de broche de oro de un mes que cambió completamente la vida y la carrera de Fearnley. Él lo sabe. Y entiende a la perfección que, más allá del resultado final, este partido quedará grabado en su memoria para siempre.



Fuente Clarin

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