La era la Next Gen del tenis masculino ya comenzó y este domingo esa talentosa camada se anotó una nueva victoria en el desierto californiano de la mano de un intratable Jack Draper. El británico, de 23 años, gritó campeón en el Masters 1000 de Indian Wells con una inobjetable victoria por 6-2 y 6-2 ante el danés Holger Rune, conquistó su primer título en esa categoría -y el más importante de su carrera- y se convirtió en apenas en cuarto jugador nacido del 2000 en adelante en levantar uno de los trofeos de ese nivel de torneos, el segundo más importante del circuito ATP detrás de los Grand Slams.
Draper acompaña en ese selecto grupo a Carlos Alcaraz, dueño de cinco títulos (Indian Wells 2023 y 2024, Madrid 2022 y 2023 y Miami 2022); Jannik Sinner, que acumula cuatro (Toronto 2023 y Miami, Cincinnati y Shanghai 2024) y el propio Rune, que ganó uno (París 2022).
También coló su nombre entre grandes jugadores históricos de Gran Bretaña. El nacido en Sutton, una ciudad ubicada al sur de Londres, es el quinto británico en ganar un Masters 1000, luego de Andy Murray (14), Greg Rusedski, Tim Henman y Cameron Norrie (uno cada uno). Y el segundo en gritar campeón en Indian Wells, tras el triunfo de Norrie en 2021.
Y este lunes será además el segundo británico más joven en meterse en el top 10, luego de Murray. El escocés, quien lo ayudó (y lo sigue ayudando) mucho en su carrera, quebró esa barrera en abril de 2007 con 19 años y 11 meses, cuando apareció 10°. Draper saltará al séptimo lugar con 23 años y dos meses; mejorando lo hecho por Henman, que llegó a esa elite en agosto de 1998 con 23 años y 11 meses, Rusedski, en septiembre de 1997 con 24 años y 9 meses, y Norrie, en abril de 2022 con 26 años y siete meses.
«Es increíble. No me lo esperaba», aseguró Draper. «Llevo largo tiempo trabajado mucho y estoy muy agradecido y feliz de poder jugar acá, de que mi cuerpo esté sano y de sentirme bien mentalmente. Ser capaz de proclamarme campeón aquí lo es todo para mí. Antes del partido pensás en todos los escenarios posibles en tu cabeza, tenés muchas dudas, piensás que quizás pidés perder… Poder superar y pasar por encima de esas dudas, el haber jugado la final de la forma en la que lo hice, convierte este triunfo en algo mucho mejor. Estoy muy feliz y muy orgulloso por mis éxitos esta semana».
«Siento que me lo merezco, sinceramente. La cantidad de adversidades por las que he pasado, la cantidad de sacrificios, la cantidad de tiempo que todas las personas que me rodean han dedicado a mí y el trabajo duro. Es una sensación muy emotiva saber todo lo que has pasado y lo que has invertido, y estar acá ahora para decir que mañana voy a ser el número 7 del mundo, no puedo expresar lo mucho que significa para mí», agregó.
Draper avanzó a paso firme en el certamen californiano desde el debut hasta el título. Apenas cedió un set, en la semifinal que le ganó por 6-1, 0-6 y 6-4 a Alcaraz, número tres del mundo y quien buscaba su tercer corona al hilo en el Valle de Coachella. En primera ronda había bajado al brasileño Joao Fonseca, la nueva joya del tenis masculino, luego derrotó al estadounidense Jenson Brooksby y bajó a otros dos locales, Taylor Fritz, cuarto del ranking, en octavos y Ben Shelton, 11° preclasificado, en cuartos. Y tras su enorme victoria ante Carlitos, dominó en cancha a Rune en una final que quedará en los libros de estadísticas como una de las más cortas de la historia del torneo.
Apenas 69 minutos necesitó el británico para doblegar al danés, dos minutos más de los que había utilizado Roger Federer para vencer por 6-3 y 6-3 a Henman en la definición de 2004.

Cuando el revés cruzado de Rune se fue ancho y sentenció su triunfo, Draper miró a su banco con una expresión más de alivio que de felicidad. Y tras saludar a su vencido, se arrodilló sobre el cemento violeta, golpeó dos veces la cancha con las palmas de las manos y luego elevó los puños al cielo, con los ojos cerrados, como tratando de grabar todo lo que había vivido en la memoria. Y es que al inglés le costó demasiado llegar a ese lugar.
Número 7 del mundo y finalista de Wimbledon 2018 en su etapa de junior, Draper parecía llamado a ser el heredero de Murray. Aunque su salto al profesionalismo no fue fácil.
«De chico siempre fui pequeño. Después crecí mucho cuando tenía alrededor de 16 o 17. Tuve muchas subidas y bajadas, no solo físicas sino también a nivel mental. Algunas veces no estaba seguro si iba a continuar por este camino», contó hace un par de años en una entrevista con The Guardian.

«Es realmente difícil pasar por los Futures y los Challengers. Es brutal. No es Wimbledon ni Indian Wells, no vas a esos lugares lindos donde todo es increíble. Tenés que ir solo a un lugar durante tres o cuatro semanas. Cuando era joven pensaba que el deporte era muy diferente a la realidad. Así que gran parte del trabajo para mí era asimilar que no iba a lucirme en Wimbledon y ganarlo. Realmente tuve que ponerme a trabajar por mucho tiempo para llegar a este punto», agregó.
Finalmente logró dar el salto y fue una de las grandes revelaciones de la temporada 2022, que arrancó en el 265° escalón y que finalizó en el 42°, tras hacer semifinal en Eastbourne y anotarse dos victorias ante top 10, frente a Stefanos Tsitsipas (5°) en su camino a los cuartos de Montreal y frente a Felix Auger-Aliassime (8°) para meterse en la tercera ronda del US Open.
Ilusionado, arrancó el 2023. Pero las lesiones frenaron su evolución. Primero un problema muscular en el abdomen, que lo forzó a retirarse durante su duelo de octavos de Indian Wells ante Alcaraz. Luego un desgarro en el hombro izquierdo, por el que tuvo que abandonar su partido de primera ronda de Roland Garros ante Tomás Etcheverry y que lo hizo perderse también toda la gira de césped y anotarse una nueva baja en la segunda ronda de Winston Salem, en agosto. Con poca competencia durante casi seis meses, salió del top 100 y desapareció de los primeros planos del tenis.
Regresó en 2024, decidido a recuperar el terreno perdido. Y con más regularidad y un gran nivel, pudo volver a ser protagonista dentro de una cancha. Los títulos en Stuttgart y Viena (los dos primeros de su carrera) y la semifinal del US Open (perdió son Sinner) fueron los puntos más altos de un año en el que tuvo algunos problemas físicos. Se retiró en febrero en Acapulco con dificultades para respirar y en septiembre en Tokio, con una molestia abdominal, la semana previa al festejo en Viena.
«Odio ser el tipo que se lesiona mucho. Es extremadamente duro jugar y perder. Me siento destruido mentalmente. Espero que ‘Mr. Lesiones’ quede atrás ahora. Quiero librarme de los problemas físicos y estar seguro de poder jugar cinco sets en un Grand Slam sin molestias», se ilusionaba tras esa consagración en la capital austríaca.
Sin embargo, en el arranque de este 2025 -que comenzó en el puesto 15°-, aparecieron otra vez los fantasmas de las lesiones. Una tendinitis en la cadera, donde sufría molestias crónicas desde hacía tiempo, lo hizo bajarse de la United Cup y retirarse luego del duelo de octavos de Australia ante Alcaraz.
«Vas a llegar adonde te merecés. Recuperate pronto, Jack», escribió el murciano en el lente de la cámara luego de ese partido, a mediados de enero.

Casi dos meses después, Draper se tomó revancha del español en las semis de Indian Wells y luego derrotó a Rune para levantar el trofeo más importante de su carrera y meterse en el top 10. Y, como había pronosticado Carlitos, llegó a ese lugar que se merece, la elite del tenis mundial.
«Perdí la primera ronda de este torneo el año pasado, así que no lo pude disfrutar mucho. Cuando me arrodillé tras ganar, intenté mirar a mi alrededor y saborearlo todo, experimentar esa intensa sensación de ser el ganador, algo para lo que he trabajado tanto», comentó el británico en la ceremonia de premiación. Y cerró: «La verdad, no esperaba estar acá hoy. Todo el trabajo que he hecho en los últimos años parece que está impactando en los grandes escenarios y no puedo expresarlo con palabras. Nunca se sabe cuándo te llegará el momento».