Imane Khelif fue una de las figuras de los Juegos Olímpicos de París 2024. La polémica que generó su participación en el torneo femenino de boxeo, en el que se coronó campeona del peso welter, le permitió ser tapa en diversos diarios del mundo y motivó debates acerca de su género en redes sociales, por lo que no es extraño que este domingo haya realizado una denuncia por ciberacoso, horas antes de ser anunciada como abanderada de Argelia en la ceremonia de clausura, algo que extrañamente luego no ocurrió siendo reemplazada por la gimnasta Kaylia Nemour.

Fue presentada el viernes, horas después de ganar el título y convertirse en heroína en su país natal, ante un grupo especial de la fiscalía de París que combate los mensajes de odio por medio de tecnologías digitales. Alegaron que Khelif sufrió “ciberacoso”, según explicó el abogado Nabil Boudi.

En un comunicado, Boudi lo describió como una “campaña misógina, racista y sexista” contra la boxeadora.

La fiscalía deberá decidir si abre una investigación. Como es común en la ley francesa, la querella no identifica al supuesto perpetrador, pero deja en manos de los investigadores determinar quién podría ser responsable.

El desenlace de la primera pelea de Khelif en París la puso en el centro de la polarización mundial sobre la identidad de género y las regulaciones de seguridad en el deporte. Su primera rival, la italiana Angela Carini, abandonó el combate entre lágrimas apenas a los 46 segundos. Carini dijo que había sentido demasiado dolor por los golpes de Khelif.

A ello siguieron comentarios de figuras como el expresidente estadounidense Donald Trump, la escritora de “Harry Potter” J.K. Rowling, el presidente argentino Javier Milei y otros que dijeron falsamente que Khelif era hombre o transgénero.

Khelif respondió que la ola de odiosos cuestionamientos que ha enfrentado por conceptos errados sobre su género “daña la dignidad humana”.

El debate en los Juegos surgió 16 meses después de que Khelif y la taiwanesa Lin Yu-ting -que también ganó la medalla dorada en su categoría- fueron descalificadas en el Mundial de 2023, por parte de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA, por sus siglas en inglés), un organismo dominado por Rusia.

La IBA, que libra una agria pugna desde hace años con el COI, afirmó que ninguna de las dos boxeadoras había pasado una prueba turbia de elegibilidad para las competiciones de mujeres. En París 2024, el boxeo es regulado por un grupo que nombró el COI, con reglas de elegibilidad aprobadas en 2016 y algo obsoletas en comparación con las que rigen otros deportes olímpicos.



Fuente Clarin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *