Dom. 03.11.2024-05:15
Colapinto dejó atrás el dolor, brilló en la Sprint y disfrutó del cariño de la gente en medio de la lluvia que dejó al GP de Brasil sin clasificación
La sonrisa, al fin, aflora en el rostro de Franco Colapinto. ¿Cómo no sonreír si acaba de bajarse de un auto de Fórmula 1 y lo único que se escucha a su alrededor son personas gritando su nombre? ¿Cómo no permitirse una alegría en un fin de semana que comenzó con una de las tristezas más grandes? ¿Cómo no entregarse al cariño de los privilegiados hinchas que pagaron una de las entradas más caras o consiguieron una invitación para verlo pasar por el paddock? ¿Cómo no contagiarse de aquellos miles que empapados no se mueven de las tribunas para alentarlo? Atrás quedó el dolor, ese que dejó que lo atravesara el viernes, cuando llegó al Autódromo José Carlos Pace, aquí en San Pablo, cabizbajo y solo habló con la transmisión oficial del canal de F1, algo a lo que está obligado como piloto. Aunque no pudo correr por primera vez bajo la lluvia porque la clasificación se suspendió, disfrutó del cariño del público: «Los argentinos somos fanáticos del automovilismo, y están felices ahora. Ya sé que es por mí, es una locura pensarlo. Hace unos meses ni me lo esperaba, ni sabía que iba a estar en Fórmula 1». Leer más.