Nadie se quiere perder la final de la Copa América entre Argentina y Colombia. Y esa locura por estar o estar en el Hard Rock de Miami llevó a un grupo de fanáticos a intentar colarse en el estadio a horas del inicio del duelo que dirigirá el brasileño Raphael Claus.
Los incidentes ocurrieron pasadas las cinco de la tarde en Miami y el epicentro del descontrol fue la Puerta Sudoeste de la casa de los Miami Dolphins. Allí fue donde fanáticos de ambos seleccionados, aunque en su mayoría cafeteros, intentaron primero filtrarse por la zona de acceso de los periodistas acreditados y después comenzaron a trepar las vallas.
Eso obligó a a que se accionara el fuerte operativo de seguridad desplegado por las autoridades de Miami y que se procediera a una serie de detenciones.
Como consecuencia de los incidentes, la Policía armó un vallado detrás de los encargados de controlar los accesos y eso produjo que las puertas se cerraran durante unos 45 minutos. La situación provocó la impaciencia de los hinchas que intentaban ingresar con sus entradas. Todo agravado por el intensísimo calor -unos 34°C- que por momentos se tornó insoportable por la altísima humedad y por el nivel elevado de alcohol en sangre en algunos de los fanáticos.
Hasta eso momento no habían aparecido problemas y la convivencia entre los fanáticos había sido totalmente pacífica. Los hinchas, en su mayoría colombianos -es un 70-30, convivieron sin problemas en el estacionamiento. Del lado de los cafeteros se escuchaban vallenatos a todo volumen, mientras que entre los argentinos sobresalía las parrillas y los bombos, todo al ritmo de la cumbia.
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