El quinto día del Mundial de Clubes 2025 entregó, en las tribunas, una escena repudiable. Ocurrió en el Rose Bowl, de Pasadena, California, mientras el Botafogo de Brasil derrotaba al PSG por la segunda fecha del grupo B. Según pudo verse en videos que circularon en redes sociales, hinchas del equipo carioca y centroamericanos, con la camiseta del club francés, protagonizaron una violenta pelea.
Fue en el mismo escenario que recibirá este sábado a River y Rayados de Monterrey, duelo entre argentinos y mexicanos que acarrea una historia de tensión y áspera rivalidad.
El episodio ocurrió tras el gol de Igor Jesús, a los 36 minutos del primer tiempo, que sería el sello para el 1 a 0 definitivo, hinchas de ambos equipos se agarraron a trompadas en una de las tribunas. Eran brasileños contra centroamericanos que se acercaron a ver el partido con remeras del flamante campeón de la Champions League.
Si bien se trató de varios y pequeños focos de incidentes, la mayoría de los espectadores allí presentes optó por tomar distancia de la violencia. Las razones que desencadenaron la pelea no fueron reveladas. Tampoco si hubo arrestos o heridos de gravedad.
En el estadio que vio el histórico yerro de Diana Ross en la inauguración del Mundial 1994 se registró entonces el primer hecho de violencia del certamen de clubes extra large. El escenario, además, será el mismo en donde Monterrey e Inter igualaron 1 a 1 en un partido válido por el grupo que también integra River.
Será el marco además del duelo que este sábado, Rayados y Millonarios protagonizarán para disputarse, de acuerdo a la lógica futbolera, el otro boleto a los octavos de final junto a los milanistas de Lautaro Martínez.
El riesgo de que la violencia vuelva a ganar protagonismo siempre está. La violencia y el fútbol, lamentablemente, van de la mano desde hace décadas en cualquier parte del mundo.
Pero la rivalidad entre argentinos y mexicanos, potenciada especialmente desde el duelo en Qatar 2022, hace que las alarmas se enciendan un tono más fuerte que lo que pudieron haber sonado en la previa de PSG-Botafogo.
La única medida de seguridad que se difundió de manera extra oficial durante los últimos días con respecto al choque entre River y Monterrey tuvo que ver con la violencia, pero no la vinculada a la de las tribunas en un espectáculo deportivo, sino al marco de protestas contra la política inmigratoria del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos. California es una de las regiones donde más presencia marca.
En el estadio Lusail, por la segunda fecha del Grupo C, la tensión, las chicanas, los insultos y las amenazas llegaron a las trompadas. Similares, vergonzosas y repudiables como las de este jueves en el Rose Bowl.
El cruce entre Acerbi y un hincha de PSG que le recordó la final de la Champions League: «Te pego una paliza»
El italiano Francesco Acerbi, central del Inter de Milán, estalló ante la provocación de un aficionado del PSG que le recordó la derrota en la final de Liga de Campeones (5-0) y lo amenazó con pegarle «una paliza» si volvía a repetir ese comportamiento.
El Inter, ya en Seattle para preparar la segunda jornada del Mundial de Clubes ante el Urawa Red Diamonds japonés, no consigue dejar atrás la dolorosa derrota que sufrió en Múnich ante el PSG.
Un aficionado con la camiseta del conjunto parisino se encargó de recordar el episodio para los interistas al término del entrenamiento, justo cuando Acerbi se acercó a atender a los seguidores ‘nerazzurri’.
😳 Francesco Acerbi se enfrentó ayer a un aficionado del PSG que le recordó la derrota por 5-0 en la final de la Champions.
«No me gusta que me tomen el pelo porque estoy loco y te doy una paliza» le dijo el futbolista del Inter. pic.twitter.com/yTTLqZbmkB
— Fútbol Italiano 🇮🇹 (@FT_Italiano_) June 20, 2025
En cuanto se acercó el central zurdo, el seguir del PSG dijo: «Acerbi-Barcola». Recordó, concretamente, una jugada en la que Barcola dejó sentado a Acerbi con un regate dentro del área.
No le cayó nada bien al jugador de 37 años, que llamó a un ayudante del cuerpo técnico para poder traducir su mensaje.
Sin grandes gestos, sin contacto físico y sin gritar, pero con contundencia, dijo en italiano: «Soy una persona seria, no me gusta que me tomen el pelo. Si salgo del entrenamiento y me dices ‘Acerbi-Barcola’ pues no me gusta. Me vuelvo loco y te pego una paliza».