En su vuelta al ring tras su paso por la prisión, Gervonta Davis retuvo en la madrugada de este domingo el cinturón de campeón de los pesos ligeros de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), al vencer con un espectacular nocaut en duelo de invictos a su compatriota Frank Martin.
Con este nuevo éxito, el pugilista no solo acumuló 28 triunfos por la vía rápida, de los 30 que tiene en su historial, sino que, además, cumplió con su palabra de culminar el combate con Martin en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas en el octavo asalto.
Davis inició el ataque definitivo con un ascendente demoledor al rostro de Martin. Luego, el carismático boxeador nacido en Baltimore completó la ofensiva, con su rival acorralado sobre las cuerdas, con un potente zurdazo que envió al retador definitivamente a la lona.
Martin buscó desde el inicio filtrar alguna mano en la defensa del campeón, pero la guardia alta de Gervonta complicaba su tarea. El nacido en Detroit hace 29 años avanzó con buenos golpes, pero Davis no solo lo contuvo con eficiencia sino que contragolpeó en los momentos justos para marcarle el terreno.
Esa postura se acentuó desde el cuarto round. Davis expuso sus credenciales y paulatinamente comenzó a dominar a un Martin que se fue desdibujando.
De esta manera, Davis completó con éxito su regreso al boxeo. Desde su anterior combate, ante Ryan García, habían transcurrido 420 días.
En ese período el zurdo que hace tiempo dejó de ser el protegido de Floyd Mayweather (de hecho, hoy son enemigos declarados), no volvió a trepar a un cuadrilátero. Tampoco estuvo de vacaciones, porque debió pasar 44 días en un centro de detención de su ciudad natal por haber incumplido los términos del arresto domiciliario que se le habían fijado por un incidente vial.
El pasado que condenó a Gervonta Davis
El 5 de noviembre de 2020, Davis, a bordo de un Lamborghini Urus, Gervonta Davis pasó un semáforo en rojo, chocó contra un Toyota Solara en el cruce de los bulevares Martin Luther King Jr. y Washington, en el centro de Baltimore, y luego se estrelló contra la reja de un minimercado.
Cuatro ocupantes del Toyota (entre ellos, una mujer embarazada) resultaron heridos, pero el boxeador no los asistió, sino que abandonó inmediatamente el lugar.
En febrero de 2023, el pugilista se declaró culpable y fue sentenciado a una pena de tres años de prisión en suspenso y 90 días de arresto domiciliario, además de 200 horas de servicio comunitario.
La condena debía cumplirla en la casa de su entrenador, Calvin Ford, pero a los pocos días abandonó la vivienda y se instaló primero en un hotel y luego en un altillo ubicado en un complejo residencial de Locust Point, en el sur de Baltimore.
Al detectar el incumplimiento, Althea Handy, la jueza que lo había sentenciado, le revocó el beneficio y lo obligó a completar los 90 días de arresto en un centro de detención.