El peor árbitro no es el que se equivoca, sino el que cree que nunca lo hace. Fernando Echenique, 44 años, y referí en la Primera División del fútbol argentino desde 2011, demostró que el error y la soberbia, combinadas, pueden formar un combo explosivo a la hora de impartir justicia. Se observa cada fin de semana en el Torneo Apertura pero también en la Copa Argentina, donde la ausencia del VAR lo expone con mayor énfasis.
El domingo 6, en ocasión del partido por liga entre Boca y Barracas Central, en la Bombonera, Edinson Cavani aprovechó un rebote y marcó de chilena un gol que servía para darle el triunfo al equipo local y le venía bien al charrúa para cortar su mala racha con las redes. Sin embargo, Echenique cobró infracción del uruguayo al arquero Marcos Ledesma, una supuesta obstrucción o carga que dejó dudas y no contó con la intervención del VAR.
En su reclamo, el oriental dio con las explicaciones de Echenique ante una jugada demasiado polémica pero en medio de sus argumentaciones el árbitro agregó gestos y palabras, mandando a Cavani a «leer el reglamento». Boca terminó ganándole al club de los Tapia por 1-0 y el cruce entre el jugador y el árbitro quedó ahí.
Leer el reglamento, pidió Echenique. Es cierto que gran parte del ambiente del fútbol, jugadores, técnicos, periodistas e hinchas, desconoce el libro sagrado que impone justicia en los partidos. Pero también es real que esa máxima puede alcanzar a los árbitros, o al menos eso pareciera.
Echenique anula un gol a Cavani y se lía:
El árbitro le dijo a Cavani: «Leé el reglamento» mientras hacía el gesto de pasar páginas.La primera división argentina.pic.twitter.com/txxNzN2YTR
— 🆁🅴🅶🅻🅰18 (@reglaXVIII) April 7, 2025
En un miércoles con tres cruces de Copa Argentina donde avanzaron los favoritos, el único que tuvo paridad se dio en San Luis, donde Independiente Rivadavia le ganó con lo justo 1-0 a Estudiantes de Buenos Aires, club de Caseros que milita en la Primera Nacional.
En el único torneo «grande» de Argentina donde se juega sin VAR, Echenique omitió sancionar penal para los albinegros en al menos tres jugadas muy discutidas, pero la jugada más insólita de la tarde puntana se dio por un error de la defensa de Independiente Rivadavia que casi termina en gol en contra y empate para Estudiantes.
En el arranque del segundo tiempo, el defensor Sheyko Studer le quiso devolver la pelota al arquero Gonzalo Marinelli, pero su pase hacia atrás fue tan malo que iba derecho al gol en contra si no fuera porque el guardameta se arrojó con un gran esfuerzo y un guantazo a metros de la línea del arco, mandó la pelota al córner. ¿Al córner?
Sí, al córner, porque eso fue lo que cobró Echenique, sin considerar una regla básica que revolucionó al fútbol desde su instauración, en el año 1992: los arqueros no pueden tocar con la mano los pases de sus compañeros.
Para decirlo con mayor propiedad, la Regla 12 de las Reglas de Juego de la FIFA, avaladas por la IFAB, establece que un arquero no puede tocar la pelota con las manos si este le ha sido cedido deliberadamente por un compañero mediante un pase con el pie (sí pueden hacerlo con la cabeza, el pecho o el muslo). Esta infracción se sanciona con un tiro libre indirecto desde el lugar donde se cometió la falta.
Se creó para que los equipos ralenticen el juego, una práctica muy común de aquellos tiempos, y en 1997 se sumó además que tampoco pueden tocarla con la mano cuando reciben saques laterales de sus compañeros.
En San Luis, Echenique se olvidó de todo esto o habrá pensado (en forma errónea) que el pase de Studer fue en realidad un rechazo o una acción involuntaria del defensor, porque en lugar de cobrar el indirecto a centímetros de la línea de gol señaló el tiro de esquina y siguió el partido como si nada, inmune ante el reclamo incrédulo de los jugadores y el cuerpo técnico de Estudiantes.
La jugada, que pudo terminar en el empate de los de Caseros, se convirtió en un tiro de esquina que no repercutió en ningún tipo de peligro para Independiente Rivadavia. Y un rato después los mendocinos festejaron el pase a 16vos de final, donde enfrentarán a Platense. El fútbol sigue y las burradas del arbitraje argentino también.