Once tenistas argentinos están intentando, desde el lunes, atravesar la clasificación del Abierto de Estados Unidos, el último Grand Slam de la temporada. Uno de los que está embarcado en esa lid es Federico Agustín Gómez, quien se medirá este martes en el cuarto turno de la cancha 15 (no antes de las 16) con el neerlandés Gijs Brouwer. Esta será una experiencia sumamente novedosa para el merlense de 27 años, que ganó su primer punto ATP hace una década, pero solo jugó un partido en el cuadro principal de un certamen del circuito principal.
El martes 9 de septiembre de 2014, el joven Gómez, que entonces tenía apenas 17 años, derrotó 6-4 y 7-5 al uruguayo Rodrigo Arús en un duelo correspondiente a la primera ronda del Argentina F17, un torneo del circuito Futures que se disputó en el Hotel Carrillo de Villa del Dique, en Córdoba. Ese día sumó su primer punto ATP. Veinticuatro horas después, cayó por 6-3 y 6-2 ante Nicolás Kicker, primer preclasificado y, a la postre, campeón del certamen.
“En ese momento, pensaba que tenía todo, que estaba en la cima del mundo, que podía hacer lo que quisiera”, contó el bonaerense en una entrevista publicada en el sitio de la ATP en julio. Con esa confianza, decidió probar suerte en Europa. Sin embargo, en ese viaje las cosas no salieron como preveía: tuvo problemas con su documentación y eso le impidió permanecer allí.
Gómez pegó la vuelta, pero no por mucho tiempo: les planteó a sus padres, Marcelo y Patricia, que pretendía hacer una carrera universitaria en Estados Unidos. Aplicó y fue aceptado en el ASA College de Miami. Allí estudió un año y medio, y luego se trasladó a la Universidad de Louisville, en la que completó la carrera de Administración Deportiva. Mientras tanto, jugaba al tenis representando a la casa de estudios.
Se graduó en 2019 y cuando estaba definiendo cómo continuaría su vida laboral y deportiva, la pandemia de covid-19 puso al mundo en pausa. Sin muchas chances de competir, comenzó a dar clases de tenis en el sur de la Florida. “Me iba bien, trabajaba, era feliz, tenía un lugar donde vivir, tenía un auto. Todo iba bien. Pero me faltaba algo”, recordó. Ese “algo” era la competencia.
En septiembre de 2021, Pedro Caniza, un instructor de tenis paraguayo radicado desde hacía décadas en Estados Unidos, le ofreció apoyo financiero para relanzar su carrera. “Él me vio jugando y me dijo: ‘¿Qué estás haciendo? ¡Podés dar clases después! No hace falta que estés enseñando ahora. ¿Por qué no te das otra oportunidad?’ En gran parte, él fue la razón por la que hoy estoy acá”, contó Gómez.
Hasta entonces, el argentino solo había disputado dos certámenes ITF desde que se había radicado en Estados Unidos. A partir del ofrecimiento de Caniza, comenzó a competir regularmente. Con su respaldo económico, comenzó con una gira en la que participó en cinco torneos en México, uno en Colombia y tres en Argentina en cuatro meses y medio.
Desde entonces, ya no se detuvo, aunque los buenos resultados tardaron en llegar. En marzo de 2023 consiguió su primer título, en el M15 de Naples, en Florida. Y este año se produjo el gran despegue. En febrero accedió por primera y única vez al cuadro principal de un certamen ATP, el Abierto de Córdoba: superó la clasificación derrotando al francés Corentin Moutet y al rosarino Renzo Olivo, y cayó en la primera ronda ante Facundo Díaz Acosta. En ese momento, ocupaba el 365° puesto en el ranking.
En mayo encaró la temporada de torneos sobre polvo de ladrillo en la primavera y el verano europeos. En su segundo certamen de esta gira, se quedó con el M25 de Carnac, en Francia. Y en junio, después de atravesar la qualy y ganar siete partidos en siete días, se consagró en el Challenger de Milán (batió en la final al rumano Filip Cristian Jianu) y se convirtió en el campeón más veterano de esta temporada en ese circuito, con 27 años y 216 días.
Ese fue el primer certamen que disputó guiado por su nuevo entrenador, César Chiappari, quien lloró después de ver a su pupilo vencer a Jianu. “Con César decidimos pensar en un partido a la vez, mejorando los detalles partido tras partido. Obviamente quería hacer las cosas bien, pero la verdad es que no esperaba ganar este torneo”, admitió Gómez.
Apenas dos semanas después del título en Milán, el merlense repitió el éxito, esta vez en el Challenger de Trieste (superó en la final al chileno Tomás Barrios Vera). Un día después de esa victoria, amaneció en el 163° puesto del ranking de la ATP, su mejor ubicación en el escalafón (hoy está 177°). Este crecimiento le permitió inscribirse por primera vez en la qualy de un Grand Slam. Este martes debutará en el Billie Jean King National Tennis Center de Nueva York.
Allí jugará con el neerlandés Brouwer (227° en el ranking) sobre una cancha dura, una superficie que no es su preferida. De los 20 torneos que disputó en 2024, 19 fueron sobre polvo de ladrillo. Su primera experiencia en cemento este año fue la semana pasada en el Challenger de Cary, en Carolina del Norte: superó en la primera fase de la qualy al kazajo Beibit Zhukayev, pero fue vencido en la segunda por el italiano Mattia Bellucci.