Tomás Etcheverry (29º) va a tener que seguir esperando para poder festejar su primer título. Otra vez se vio tan cerca que no pudo cerrar el encuentro. Pese a haber contado con un match point (saque ganador contrario), se lo notó tensionado en los momentos decisivos y terminó cayendo ante el francés de 20 años Giovanni Mpeteshi Perricard (117º) por 6-4, 1-6 y 7-6 (7) en 2h28m, en el marco de la final del ATP 250 de Lyon.

El platense contó con una oportunidad única. A diferencia de las otros dos definiciones perdidas en Santiago (vs. Jarry) y Houston 2023 (vs. Tiafoe), esta vez partía como el favorito. Y no solo era una cuestión de ranking, sino también de nivel y experiencia. Con más kilómetros sobre el lomo, parecía que era el día para romper el famoso Rubicón. Para derribar la pared, parafraseando a Ángel Di María. Sin embargo, hubo algo que no le permitió soltarse de todo y lo pagó caro.

A pesar de haber arrancado sólido desde el fondo y tomando la cancha en cada oportunidad que se le presentaba, no pudo aguantar la ventaja en el set inicial y pasó de 4-2 arriba a 6-4 abajo. De molestar y generar chances de quiebre en cada game contrario a ceder su saque que venía siendo un relojito. La derecha, al comienzo, era un misil y ganaba los puntos en tres o cuatro bolas y luego pasó a necesitar de largos rallies para mover el tablero.

De todos modos, el pupilo de Wally Grinovero se fue recuperando de ese mazazo inesperado. Salió al segundo parcial con otra vitalidad y, además, se encontró con un rival tensionado, que no sabía lo que era vivir una definición a tan alto nivel y encima frente a su público. Entonces, aprovechó la situación, mostró que tiene dos o tres marchas más, conectó tiros ganadores y metió en la bolsa cada error no forzado que llegaba desde el otro lado de la red. Set iguales y todo se definía en el tercero.

Pero la música no sonó tan armónicamente. El panorama se había oscurecido, porque si bien fueron game a game, siempre daba la sensación que el resultado empezaba a depender del contrario. De hecho, Mpeteshi Perricard subió sus porcentajes con el servicio (clavó seis de los 11 aces totales; 71% de primeros ganando el 68%) y no tuvo complicaciones, salvo cuando debió sacar para partido estando 6-5. Allí, se puso nervioso, cometió fallos impropios de su nivel (una volea tres metros fuera de los límites) y devolvió el quiebre para irse al tiebreak.

Etcheverry siempre corrió de atrás en el desempate decisivo. No podía hilvanar dos puntos seguidos ni hacer pesar el saque y la derecha. En el duelo de potencia, para colmo, el claro ganador era su rival. Así y todo, llegó a ponerse 6-5 arriba con match point. No obstante, dos saques ganadores consecutivos y un buen intercambio jugado desde la línea de base le dieron la victoria y su primera consagración al tenista categoría 2003.

¿Cómo sigue la carrera de Etcheverry?

El argentino deberá dejar rápidamente Lyon para marcharse hasta París, donde encarará Roland Garros, donde defiende 360 puntos por los cuartos de final del año pasado. Su debut será el lunes o martes ante Arthur Cazaux (77º).



Fuente Clarin

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