Dos llamados telefónicos le cambiaron la vida deportiva a Mateo Majdalani y a Eugenia Bosco, la pareja plateada del yachting argentino en París 2024. El primero de los encuentros telefónicos ocurrió hace 13 años y lo tuvo a Santiago Lange, la leyenda del agua, como principal protagonista. El medallista de oro en Río 2016 llamó al papá de Mateo para pedirle permiso. Quería que fuese su entrenador, pero para eso debía abandonar sus estudios de Economía. “Su pasión es el deporte”, contestó Majdalani padre. Que dio el okey, por supuesto. “Creo que entre todos tomanos la decisión correcta, ¿no?”, le dice Mateo a Clarín con el mar Mediterráneo de fondo y con la medalla de plata para la eternidad. Y aclara: “Algunos años no estuvo tan claro que hubiera sido una determinación acertada, así que les tengo que agradecer a mis viejos que siempre me dieron libertad para elegir. Me emociono al hablar de ellos porque son fundamentales”.

El segundo de los contactos telefónicos sucedió a principios de 2017 y tuvo como actores a los medallistas olímpicos: Mateo llamó a Eugenia para invitarla a navegar juntos. “Tuvimos los meses de prueba que se necesitan, pero rápido nos dimos cuenta de que íbamos a andar bien”, aclara Mateo. Y se suma Eugenia: “No podía creerlo cuando me llamó. Mateo venía de ganar una medalla como entrenador de Santiago Lange en Río de Janeiro. Lo primero que pensé fue: ‘Este pibe que sabe un montón me llama a mí’. Más allá de que es joven, tiene muchísima experiencia”.

-¿Qué tenía Eugenia de especial, Mateo?

-Yo venía de terminar el proceso de Río y tenía muchas ganas de navegar. Había estado varios años en el bote de entrenador. A Eugenia la conocía porque ya tenía bastante experiencia en la categoría. La invité como una apuesta. La verdad es que nunca sabés cómo vas a congeniar con otra persona. Fuimos paso a paso y nos adaptamos el uno al otro. Una cosa importante es que como pareja siempre fuimos en crecimiento. A veces más rápido y otras más lento, pero siempre para arriba.

Mateo Majdalani y Eugenia Bosco, ganadores de la medalla de plata en Nacra 17. (EFE)Mateo Majdalani y Eugenia Bosco, ganadores de la medalla de plata en Nacra 17. (EFE)

Tuvieron un arranque con dudas Majdalani y Bosco en la medal race. Desde una de las lanchas de control se marcó la salida en falso de uno de los diez barcos. Ahí tienen dos opciones los competidores: se autopenalizan, si piensan que son ellos los infractores, dando un giro de 360 grados; o siguen corriendo arriesgando a que sean descalificados. No dudaron Mateo y Eugenia y decidieron dar una vuelta. Los navegantes de Gran Bretaña, uno de los que tenías chances de medallas, continuaron su recorrido y fueron sacados antes de llegar a la primera marca. Esa exclusión provocó que los argentinos se aseguraran como mínimo el bronce. “Fue una decisión correcta volver al puesto de largada. Nos generó un gran alivio porque teníamos asegurada la de bronce y nos quedaba luchar por la de plata”, cuenta Majdalani. “Fue la clave de la carrera. Cuando retiraron al otro barco de la regata festejamos un poco”, completa Bosco.

-¿Es justa la medalla de plata?

Majdalani: Creo que sí porque la trabajamos, la transpiramos y la deseamos. Todavía me cuesta caer un poco. Se me vienen muchos recuerdos a la mente, mucha gente que nos acompañó. Cuando pasamos la meta, grité como nunca en mi vida. Yo empecé a navegar a los 8 años. Y los Juegos Olímpicos en nuestro deporte son la máxima aspiración. Mi mensaje es que es difícil llegar, que van a existir mil adversidades, pero hay que tratar de encontrarle la vuelta y seguir por el sueño. Los argentinos tenemos todo para pelear en todos los deportes.

Bosco: Nosotros tenemos la virtud de pelear ante cualquier viento. Confiamos mucho en lo que podemos hacer, en nuestro equipo. Son varios meses de trabajo en silencio en los que a veces querés mandar todo a la mierda. Pero hay que pensar que el premio en algún momento va a llegar.

-¿Qué significa poner sus nombres en lo más alto del yachting nacional?

Majdalani: Orgullo. Hay una camada de deportistas con la que crecimos y de la que nosotros nos alimentamos un montón. La empezó Camau Espínola en el año 1996, luego la continuaron Santiago Lange, Javier Conte, Juan De la Fuente, Serena Amato, Cecilia Carranza, Lucas Calabrese y tantos más. Son todas personas que nos mostraron que con un sistema de trabajo se puede llegar, que se le puede pelear a las grandes potencias del mundo. Les debemos a ellos que nos hayan marcado el camino.

El festejo con la bandera en el agua tras la medal race que consagró a Bosco y Majdalani. REUTERS/Luisa GonzalezEl festejo con la bandera en el agua tras la medal race que consagró a Bosco y Majdalani. REUTERS/Luisa Gonzalez

-¿Cómo fue la preparación para los Juegos? ¿Se fueron a vivir a una isla casi incomunicados?

-Bosco: En Marsella venimos entrenando desde 2022, pero a partir de mayo nos instalamos en la isla de Frioul, a unos kilómetros de la costa. Ahí hay solamente un almacén, un par de departamentos y varios restaurantes porque la gente cruza a almorzar o cenar. Fue espectacular estar en la isla porque nos mantuvimos en foco y trabajando todo el día en el barco. También pudimos armar un gimnasio.

Majdalani: Creo que fue una buena decisión. Fue una especie de retiro donde no tuvimos distracciones. Además, entrenar varias veces en estas canchas nos terminó dando una ventaja.

-La de ustedes es la medalla número 11 del yachting en la historia de los Juegos, solo superaros por el boxeo con 24. ¿Por qué sucede el éxito?

-Majdalani: La primera cualidad que tiene Argentina es la gran cantidad de clubes náuticos, especialmente en Buenos Aires. Hay uno atrás del otro. Eso hace que haya un semillero enorme y que exista gente que siempre está empezando a navegar. Y somos competitivos desde las primeras categorías.

-¿Es posible tener éxito como pareja sin llevarse bien afuera del agua?

-Bosco. Diría que imposible. Son muchísimas las horas que pasamos juntos, no solo en el agua. Las giras son muy largas. Por suerte somos los dos bastantes tranquilos y no hemos tenido problemas.

A Majdalani y a Bosco les cuesta sostener la entrevista porque continuamente vienen a abrazarlos. Pasan uno a uno los integrantes del equipo. Javier Correa es la cabeza y lo secunda Fidel García Guevara, encargado además de la logística. Los kinesiólogos, los más emocionados tras el logro, son Martín Mangiattera y Daniel Clavel. Los preparadores físicos, Horacio Anselmi y Daniel Gargini. Y en los últimos tiempos se sumó Estanislao Bachrach como coaching deportivo. Todos ellos también se merecen el pedazo de gloria que les toca.

Los navegantes y su equipo celebran en el agua. REUTERS/Luisa GonzalezLos navegantes y su equipo celebran en el agua. REUTERS/Luisa Gonzalez

-¿Hay pareja para rato? ¿Van por el oro en Los Ángeles 2028?

Majdalani y Bosco: Creemos que hay pareja para rato. Nos costó un montón estar acá y pensamos que estamos en un gran momento. Ahora el gran desafío va a ser mantenernos en este nivel. Estamos consolidados como equipo. Puede seguir.



Fuente Clarin

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