La derrota de Carlos Alcaraz frente a Botic Van de Zandschulp por la segunda ronda del US Open generó un enorme impacto. Es claro el porqué: se trata del número 3 del mundo y ganador de los últimos dos Grand Slams que cayó en tres sets (6-1, 7-5 y 6-4) ante el 74 del ranking, quien hace unas pocas semanas cedió en la final del Challenger de Luedenscheid, en Alemania, contra el ignoto belga Raphael Collignon (306°).

Sin embargo, este resultado no debería generar tanta sorpresa. El aspecto mental, se sabe, juega un papel central en el tenis y puede humanizar a un jugador que por momentos pareciera ser una máquina sin fallas. Eso fue lo que le pasó a Alcaraz. «Siento que di pasos hacia atrás en cuanto a cabeza. No sé por qué. Venía de un verano espectacular, seguro de que mentalmente había dado pasos hacia adelante, pero llego a esta gira y los doy para atrás. Mentalmente no estoy bien, no estoy fuerte. Esto es un problema que debo ver con mi equipo», se sinceró en conferencia de prensa.

Cuando entra en la dinámica ganadora, arrasa a sus rivales a pura potencia y con recursos de los más variados para darle show al público. Así es que barrió de la cancha a Novak Djokovic, el mejor de todos los tiempos, en la final de Wimbledon. Pero cuando entra en esos momentos difíciles que todo tenista atraviesa en su carrera, aquellos tiros espectaculares ya no hacen tanto daño y ningún partido está ganado antes de jugarlo.

Ya había dado muestras en la primera ronda contra el australiano Li Tu (186°), quien le arrebató un set, de que el mejor Alcaraz no había llegado a Nueva York. También estuvo lejos de esa versión arrolladora en el Masters 1000 de Cincinnati, donde Gael Monfils lo eliminó a las primeras de cambio y lo hizo enfurecer hasta el punto que terminó estallando una de sus raquetas contra el suelo. Pero el punto de quiebre en la temporada fue su anterior derrota, la peor de su carrera, en la final de los Juegos Olímpicos ante Djokovic.

Alcaraz perdió en dos tiebreaks ante Djokovic y se quedó con la medalla de plata en París 20024. Foto: REUTERS/Edgar Su Alcaraz perdió en dos tiebreaks ante Djokovic y se quedó con la medalla de plata en París 20024. Foto: REUTERS/Edgar Su

Aunque tras quedar eliminado del US Open aseguró haber dejado atrás el dolor que le causó dejar escapar por detalles la medalla de oro, es evidente que aquello se le metió en la cabeza y, en parte, explica su flojo presente. No perdía tan temprano en un Grand Slam desde Wimbledon 2021, cuando lo eliminó Daniil Medvedev en la segunda ronda, y podría caer del podio del ranking si Djokovic y/o Medvedev siguen avanzando en el torneo.

Otra de las explicaciones de su declive es la carga de partidos en los últimos meses. «El calendario es muy duro. Jugué muchos partidos entre Roland Garros, Wimbledon y los Juegos Olímpicos. Me tomé un par de días después de los Juegos y pensé era suficiente, pero no lo fue. Quizá llegué acá sin la energía que pensaba que iba a tener. No quiero poner eso como excusa, pero soy el tipo de jugador que necesita más días de descanso antes de un gran torneo. Tengo que aprender de esto», explicó al respecto.

Superado de principio a fin por Van de Zandschulp, Alcaraz no mostró reacción. «Hasta el 5-4 del tercer set seguía teniendo en la cabeza que Carlos haría algo especial. Estuve pensando eso todo el partido”, contó el neerlandés tras el encuentro. Eso es lo que esperaban muchas de las personas que estaban viendo el partido. Pero esa respuesta nunca llegó.

«Estaba luchando conmigo mismo, en mi mente, durante el partido. En el tenis luchas contra alguien que busca lo mismo que tú, la victoria, y necesitas estar calmado y pensar mejor las cosas para llevarlas a cabo. Hoy estaba jugando contra él y contra mí mismo, en mi mente. Demasiadas emociones que no pude controlar. Era como una montaña rusa. A veces estaba arriba, en otras abajo. No puedo estar así si quiero ganar un torneo como este», detalló el murciano.

Llamativamente, Alcaraz se disculpó con el público tras quedar eliminado del US Open. Foto: EFE/EPA/Sarah YeneselLlamativamente, Alcaraz se disculpó con el público tras quedar eliminado del US Open. Foto: EFE/EPA/Sarah Yenesel

Los medios españoles hablan del «peor momento de Alcaraz» y algunos con un perfil más sensacionalista definieron como «desastre» su desempeño en el US Open. Y no les falta razón. Es que los magníficos resultados que ya tiene en su carrera, a pesar de sus jóvenes 21 años, contrastan con esta floja performance. El propio jugador elevó la vara de la exigencia. Ya no es Carlitos, la promesa; es Alcaraz, un campeón de Grand Slam sobre todas las superficies con exigencias de número uno.

Las esperanzas del tenis español, que por primera vez desde el US Open 1999 no tiene representantes en la tercera ronda de un Major, están puestas sobre Alcaraz. Pero no el Alcaraz de Nueva York, sino el que brilló en Roland Garros, arrasó en Wimbledon y el que también mostró lo mejor de su repertorio en París 2024. Ya trabaja para volver a ser aquel.



Fuente Clarin

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