Esta noche del martes 25 de marzo de 2025 se recordará para toda la vida: por momentos, Argentina bailó a Brasil. Enzo Fernández fue la gran figura con gol, asistencia y un despliegue impresionante. Altísimos niveles de Leandro Paredes, Rodrigo De Paul y Julián Álvarez. La única mancha fue no haber terminado con el arco en cero. Se pagó caro un grosero error de Cristian Romero.

A continuación, el uno por uno de la Scaloneta en una de las producciones más importantes del ciclo.

La seguridad y la personalidad habitual. Le llegaron una vez y no pudo hacer nada porque lo agarraron mal parado. Seguro en los centros y certero en los cuatros pases largos que intentó. Culminó haciendo jueguitos con la rodilla para el delirio de todo el Monumental.

Le tocó bailar con la más fea porque Vinicius desborda cada vez que se lo propone. Igual, no lo sufrió demasiado. Además, y a diferencia del anterior duelo, fue punzante en ataque: metió el centro para el segundo de Enzo.

El Cuti se debe estar lamentando ese error grosero en el tanto de Cunha porque, sacando esa jugada, hizo un partido fenomenal, anticipando e iniciando varias de las jugadas. Es posible que sea el mejor primer marcador central del mundo.

La firmeza y la voz de mando de siempre. Sufrió en un par con las corridas de Cunha, el mejor de los visitantes. Pero se acomodó rápido. Recibió una amarilla y no jugará contra Chile.

Un lateral que cumple en todas las circunstancias. Había tenido un gran rendimiento en el Centenario y ahora borró a Rodrygo y a Raphinha.

El motor, el alma de la Scaloneta. Metió dos pases largos a lo Verón que terminaron en el segundo y en el cuarto gol argentino. También estuvo metido todo el tiempo; fue el comandante de todas las presiones. Tampoco estará ante los chilenos por llegar al límite de amonestaciones.

El dueño del mediocampo. Tuvo un rendimiento altísimo y jugó todos los minutos con seriedad. Solo erró dos pases de 61: un cambio de frente a Enzo que se fue largo y un toque para un costado.

Tal vez el menos participativo de los del medio, pero importante. Llegó otra vez al gol. En el primer el equipo se desarrolló al ritmo de sus pases cortos.

Otra actuación consagratoria para reafirmar que está para ser pieza importante en la Scaloneta. Las pide siempre y no las rifa nunca. Sacó a bailar a Marquinhos y habilitó a Julián Álvarez para el primero.

La figura de la noche monumental. Otra vez se movió atrás de Julián y la rompió. Corrió como pocas veces en su carrera; anotó uno y asistió de gran modo a Mac Allister. Fue el conductor del equipo y acabó el duelo jugando de mediocampista central. Un partido de crack.

Un jugador total que partido a partido mejora; Europa sin dudas lo ha potenciado. Su rendimiento fue igual de alto que en el Centenario, solo que le sumó un gol. Y en ese tanto fue él el que recuperó para después ir a definir a los Kempes abajo del arco. Volvió locos a los defensores bajando a conectar con los mediocampistas. Fue el iniciador de las presiones.

El hijo del Cholo está en su mejor momento y lo evidenció: entró y en la primera que tocó le rompió el arco a Bento para coronar una noche soñada.

Algunos destellos en pocos minutos.

Casi no tuvo actividad. Firme en el fondo.



Fuente Clarin

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