Son tiempos turbulentos en Boca. La derrota, y el juego del equipo, ante Platense provocó un temblor que desembocó en la imprevista visita del presidente Juan Román Riquelme al plantel. Todavía no está claro si fue para retarlos o para levantarles la moral. Por qué así como les dijo “hay tiempo de revertir esta situación” también les marcó la cancha con un explícito “no podemos jugar así”. Pegaron las palabras de Román en el grupo. Y también en el DT, Diego Martínez, apoyado por el ídolo dirigente pero desautorizado al hacerlo participar de esa reunión.

Todo lo que viene está cargado de incertidumbre. Y es por ese motivo que Riquelme y su Consejo de Fútbol apuran gestiones en varios frentes a para reforzar ese cuestionado plantel para el segundo semestre. Está en juego la Liga, la Copa Argentina que da una entrada a la Libertadores y la Sudamericana. Porque está claro que lo que no hay, no alcanza. O hay que mejorarlo. Y en alguna medida, depurarlo. Se busca otro Boca.

Hay cinco nombres en carpeta por los cuales ya se iniciaron gestiones o los primeros sondeos informales para descubrir si se puede avanzar por ellos. Se trata de Joaquín Pereyra, el zurdo 10 de Atlético Tucumán. Todavía no hay cotización cierta sobre el jugador pero en Boca aspiran que el propio Pereyra haga fuerza para que Atlético acepte la trasnferencia.

Tambien miran a Tomás Belmonte, el ex Lanús de 26 años que está en el Toluca mexicano desde julio de 2023 con el que jugó 29 partidos y marcó 2 goles en la temporada 2023-24 y un partido en la Copa Concacaf tasado en 5 millones de dólares por Transfermarkt.

Tomás Belmonte, un volante que gusta e interesa.Foto: EFETomás Belmonte, un volante que gusta e interesa.Foto: EFE

Hay otro ex Lanús en la hoja de ruta. Se trata de Pedro de la Vega, de 27 años, quien está en Seattle Sounders de la MLS desde enero de este año en el que sólo jugó 103 minutos en 3 partidos y está valuado en 6,5 millones de dólares.

El cuarto es un ex Vélez: el entrerriano de 27 años Lucas Robertone, que se fue en 2020 a Almería con el que consiguió el ascenso a Primera y tras dos temporadas acaba de perder la categoría. Robertone es el capitán del club español pero está buscando nuevos rumbos. Preferiría seguir en Europa pero Boca es una tentación si no encuentra las ofertas pretendidas

Y la frutilla del postre porque el que Boca es puja con River es el goleador paraguayo Adam Bareiro.

Los nombres que se barajan no son casualidad si se tiene en cuenta las posiciones que ocupan. Boca seguramente perderá a Equi Fernández, Kevin Zenón y Cristian Medina, preseleccionados por Javier Mascherano para los Juegos Olímpicos. El mediocampo completo porque hay que agregar que Pol Fernández ya manifestó su desde de emigrar de Boca. También puede ser olímpico el arquero Leandro Brey, pero es suplente y Chiquito Romero es el titular inamovible. Detrás de él está Javier García, que está lesionado y además no continuaría. Buscar un tercer suplente para los tres palos no parece ser una urgencia.

A Boca lo corren esas urgencias y el reloj. Necesitaría a ese grupo de nuevos futbolistas, o al menos a algunos para los playoffs de la Copa Sudamericana ante Independiente del Valle o Liga de Quito (se sabrá el sábado) que se disputarán las semanas del 17 y el 24 de julio. Los Juegos de París arrancan ese mismo 24. ¿Estarán en condiciones de competir en dos finales los olímpicos Equi, Zenón, Medina y Brey? De ahí la urgencia. Y, de paso, el mensaje al grupo: cuidado que vienen, o pueden venir, caras nuevas.

El dato del día, que fue muy agradecido en Brandsen 805 es que Mascherano desafectó momentáneamente a Equi Fernández para que haga su recuperación con los médicos de Boca. Y si en un principio se habló de un desgarro, la lesión sería de menor gravedad.

Y de las caras viejas hay una nutrida lista que no continuará vistiendo la azul y oro. Es un secreto a voces que Darío Benedetto y el resistido colombiano Frank Fabra dejarán la disciplina xeneize. No son los únicos. Norberto Briasco tampoco está en los planes, ni del técnico ni de los dirigentes, lo mismo Jorman Campuzano, Juan Ramírez y Vicente Taborda.

Otro que no seguirá es Ezequiel Bullaude, ya que Boca no pagará los 10 millones de dólares de la cláusula del mendocino , cuyo pase pertenece al Feyenoord neerlandés.

Bullaude nunca se enganchó en el Mundo Boca. Foto: AFPBullaude nunca se enganchó en el Mundo Boca. Foto: AFP

Y por último, la salida de Nicolás Valentini es inevitable. Se negó a renovar contrato y Boca lo colgó. Su último partido fue ante Trinidense, por la Sudamericana. La AFA bajó la línea y lo desafectó directamente de la Sub 23 a la que había sido llamado. El zaguero no irá a París y no continuará en Boca.

Lo que viene no es ficción, sino una realidad posible. Si Boca tiene un plantel más que respetable, aunque navegue por aguas turbulentasen estos días, más de uno se relame al imaginar a Martínez con un mediocampo que contenga a Equi, Medina, Zenón más Pereyra, Belmonte, De la Vega, Robertone o dos o tres de ellos. Si los uruguayos Cavani-Merentiel son los únicos que parecen mantener el nivel, por más que ahora Edi esté “tocado” sumarle a Bareiro en el puesto del opaco Benedetto ofrecería una variante nada despreciable para el DT. Y, aunque estén en dique seco, Luca Langoni y Exequiel Zeballos jamás pueden ser descartados para delinear un plantel temible.

No se habla de reforzar el fondo, más allá de las imprudencias de Marcos Rojo y de las irregularidades de Cristian Lema. Nicolás Figal puede ser central, se recuperará a Aaron Anselmino. Y si fuera necesario, también saldrían a buscar algún defensor de calidad.

Boca está detenido en medio del mar. Mira el horizonte. Está lejos. El desafío es el tránsito. Caminar. Ir para adelante para “revertir esta situación”. Como dijo Riquelme: “Todavía hay tiempo”.



Fuente Clarin

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