Chicago es conocida como la ciudad del viento. Y el viento, esta vez, le hizo un pequeño guiño al Fire, la franquicia de la metrópoli de Illinois que milita en la MLS. Es que en el tiempo de descuento del partido contra Montreal Impact, que venía de vencer al Inter Miami de Lionel Messi, una brutal (y celestial) correntada le permitió al equipo de Frank Klopas consumar una victoria inolvidable en un duelo que parecía totalmente perdido. Es que Kellyn Acosta intentó mandar un centro a la olla para buscar la heroica, pero un violento flujo de aire tuvo otros planes y terminó mandando la pelota al fondo del arco a pesar del infructuoso intento del arquero canadiense Jonathan Sirois.
Había arrancado cuesta arriba el partido para Chicago Fire. Dos penales acertados por el ex Huracán Matías Coccaro le habían dado la ventaja a Montreal Impact, que llegaba invicto a este compromiso en el estadio Soldier Field.
Había acercado distancias el mediocampista suizo Maren Haile-Selassie, pero el búlgaro Dominik Yankov había vuelto a darle tranquilidad a los canadienses, donde también juega el venezolano Josef Martínez.
El 3-1 parecía irremontable. Pero Chicago tuvo fuego sagrado, haciendo honor a su nombre, y un guiño inesperado del viento. Brian Gutierrez le dio una luz de esperanza con un penal acertado pero sólo quedaban seis minutos por delante. Y, claro, el descuento. Y en ese tiempo agregado se produjo el milagro.
El belga Hugo Cuypers marcó el empate que ya era un premio inesperado cuando ya se habían cumplido los 5 minutos del adicionado. Y, 240 segundos después, la naturaleza obró el milagro. Kellyn Acosta recibió de Chris Brady, su arquero, y mandó un pelotazo para que encontrara la cabeza de uno de sus compañeros. Pero el viento sopló y sopló y terminó por derrumbar a Montreal Impact. Es increíble el recorrido que hace la pelota, que primero parece ir al otro lateral y termina metiéndose en el arco rival.