Hace tres años, el canadiense Denis Shapovalov, ex top ten, tachó a Queen’s de ser un torneo «discriminatorio» contra las mujeres. Su queja se sustentaba en que el torneo no había dejado que su novia, la tenista sueca Mirjam Björklund, entrenara en las pistas del club, por no ser participante del mismo, y aumentaba la presión sobre el galardonado como mejor ATP 500 del circuito para que acabara con una ausencia que se extendía ya más de medio siglo.
Conocido como la mejor antesala posible para Wimbledon, ya que se juega en canchas muy parecidas a las del tercer Grand Slam de la temporada, Queen’s había albergado por última vez un torneo femenino en 1973. Olga Morozova, quien fuera entrenadora de Andy Murray cuando el tres veces campeón de Grand Slam tenía trece años, levantó el trofeo en aquella edición. Esta semana, con tres top 10, once de las mejores 20 jugadoras del mundo y Emma Raducanu como principal embajadora local, las mujeres volvieron a pisar el césped del club londinense y pusieron fin a una larga espera de 52 años.
Murray, retirado tras los Juegos Olímpicos de París 2024, fue el maestro de ceremonias en la vuelta del circuito WTA al club londinense. El escocés, uno de los mejores embajadores del tenis femenino e incansable defensor de la igualdad dentro del deporte de la raqueta -tanto al ser pionero contratando a una mujer, Amelie Mauresmo, como entrenador, como recalcando que en los récord del tenis hay que incluir también a las mujeres- inauguró la cancha que lleva su nombre, la «Andy Murray Arena», y compartió su alegría por el regreso.
«Es brillante», dijo el ex número 1 del mundo antes de pelotear con Laura Robson, junto a la que ganó la plata olímpica en el dobles mixto de Londres 2012. «Es una gran oportunidad para que las mujeres jueguen aquí», añadió.
“I’m very grateful to whoever it was that decided to name the stadium!”
The unforgettable moments our greatest champion unveiled the Andy Murray Arena ❤️ pic.twitter.com/tHiI35AZ53
— HSBC Championships (@QueensTennis) June 10, 2025
Petra Kvitova, ganadora de dos Wimbledon, y Beatriz Haddad Maia, 22ª del ranking, fueron las encargadas de jugar el primer partido en la pista central en más de cincuenta años, que terminó con festejo de la brasileña en tres sets. Este martes, Raducanu deleitó al público británico con un sólido debut por 6-1 y 6-2 frente a la española Cristina Bucsa. Y en los próximos días, jugarán en el complejo del oeste de Londres la china Qinwen Zheng, cinco del mundo, y la estadounidense Madison Keys, vigente campeona de Australia.
«Básicamente, en 1974 la LTA (asociación que rige el tenis británico) decidió trasladar el torneo femenino de Queen’s a Eastbourne. Le fue muy bien y con el tiempo se convirtió en un evento combinado en una semana. En Queen’s, logísticamente no es posible. Sin embargo, ahora podemos crear un festival de tenis de dos semanas, que sabemos que los fanáticos quieren», explicó a la BBC Sport Robson, hoy directora del torneo.
¿Por qué se aprobó el regreso? «Queremos desarrollar los torneos para que los eventos femeninos ofrezcan un camino hacia la rentabilidad y una mayor visibilidad para el deporte», comentó Scott Lloyd, director ejecutivo de la LTA. «Este año la gente podrán disfrutar tanto del tenis masculino como del femenino en los mayores escenarios que podemos ofrecer».
«Para nosotras, poder finalmente tener el torneo aquí después de ver por televisión a los hombres jugarlo es realmente genial», comentó Raducanu tras su victoria. «Venía de chiquita con mi padre a ver los partidos, pero en ese momento estaba más interesada por los brownies que venían que por el tenis. Volver ahora para jugar partidos es increíble».
As I kid I dreamt of stepping foot onto this court. Grateful for the privilege. pic.twitter.com/iuuVFV0Im2
— Katie Boulter (@katiecboulter) June 10, 2025
«De niña soñaba con jugar en estas canchas. Ahora estoy agradecida por el privilegio de poner hacerlo», comentó su compatriota Katie Boulter en Twitter.
Raducanu, Boulter y el resto de las jugadoras en el cuadro se encontraron con un escenario y condiciones completamente diferentes a las del torneo de 1973, en el que ganó Morozova con un 6-2 y 6-3 ante la australiana Evonne Goolagong en la final.
Hace más de medio siglo, las participantes llegaban al torneo en metro y debían en ocasiones jugar sobre una cancha de madera, bajo techo, cuando la lluvia aparecía para complicar el desarrollo de las jornadas. La ganadora se llevaba solamente mil libras como recompensa por su esfuerzo. Quien levante el certamen el próximo domingo recibirá 120 mil.
Celebrado por todos, el regreso despertó, sin embargo, algo de preocupación en el circuito masculino por las condiciones en las que «recibirán» las canchas para el ATP 500 que se pondrá en marcha el lunes en esas instalaciones, con el español Carlos Alcaraz, campeón el domingo en Roland Garros en una final épica, el estadounidense Taylor Fritz (4° del ranking) y el británico Jack Draper (5°) encabezarán el cuadro.
«Ripped it!» 💫@EmmaRaducanu‘s running forehand is your #HSBCChampionships Shot of the Day pic.twitter.com/prtYrqZ58v
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Sin embargo, desde la LTA aseguraron que, después de estudiar las condiciones meteorológicas, la densidad del suelo y el posible desgaste de zonas de la cancha, como la línea de fondo, tienen «total confianza y evidencia que la respalda» de que el césped del club londinense es capaz que soportar perfectamente dos semanas de competencia del más alto nivel.
Además se comprometieron a garantizarles pistas de entrenamiento a los jugadores que quieran comenzar a entrenar ya esta semana en el club y a asegurar la integridad de la fase clasificatoria masculina, que arrancará el sábado.
El regreso de la WTA a Queen’s, sin embargo, no es todo lo positivo que podría ser, porque continúa existiendo una clara diferencia entre lo que cobran los hombres y lo que ingresarán las mujeres.
El torneo femenino -para el que aún había entradas disponibles cuando arrancó el cuadro principal- repartirá 1,23 millones de euros y será el 500 que más dinero entregará en la temporada. En tanto, el masculino -ya con tickets agotados- tendrá una bolsa de premios de 2,5 millones, es decir, más del doble. Y eso que los dos pertenecen a la misma categoría, ATP y WTA 500, la tercera más importante solo por debajo de los Grand Slams y los Masters y WTA 1000.
Soooooo pumped 👑#HSBCChampionships pic.twitter.com/JMkRFtOSLh
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El compromiso de la LTA es lograr la igualdad en premios de cara a 2029, cuatro años de 2033, la fecha que ellos mismos se pusieron como límite para conseguirlo. Para los eventos que se disputan en la misma semana, es decir, el caso de Birmingham y Eastbourne, por ejemplo, la fecha límite es 2027.
«Queremos lograr la igualdad lo antes posible», aseguró Lloyd. «El compromiso de la LTA es que crezca el tenis femenino, tanto el profesional como el de base y este movimiento es importante para ello».
Los Grand Slams alcanzaron la igualdad de premios a diferente ritmo: el US Open lo logró en 1973; el Australian Open en 2001; y Roland Garros y Wimbledon, seis años más tarde que su par australiano. Aunque existe aún descompensación en muchos otros torneos, especialmente visible en aquellos que se disputan en las mismas fechas e instalaciones.
Alcaraz, por ejemplo, embolsó 985 mil euros al coronarse campeón en el Masters 1000 de Roma, mientras que la italiana Jasmine Paolini, ganadora del WTA 1000 de Roma, que se jugó en las mismas dos semanas en el Foto Itálico, se llevó 877 mil.
Con información de EFE y AFP