Había mucha expectativa en la previa del encuentro entre River y Deportivo Táchira por lo que pudiera pasar en las tribunas. Por cómo sería el recibimiento para el entrenador Martín Demichelis y los futbolistas tras la eliminación con Temperley de la Copa Argentina y la pobre imagen que el equipo de Núñez dejó el sábado en La Paternal, por la Liga Profesional. Y, aunque en la noche de Udaondo y Figueroa Alcorta no tuvo un clima hostil, la postura hacia Micho dividió aguas. Algunos lo aplaudieron; otros lo silbaron.
Así se pudo comprobar cuando la voz del estadio dio los nombres de los jugadores y del entrenador. Eso sí, un detalle: sucedió a 50 minutos del comienzo del partido y todavía había poca gente en el estadio. A su vez, la alocución fue tenue, como para que las formaciones pasaran desapercibidas. Al momento de nombrar a Demichelis, se escucharon aplausos y silbidos por igual. Y algún grito hiriente también. Además, hubo chiflidos para Agustín Palavecino (se irá a Necaxa de México, a préstamo), Andrés Herrera y David Martínez.
Después, cuando el Monumental se colmó hubo una fiesta sonora y colorida para recibir al equipo, que incluyó los globos tubulares en la Sívori media, baja e inferior baja. “River, mi buen amigo”, se entonó con fuerza. Mucho más cuando los hinchas se enteraron que Palmeiras había empatado con San Lorenzo en Brasil y, por lo tanto, con un triunfo aunque fuera por la mínima diferencia, River quedaría como el mejor de los primeros en la fase de grupos.
“Quiero la Libertadooreeess…”, atronó en el Monumental antes de empezar el encuentro. Y siguió el “Vamos, vamos, vamos Millonario, vamos vamos vamos a ganar…”.
Con el correr de los minutos, la gente de River se empezó a apagar porque el gol no llegaba. Aunque el aliento siguió. Sobre todo desde el corazón de la Sívori baja, donde estaban los bombos. Y cuando el público empezaba a impacientarse, llegó el gol de Miguel Borja. Para enrojecer las gargantas y generar tranquilidad. Y para acordarse de Boca. “Bostero vos lo mirás por televisión…Si vos no tenés los huevos de River Plate”.
Hubo aplausos en los cambios, sobre todo al Diablito Claudio Echeverri. También, para los pibes que entraron: Ian Subiabre, Agustín Ruberto y Franco Mastantuono. La escuela riverplatense a pleno.
Y justamente, de uno de ellos, Mastantuono, salió el quite, la corrida y la asistencia para el segundo gol de Borja, el que puso cifras definitivas. Y el Monumental fue una fiesta. Porque River ganó y terminó como el mejor primero de la fase de grupos.
“Se viene la banda de River, se viene la banda de River, al Monumental”, gritaron a puro delirio los hinchas. Y tras el pitazo final hubo un aplausos cerrados de todas las tribunas. Y una vez más retumbó: “Quiero la Libertadoreeess”…
Así, el equipo de Núñez volvió a triunfo después de una semana muy compleja. Por un rato, los hinchas celebraron la victoria copera y, por un rato, se olvidaron del enojo con Demichelis.